Periodoncia.Eley.6a.Ed
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Oclusión 385<br />
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.<br />
1. La atricción dental avanzada es el dato más evidente, además de las<br />
facetas de desgaste de caras que podrían producirse sólo en posiciones<br />
extremas de los movimientos mandibulares.<br />
2. Aumento de la movilidad del diente que no es proporcional con la<br />
cantidad de pérdida de inserción o con el grado de inflamación gingival.<br />
3. Espacio del ligamento periodontal ensanchado que se observa en las<br />
radiografías.<br />
4. Hipertonía de los músculos de la masticación.<br />
5. Molestias en la articulación temporomandibular.<br />
Tratamiento Dental<br />
Una de las causas más frecuentes de tensión oclusal excesiva en el paciente<br />
con prótesis parcial es el mal diseño de la misma. Muchos dientes pilares<br />
sufren una carga anormal porque la tensión es mayor de lo normal o porque<br />
se aplica en una dirección anormal. Los dientes utilizados como pilares para<br />
una prótesis removible con extremos libres son particularmente vulnerables,<br />
especialmente cuando se emplean retenedores sin apoyos oclusales. Cuando<br />
la prótesis se hunde en los tejidos blandos, las fuerzas laterales y distales se<br />
imponen sobre los dientes pilares. En muchos casos existe una mala higiene<br />
oral y el efecto combinado de la inflamación gingival y las cargas oclusales<br />
excesivas hacen que la pérdida de los dientes pilares sea más que probable.<br />
En el diseño de la prótesis, es imperativo que la carga sobre el diente pilar sea<br />
axial y donde es necesario el apoyo en el tejido blando, éste debe extenderse<br />
sobre una zona lo más grande posible.<br />
El tratamiento ortodóncico puede causar una tensión oclusal excesiva de<br />
dos formas. Las fuerzas intensas pueden causar un movimiento rápido del<br />
diente y dañar los tejidos de soporte. Si las paredes del hueso alveolar son<br />
finas, pueden ser perforadas; por tanto, la inclinación de un incisivo inferior<br />
hacia delante contra una pared vestibular delgada cabe que produzca una<br />
dehiscencia. El movimiento ortodóncico lento permite la adaptación del<br />
tejido y una menor probabilidad de trauma. El movimiento del diente también<br />
causa desajustes oclusales con resultados perjudiciales.<br />
Crear una anatomía cuspídea incorrecta de las restauraciones o una mala<br />
comprobación de la oclusión en las posiciones de intercuspidación y funcional<br />
puede producir interferencias de las cúspides. Desgraciadamente, las amalgamas<br />
dentales actuales se endurecen rápido y dejan poco tiempo para un ajuste<br />
oclusal cuidadoso, que es muy importante si la restauración debe tener unas<br />
relaciones de oclusión correctas.<br />
El fracaso en la sustitución de un diente perdido puede dar lugar a desviación<br />
de los otros dientes, con las desarmonías resultantes.<br />
Desarmonía Oclusal<br />
La armonía funcional es un atributo muy importante del sistema masticatorio<br />
sano, y todas las partes del conjunto (músculos, ligamentos, articulaciones<br />
temporomandibulares) han de trabajar juntas sin problemas. Las desarmonías<br />
oclusales son contactos entre dientes que interfieren con el movimiento de<br />
cierre apropiado hasta la posición de intercuspidación. Un error frecuente consiste<br />
en asumir que las maloclusiones siempre están asociadas con desarmonías<br />
oclusales. El mecanismo de erupción de los dientes es tan flexible que<br />
incluso una mala alineación importante de los dientes no produce necesariamente<br />
interferencias entre las cúspides; en cambio, es la interferencia externa<br />
con la dentición completamente erupcionada la que produce desarmonía. La<br />
odontología mal realizada puede crear interferencias, pero la causa más frecuente<br />
es la pérdida dentaria. Después de la extracción de un diente, los dientes<br />
vecinos a veces se inclinan y desplazan y los dientes antagonistas erupcionan<br />
