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Periodoncia.Eley.6a.Ed

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Tratamiento de los defectos óseos y afectación de la furcación 311<br />

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.<br />

iniciales entre los grupos. Éstos recibieron un mantenimiento exhaustivo<br />

durante un año y los NI clínica se compararon con los registros iniciales. Se<br />

observaron aumentos significativos en los NI en los tres grupos. Aunque no<br />

hubo diferencias significativas en los NI entre ambos grupos de membranas,<br />

sí las hubo entre ambos grupos de membranas y el de control con sólo el<br />

raspado del defecto. A este respecto, los aumentos promedio fueron 2 mm<br />

superiores en los dos grupos tests. Además, se observaron aumentos del NI<br />

de 4 mm en el 83% de los lugares tratados con membranas reabsorbibles o no<br />

reabsorbibles, resultado que no se obtuvo en ningún caso del grupo control.<br />

Se obtuvieron resultados similares en un estudio de 30 meses de defectos<br />

intraóseos apareados (Christgau et al., 1997) y además demostraron un incremento<br />

de la densidad ósea, empleando radiología de sustracción digital, entre<br />

12 y 30 meses en las lesiones tratadas con membranas no reabsorbibles o con<br />

membranas reabsorbibles. Este grupo también describió un estudio clínico<br />

estructurado prácticamente idéntico utilizando dos tipos de membranas reabsorbibles,<br />

ácido poliláctico o poligalactina-910 en lugares intraóseos apareados<br />

(Christgau et al., 1998). Los resultados fueron prácticamente iguales que<br />

en sus otros estudios y no hubo diferencias significativas entre ellos.<br />

Otro estudio valoró el grado de relleno óseo en lesiones intraóseas con una<br />

reentrada después de 12 meses en lesiones tratadas con membranas no reabsorbibles<br />

(PTFEe) o con membranas reabsorbibles (APL) (Weltman et al., 1997).<br />

El promedio de relleno fue del 44% para las membranas APL y del 58% para<br />

las membranas PTFEe, sin diferencias significativas entre los dos grupos.<br />

Otro estudio reciente investigó los resultados del tratamiento con RTD de<br />

las lesiones intraóseas con membrana biorreabsorbible (Guidor ® ) realizado de<br />

forma habitual en tres consultas especializadas (Falk et al., 1997). Los resultados<br />

de 203 defectos intraóseos tratados de forma consecutiva utilizando una<br />

membrana biorreabsorbible después de un año se describieron mediante<br />

registros clínicos y radiológicos. El aumento de la inserción fue del 79% y el<br />

78% de los lugares tratados aumentaron 4 mm o más. También hubo un promedio<br />

de relleno óseo de 3 mm determinado en radiografías seriadas. Además,<br />

se vio que los lugares con exposición de la membrana después de 2 semanas<br />

ganaron menos inserción (como ocurrió en los lugares con mal control de la<br />

placa) que los lugares donde la membrana permaneció cubierta del todo.<br />

Estos cambios son comparables a los de otros ensayos clínicos, lo que demuestra<br />

que la RTD puede tener buenos resultados si se lleva a cabo de forma cuidadosa<br />

en la consulta dental con el uso de membranas reabsorbibles.<br />

Sin embargo, un estudio de Mayfield et al. (1998) demuestra que el uso de<br />

membranas biorreabsorbibles (Guidor ® ) no obtiene un aumento superior<br />

determinable en el NI sobre la cirugía a colgajo sola. Cuarenta pacientes con<br />

un defecto intraóseo regenerable se distribuyeron entre un grupo de control<br />

que recibió una cirugía a colgajo convencional y un grupo test tratado con<br />

membranas Guidor ® . Se les valoró en el momento de inicio del estudio, a los<br />

6 meses y después de 12 meses de la cirugía mediante sondaje de la bolsa,<br />

sondaje a hueso y radiografías. Ambos grupos de pacientes mostraron reducciones<br />

de la PS y ganancias en el sondaje a hueso no significativos. Estos<br />

resultados se confirmaron con radiografías. Por tanto, no hubo diferencias<br />

significativas entre los procedimientos para los dos grupos. Otro estudio<br />

(Loos et al., 2002) también demostró que no hubo diferencias entre el uso de<br />

una membrana y la cirugía a colgajo convencional. Ambos estudios destacan<br />

la no predecibilidad de los procedimientos de RTD.<br />

La cinética de la bioabsorción y la seguridad de las membranas Atrisorb ® se<br />

han probado en conejos (Coonts et al., 1996) y en perros Beagle (Garrett et al.,<br />

1997). En el modelo de conejo se implantaron subcutáneamente membranas<br />

de prueba y membranas placebo durante 4-52 semanas. Se demostró que las<br />

membranas Atrisorb ® se degradaban progresivamente con reducciones de la<br />

masa y del peso molecular y la degradación completa tuvo lugar a los 13-14<br />

meses. Los resultados histopatológicos no demostraron diferencias entre las<br />

membranas test y control e indicaron que las membranas Atrisorb ® eran biocompatibles<br />

y seguras. La biocompatibilidad de N-metilpirrolidona (NMP)<br />

también se ha demostrado en otros estudios (Bartsch et al., 1976; Becci et al.,<br />

