Periodoncia.Eley.6a.Ed
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298 <strong>Periodoncia</strong><br />
hueso cortical obtenidas cerca del defecto óseo, aunque no son tan útiles<br />
o tan eficaces como el hueso esponjoso. A menos que la formación de hueso<br />
sea muy rápida, como sucede con el tejido fresco de la médula ósea, el epitelio<br />
de unión suele migrar apicalmente sobre el tejido conjuntivo para cubrir<br />
la superficie de la raíz y protegerla de la resorción radicular.<br />
Se han conseguido buenos resultados clínicos con el uso de autoinjerto de<br />
hueso esponjoso a partir de crestas edéntulas adyacentes en defectos intraóseos<br />
con 2 y 3 paredes (figs. 20.2, 20.3). Aunque estos procedimientos pueden<br />
producir un relleno óseo importante, no hay indicios de que den lugar a<br />
una nueva inserción significativa.<br />
Aloinjerto óseo<br />
Más recientemente se ha utilizado el aloinjerto de hueso congelado y secado<br />
para tratar los defectos óseos periodontales. Dos tipos de aloinjerto óseo son<br />
útiles desde el punto de vista clínico. Se trata del aloinjerto de hueso no desmineralizado<br />
congelado y secado (FDBA) y del aloinjerto de hueso desmineralizado<br />
congelado y secado (DFDBA). Se empezó a utilizar como un<br />
material periodontal en 1976 y se ha utilizado con éxito en medicina clínica<br />
durante más de cuatro décadas (Mellonig, 1990). El congelado y secado permite<br />
almacenarlo dentro de un dispositivo de vacío durante un período indefinido<br />
y además reduce de forma importante la antigenicidad del injerto<br />
(Friedlaender, 1987; Turner y Mellonig, 1981; Quattlebaum et al., 1988).<br />
Los estudios clínicos han demostrado que el uso del injerto en los defectos<br />
intraóseos después de su desbridamiento produce un relleno óseo de más del<br />
50% en el 63% de los defectos (Sanders et al., 1983). Con una combinación<br />
del FDBA y hueso autógeno se consigue este resultado en más del 80% de los<br />
defectos (Sanders et al., 1983). Aunque existen relativamente pocas diferencias<br />
en los resultados clínicos con el FDBA y con el DFDBA, este último ha<br />
sustituido en gran parte al primero como material de injerto periodontal<br />
(Rummelhart et al., 1989). El DFDBA parece tener propiedades osteoinductivas<br />
superiores y los estudios clínicos indican que los lugares injertados con<br />
este material presentan un relleno óseo suprior al 50% en el 78% de los lugares,<br />
en comparación con el 38% de los lugares donde sólo se ha realizado el<br />
desbridamiento (Urist, 1965; Urist y Strates, 1971; Mellonig et al., 1976,<br />
1981; Quintero et al., 1982). Además, estudios histológicos en humanos<br />
(Bowers et al., 1989a, b, c) han proporcionado evidencia de la regeneración de<br />
nuevo hueso, ligamento y cemento con la utilización de este material (v. más<br />
adelante). Además, se ha demostrado que la matriz ósea contiene proteínas<br />
inductoras del hueso (Sampath y Reddi, 1983) y se han obtenido varias moléculas<br />
de señal osteoinductora a partir de polvo del DFDBA. Éstas incluyen las<br />
proteínas óseas morfogénicas (PMH) 2 y 7 (Sampath et al., 1990) y otros seis<br />
factores de crecimiento distintos derivados del hueso (Hauschka et al., 1986).<br />
También se ha sugerido que la matriz de colágeno del injerto desmineralizado<br />
actúa como un sustrato para la inserción, la proliferación y la diferenciación<br />
de nuevas células osteoprogenitoras (Sampath y Reddi, 1983).<br />
El resultado de los injertos DFDBA en los defectos intraóseos humanos se<br />
ha estudiado en 12 pacientes con 32 localizaciones injertadas (Reynolds y<br />
Fig. 20.3 Dos radiografías de una paciente de 40 años antes y después de la<br />
colocación de un autoinjerto de hueso esponjoso procedente de un reborde<br />
edéntulo adyacente. (A) Preoperatorio. (B) Después de 9 meses se observan indicios<br />
de relleno óseo en la radiografía.<br />
Bowers, 1996). Estas lesiones fueron retiradas en bloque después de 6 meses<br />
y su tejido examinado. Se observó que el 72% de las localizaciones injertadas<br />
mostraban partículas residuales de DFDBA y éstas aparecían amalgamadas<br />
con nuevo hueso viable. Los defectos que albergaban material de injerto<br />
residual mostraron cantidades significativamente mayores de formación de<br />
nueva inserción, incluidos hueso, cemento y ligamento periodontal asociado<br />
