16.08.2019 Views

Periodoncia.Eley.6a.Ed

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Historia natural de la enfermedad periodontal 133<br />

diseminando lateralmente el proceso de la resorción, va reabsorbiéndose la<br />

totalidad de la cresta alveolar (fig. 8.7).<br />

La lesión periodontal también parece estar «contenida», ya que a medida<br />

que avanza y va destruyendo el tejido conjuntivo, las fibras transeptales van<br />

reformándose continuamente y parecen separar el infiltrado inflamatorio<br />

principal del hueso subyacente.<br />

La progresión de la lesión no es continua, sino que evoluciona en períodos<br />

de avance y remisión, y la fibrosis es una característica constante, especialmente<br />

en la fase final.<br />

La profundidad de la bolsa aumenta con la destrucción del ligamento<br />

periodontal y con la resorción de la cresta alveolar. En una etapa posterior de<br />

la enfermedad puede haber grados variables de supuración y de formación de<br />

abscesos. Finalmente, los dientes van aflojándose, migran y se pierden.<br />

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.<br />

Fig. 8.6 Características clínicas de una bolsa periodontal distal al segundo premolar<br />

superior izquierdo puesta de manifiesto con una sonda periodontal.<br />

Fig. 8.7 (A) Resorción inicial de la cresta alveolar interproximal. (B) Pérdida ósea más<br />

avanzada y más generalizada.<br />

pueden aumentar de tamaño. La resorción ósea tiende a compensarse por el<br />

depósito de nuevas células óseas a cierta distancia del foco inflamatorio, de<br />

manera que el hueso se va remodelando, pero existe pérdida ósea. La resorción<br />

ósea suele comenzar en la zona interproximal, de modo que en las zonas<br />

en las que la tabla de hueso interproximal es ancha, como sucede entre los<br />

molares, se forma un cráter interdental y a continuación, a medida que se va<br />

Progresión De La Enfermedad<br />

En el pasado se creía que una vez establecida la periodontitis, progresaba de<br />

forma continua e inevitable, con una correlación lineal con la edad. Esto<br />

condujo a la idea de que la pérdida de la dentición formaba parte del proceso<br />

de envejecimiento normal. Tan arraigada estaba esta creencia, que numerosos<br />

dentistas recomendaban extraer la totalidad de la dentición al alcanzar los<br />

pacientes una edad mediana, cuando éste aún podía «adaptarse» a las dentaduras<br />

postizas, en lugar de esperar a una edad más avanzada, habiendo perdido<br />

la totalidad o la práctica totalidad de los dientes, con la consiguiente<br />

dificultad e incluso imposibilidad para amoldarse a dicha adaptación.<br />

Esta creencia sobre el patrón de progresión de la enfermedad estaba respaldada<br />

por estudios clínicos que utilizaban la media de las profundidades de sondaje o de<br />

la pérdida de hueso alveolar de una boca concreta, eliminando de este modo la<br />

variación intraoral y enmascarando las zonas con enfermedad escasa o nula, y las<br />

zonas donde la enfermedad estaba más avanzada. Estudios epidemiológicos realizados<br />

en distintas poblaciones usaron también valores promedio para grupos de<br />

edad, y sus resultados apoyaron también la creencia de una relación lineal entre la<br />

progresión de la enfermedad y la edad. Estudios transversales con estos errores<br />

dieron lugar a ideas erróneas sobre la evolución de la enfermedad.<br />

Sin embargo, la medición detallada de la pérdida de inserción con el paso<br />

del tiempo en localizaciones concretas, es decir, un estudio longitudinal<br />

válido, contradice la idea de una progresión continua e inevitable de la enfermedad,<br />

e indica que:<br />

1. Como ya se ha señalado antes, incluso en los casos persistentes y no<br />

tratadosla gingivitis no siempre evoluciona a periodontitis.<br />

2. Incluso cuando está establecida, la destrucción periodontal no es<br />

continua, sino que progresa de forma episódica con «brotes» de<br />

actividad destructiva que se alternan con períodos de aquiescencia y<br />

(posiblemente) de reparación.<br />

3. Hay una gran variación individual en el patrón de destrucción, que<br />

varía también con el transcurso del tiempo en un mismo individuo.<br />

Algunos investigadores creen que los brotes de actividad ocurren de manera<br />

aleatoria (Goodson et al., 1982; Socransky, 1984) y que los antecedentes de<br />

gingivitis intensa y persistente o de destrucción periodontal no indican una<br />

actividad destructiva futura. Por tanto, la progresión es impredecible. Otros<br />

investigadores no creen en la aleatoriedad de este proceso y piensan que existe<br />

una correlación entre el grado inicial de pérdida ósea y el grado subsiguiente<br />

de dicha pérdida (Papapanou et al., 1989; Albander, 1990). Así, la progresión<br />

es, en cierto modo, previsible. Un tercer grupo ha sugerido que el pronóstico<br />

está condicionado por la localización de la enfermedad, es decir, de su relación<br />

con los incisivos, los molares o con una distribución más general.<br />

Numerosos estudios demuestran que, una vez iniciado, el promedio de<br />

pérdida ósea es sumamente bajo, en torno a 0,05-0,1 mm al año (Suomi et al.,<br />

1971; Sheiham et al., 1986; Albander, 1990). Sin embargo, no siempre sucede<br />

así; en algunas personas, una pérdida ósea rápida se produce a edades tempranas,<br />

mientras que en otras, la pérdida ósea rápida puede producirse años<br />

después de una destrucción de tejido leve o de progresión muy lenta.<br />

La magnitud de la pérdida de inserción (PI) que puede medirse con fiabilidad<br />

depende del umbral del método de sondaje utilizado (v. cap. 13). En la mayoría

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!