1983; Ansell y Fowler, 1988). La seguridad y la biocompatibilidad de las<br />

membranas Atrisorb ® se confirmaron mediante observaciones histológicas de<br />

las membranas retenidas utilizadas para tratar los defectos de la furcación que<br />

se producían de forma natural en los perros Beagle (Garrett et al., 1997).<br />

La eficacia clínica de las membranas Atrisorb ® para tratar las lesiones de<br />

furca de clase II se ha estudiado en perros Beagle (Garrett et al., 1997; Polson et<br />

al., 1995a) y en humanos (Polson et al., 1995b; Garrett et al., 1997). Los modelos<br />

de perro Beagle (Garrett et al., 1997; Polson et al., 1995a) incluyeron el<br />

tratamiento tanto de defectos de furcas de clase II que se produjeron de forma<br />

natural como defectos creados quirúrgicamente. La regeneración fue del 70-80%<br />

en ambos tipos de defecto, incluido hueso nuevo, cemento y ligamento periodontal.<br />

No se observó la existencia de la membrana después de 9-12 meses.<br />

El primer estudio clínico multicéntrico de esta membrana en humanos<br />

(Polson et al., 1995b) se llevó a cabo en 29 pacientes con lesiones de furca de<br />

clase II. A los 12 meses demostró una ganancia promedio de 2,5 mm en el NI<br />

horizontal y una ganancia de 1,7 mm en el NI vertical. Aproximadamente la<br />

mitad de los defectos pasaron de ser defectos de clase II a clase I. No se observaron<br />

efectos adversos aparte de los asociados habitualmente con la cirugía de<br />

RTD. El segundo estudio clínico multicéntrico (Garrett et al., 1997) incluyó a<br />

162 pacientes con lesiones de furca de clase II y compararon la utilización de<br />

la membrana reabsorbible Atrisorb ® con la membrana PTFEe convencional<br />

de Gore-Tex ® . Un total de 82 pacientes se trataron con membranas reabsorbibles<br />

y 80 se trataron con membranas PTFEe. Este estudio demostró resultados<br />

similares de la mejoría clínica y la tolerancia entre los dos tipos de membrana,<br />

con mejorías significativas en los NI tanto vertical como horizontal. La mayoría<br />

de las lesiones en ambos grupos se redujeron de clase II a clase I.<br />

El estudio clínico de las membranas de colágeno biorreabsorbibles ha obtenido<br />

resultados similares a los de membranas biorreabsorbibles sintéticas y<br />

membranas PTFEe no reabsorbibles (Wang et al., 1994; Bluenthal, 1993;<br />

Black et al., 1994; Van Swol et al., 1993). La función de membrana de Bio-<br />

Gide ® también se ha estudiado en diversos estudios en animales. Defectos<br />

periimplantarios estandarizados en perros se rellenaron con un mineral óseo<br />

natural (Bio-Oss ® ) (v. más adelante y antes) y se cubrieron con Bio-Gide ® . En<br />

la reentrada a los 4 meses, la evaluación histológica puso de manifiesto la<br />

regeneración de hueso esponjoso y cortical organizados (Hürzeler et al.,<br />

1998). Además, la reparación de los defectos intraóseos circunferenciales preparados<br />

en perros Beagle se ha estudiado comparando los resultados de dos<br />

membranas de colágeno biorreabsorbibles entrecruzadas diferentes y una<br />

membrana PTFEe no reabsorbible (Crigger et al., 1996). Los animales se<br />

sacrificaron después de 6 meses y los tejidos se prepararon para examen histológico.<br />

Las membranas de colágeno fuertemente entrecruzadas de resorción<br />

lenta no se integraron bien en los tejidos y se produjo exposición de la membrana<br />

y recesión gingival. Por el contrario, las membranas de colágeno menos<br />

débilmente entrecruzadas de resorción rápida y las membranas PTFEe dieron<br />

buenos resultados clínicos. Ambas membranas produjeron además valores<br />

elevados de regeneración con inserción de tejido conjuntivo a la superficie de<br />

la raíz después de 6 meses. La membrana de colágeno produjo un 84% de<br />

inserción de tejido conjuntivo y la membrana PTFEe produjo un 53%, pero<br />

estas diferencias no fueron estadísticamente significativas. Hubo algunas<br />

zonas de anquilosis con ambas membranas, pero fueron más frecuentes con la<br />

membrana de colágeno. Las zonas de anquilosis parecían originarse a partir<br />

de la furcación. Los resultados indicaron que ambos tipos de membranas producían<br />

buenos niveles de regeneración periodontal en estos defectos.<br />

Estos resultados parecen demostrar que tanto la ganancia en los registros<br />

clínicos de NI y la verificación histológica de la regeneración periodontal se<br />

pueden obtener habitualmente con procedimientos de RTD empleando tanto<br />

membranas biorreabsorbibles como no reabsorbibles. Sin embargo, la falta<br />

de un segundo procedimiento quirúrgico es una ventaja mayor con las membranas<br />

biorreabsorbibles.<br />

Los detalles de las técnicas quirúrgicas utilizadas en estos procedimientos<br />

también pueden afectar de forma significativa al resultado de estos procedimientos<br />

y es especialmente importante adaptar la membrana cuidadosamente<br />

sobre el defecto y cerrar por completo el colgajo sobre la membrana, de forma<br />

que ninguna parte de la misma esté expuesta a la cavidad oral. En este sentido,<br />

Cortellini y Tonetti (2001) describieron que las técnicas microquirúgicas cuidadosas<br />

con instrumentos microquirúrgicos y un microscopio operatorio con<br />

cierre completo de la herida y cobertura de la membrana dieron lugar a ganancias<br />

importantes de la inserción clínica y una mínima recesión. Estos incrementos<br />

parecen ser superiores que los obtenidos con técnicas quirúrgicas

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