que las localizaciones sin presencia de material de injerto residual.<br />
Sin embargo, se han encontrado algunas dificultades en la colocación y<br />
retención de los injertos particulados de DFDBA, especialmente en lugares<br />
accesibles y con sangrado no controlado donde el material puede fluir. En un<br />
esfuerzo por superar estas dificultades y mejorar las propiedades de manipulación<br />
biológicas y físicas, estos injertos óseos se han combinado con colágeno<br />
microfibrilar (Blumenthal et al., 1986). Este injerto combinado ayudó a<br />
fijar y retener las partículas, creó un espacio entre las partículas y actuó como<br />
un andamio para el crecimiento de las células y los vasos sanguíneos.<br />
Además, se afirmó que el material colágeno se unió a la superficie de la raíz<br />
y evitó el crecimiento apical del epitelio. El material consta de una combinación<br />
de partículas de polvo de hueso humano congelado y secado con colágeno<br />
de tendón humano. Después de la rehidratación, se puede aplicar en<br />
capas dentro del defecto y luego se expande hasta rellenarlo. Se han llevado<br />
a cabo estudios clínicos y experimentales con este material en perros<br />
(Blumenthal et al., 1986). Se realizó una reentrada a los 5 meses después del<br />
procedimiento y se observó un relleno óseo promedio del 61%. Los estudios<br />
histológicos mostraron indicios de formación de hueso, regeneración periodontal<br />
y prevención de la migración apical del epitelio. El material se ha<br />
utilizado también con buenos resultados en humanos (Blumenthal, 1994).<br />
Existe la posibilidad de transmisión de enfermedades con los aloinjertos<br />
óseos obtenidos a partir de material de cadáver humano, pero es muy improbable<br />
si el material se obtiene y se procesa siguiendo los protocolos establecidos<br />
en los bancos de tejidos, que realizan pruebas de detección médicas y<br />
sociales, pruebas de anticuerpos, pruebas antigénicas directas, pruebas serológicas,<br />
cultivos bacterianos y estudios de seguimiento (Mellonig, 1990;<br />
Friedlaender, 1987; American Association of Tissue Banks, 1984; Buck et<br />
al., 1989, 1990; Martin et al., 1985; Quinnan et al., 1986; Resnick et al.,<br />
1986). El riesgo de transmisión de enfermedades con DFDBA es de 1 por<br />
cada 8 millones. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se ha cultivado<br />
a partir de hueso (Buck et al., 1990), pero es probable que sea detectado<br />
por las pruebas anteriores y que se pueda inactivar si se ha pasado por alto en<br />
el proceso de detección mediante los procedimientos de esterilización utilizados<br />
en la preparación anterior de estos materiales.<br />
Parece probable que la mayoría de los injertos actúen como sustitución del<br />
coágulo de sangre que suele degradarse y como una estructura sobre la que<br />
puede producirse una cierta formación de hueso. Después se produce una<br />
resorción y una sustitución progresivas del injerto por hueso nuevo.<br />
Xenoinjerto óseo<br />
A diferencia del DFDBA, también se ha producido hueso mineral para implantación<br />
que está libre del componente orgánico. Este producto es un xenoinjerto<br />
que también se conoce como hueso esponjoso anorgánico bovino (BACB) o<br />
comercialmente como Bio-Oss ® , se obtiene a partir de hueso bovino por un<br />
proceso especial que elimina sus componentes orgánicos, pero mantiene su<br />
estructura inorgánica. Este producto contiene cristales de apatita biológicos y<br />
se presenta en forma de bloques o particulado. La misma compañía produce<br />
también un colágeno no antigénico porcino (PNAC) conocido comercialmente<br />
como Bio-Oss ® colágeno. Éste se obtiene a partir de cerdos sanos y el colágeno<br />
sigue un tratamiento alcalino prolongado que da lugar a una estructura de<br />
doble capa y elimina cualquier riesgo de contaminación bacteriana o vírica.<br />
Durante el procesamiento posterior, los péptidos terminales (telopéptidos)<br />
(v. cap. 5) se separan de las moléculas de colágeno y este proceso elimina las<br />
zonas más asociadas con la antigenicidad de la molécula. También los procesos<br />
de purificación específicos eliminan cualquier grasa o proteína residual del<br />
colágeno procesado. El PNAC se produce en forma de bloque que se puede<br />
cortar o comprimir hasta conseguir el tamaño o la consistencia deseados.