hasta que se alcanza una nueva posición de estabilidad. De esta forma, después<br />
de la extracción del primer molar inferior, los segundos y terceros molares<br />
se mesializan y lingualizan y las cúspides distales de estos dientes crean<br />
interferencias con las cúspides de los molares superiores. Además, debido a la<br />
inclinación, se permite que la placa se acumule en las caras mesial y lingual de<br />
estos dientes, produciendo inflamación gingival y formación de bolsas.<br />
Efectos De Las Interferencias Oclusales<br />
1. El patrón de cierre de la mandíbula puede alterarse para evitar la<br />
interferencia. Esto puede dar lugar a la aplicación de una carga<br />
excesiva sobre otros dientes, por ejemplo, la interferencia oclusal entre<br />
cúspides molares puede producir un cierre en una posición mandibular<br />
más anterior, de forma que los incisivos superiores pasan a estar<br />
sobrecargados (fig. 27.1B). Esto puede dar lugar a un abanicamiento de<br />
los incisivos, que es más probable cuando ya existe pérdida del soporte<br />
del diente causada por enfermedad periodontal.<br />
2. Si no existe adaptación a la interferencia, los dientes implicados<br />
pueden entrar en contacto en lo que se denomina un contacto inicial<br />
o prematuro, a partir del cual se produce un deslizamiento de la<br />
mandíbula hasta la posición de máxima intercuspidación (fig. 27.1A).<br />
Esto puede producir una tensión excesiva directamente sobre estos<br />
dientes e indirectamente sobre los dientes que soportan tensión al final<br />
del deslizamiento, pudiendo ocasionar trauma oclusal.<br />
3. Las interferencias también pueden iniciar hábitos parafuncionales.<br />
Los hábitos parafuncionales producen trauma oclusal con mayor<br />
probabilidad debido al contacto mantenido entre los dientes, en<br />
comparación con el contacto mínimo de 17-20 min que se encuentra en<br />
un ciclo fisiológico de 24 h asociado con la masticación y la deglución.<br />
Diagnóstico Del Trauma Oclusal<br />
Diversos signos clínicos señalan la presencia de un trauma oclusal. Un diagnóstico<br />
debería basarse en la presencia no sólo de uno, sino de varios elementos<br />
juntos.<br />
1. La movilidad del diente está afectada por la carga sobre el mismo<br />
y su duración, por la proporción de superficie radicular con soporte<br />
periodontal y por la morfología de la raíz o raíces. También está afectada<br />
por la inflamación del aparato de inserción. El aumento de la movilidad<br />
del diente puede ser un signo de trauma oclusal o de hiperfunción, es<br />
decir, de aumento de la carga sobre un diente sin evidencia de destrucción<br />
de tejido. La valoración de la movilidad (fuera del laboratorio) es<br />
completamente subjetiva y los dientes reciben una puntuación de 0 a 3<br />
(cap. 12). Se puede detectar haciendo que el paciente haga chirriar los<br />
dientes de un lado al otro mientras el operador apoya sus dedos sobre<br />
las superficies vestibulares de los dientes. Más habitualmente se estudia<br />
mediante la presión con el extremo romo de un instrumento contra un<br />
lado del diente mientras un dedo se apoya sobre el diente que se está<br />
examinando y un diente adyacente que actúa como punto de fijación.<br />
2. Desgaste del diente que parece ser mayor de lo que cabría esperar en<br />
un paciente de esta edad y que no se puede atribuir a ninguna dieta<br />
especial o a una deficiencia en la mineralización del diente.<br />
3. La migración de uno o más dientes: esto se suele observar en el<br />
sextante anterior, a menudo en relación con: (a) pérdida del soporte<br />
posterior y/o (b) un patrón de cierre anormal debido a interferencias<br />
dentales entre los dientes posteriores (fig. 27.1). Donde se ha<br />
Fig. 27.1 Una interferencia entre dientes posteriores puede producir (A) un deslizamiento<br />
del contacto inicial hasta la posición de intercuspidación, o (B) protrusión mandibular para<br />
evitar la interferencia que da lugar al cierre en una posición más anterior.