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Periodoncia.Eley.6a.Ed

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266 <strong>Periodoncia</strong><br />

respuestas modestas mostraron una menor ganancia del nivel de inserción y<br />

se caracterizaron por reducciones en la microbiota desde el momento de partida<br />

hasta los 3 meses, pero por un recrecimiento de muchas especies posteriormente.<br />

Tratamiento de la gingivitis ulcerativa<br />

La gingivitis ulcerativa (cap. 25) es una infección endógena por fusoespiroquetas<br />

y el mejor modo de tratamiento es el metronidazol (Wade et al., 1966).<br />

El régimen preferido es metronidazol en dosis de 200 mg tres veces al día<br />

durante 3-4 días (v. cap 25 para una descripción más detallada).<br />

Tratamiento de la periodontitis juvenil/agresiva<br />

La periodontitis juvenil/agresiva (cap. 23) se asocia con una flora subgingival<br />

capnofílica, anaerobios facultativos y el mejor modo de tratamiento es en<br />

los estadios iniciales ya sea con metronidazol (200 mg) y amoxicilina<br />

(250 mg 3 veces al día durante 7 días) (Van Winkelhoff et al., 1989), o con<br />

tetraciclina (250 mg 4 veces al día durante 14 días) (Slots y Rosling, 1983)<br />

antes o durante el tratamiento periodontal. Lo ideal es determinar en un laboratorio<br />

de microbiología la sensibilidad antibiótica de las bacterias, en particular<br />

A. actinomycetemcomitans.<br />

Podría considerarse la aplicación local de gel de 2% de minociclina en las<br />

bolsas afectadas. Sin embargo, a este respecto debe observarse que los resultados<br />

pueden no ser tan efectivos como los del uso de antimicrobianos sistémicos<br />

(Mandell et al., 1986). Podría relacionarse con las propiedades<br />

invasivas locales de A. actinomycetemcomitans que darías lugar a la colonización<br />

local de los tejidos periodontales (Christersson et al., 1987). Puede<br />

que no sean alcanzadas las bacterias en los tejidos por los antibióticos locales<br />

en la bolsa.<br />

¿Debe alterar la diseminación de la resistencia<br />

bacteriana el uso de antibióticos?<br />

El conocimiento de la aparición de resistencias indica claramente que se<br />

debe limitar el uso de antibióticos y otros antimicrobianos a las situaciones<br />

en que se requieran de modo definitivo.<br />

En el caso de infecciones periodontales como abscesos laterales, o los abscesos<br />

perioendo, los antibióticos sólo deben administrarse si no se puede<br />

controlar la infección por otros métodos, como la extracción del diente afectado<br />

o el drenaje seguido del tratamiento apropiado de la causa subyacente.<br />

En caso de precisarse, se deberá administrar el antibiótico apropiado por la<br />

vía adecuada, además de las otras medidas. Lo ideal es obtener una muestra<br />

de pus por aspiración para determinar la sensibilidad antibiótica (Lewis<br />

et al., 1990). El ciclo de antibióticos debe ser de la menor duración posible<br />

necesaria para su efectividad (Martin et al., 1997).<br />

No parece haber una razón válida para el uso de antibióticos, administración<br />

sistémica o local, en el tratamiento de la periodontitis crónica. Primero,<br />

esto es así porque pueden producirse los mismos cambios en la flora subgingival<br />

por los antibióticos que los producidos por el raspado y alisado radicular<br />

y éstos se mantienen durante un mayor período cuando son producidos<br />

mediante raspado subgingival. Segundo, la flora subgingival es polimicrobiana<br />

y consta de bacterias indígenas que siempre se restablecerán después<br />

del tratamiento (v. cap. 2).<br />

Puede administrase un antibiótico apropiado, por lo general metronidazol,<br />

como parte del tratamiento de la gingivitis ulcerativa necrosante y también<br />

deberá administrarse durante el período de tiempo efectivo más corto, por lo<br />

general 3-5 días (v. cap. 25).<br />

El uso de antibióticos en el tratamiento de la periodontitis agresiva localizada<br />

debe estar limitado a las situaciones en donde tenga mayor probabilidad<br />

de ser efectivo. Esto es en una fase temprana de esta afección en la que ha<br />

sido posible el diagnóstico antes de que se haya producido una pérdida avanzada<br />

de hueso y de inserción. El objeto de su uso en este estadio de la afección<br />

es eliminar A. actinomycetemcomitans de las bolsas y su uso debe<br />

combinarse con tratamiento periodontal. Sin embargo, los antibióticos no<br />

deben utilizarse en estadios posteriores de la periodontitis agresiva cuando<br />

hay una extensa pérdida ósea que pone en riesgo a los dientes afectados o ya<br />

puedan estar desahuciados. Tampoco debe utilizarse el tratamiento antibiótico<br />

en casos de periodontitis agresivas controladas, ya que la flora se habrá<br />

modificado a la flora polimicrobiana asociada con la periodontitis crónica.<br />

Igualmente, la afección conocida como periodontitis rápidamente progresiva,<br />

que probable representa una periodontitis crónica rápidamente progresiva en<br />

un paciente muy susceptible, tiene también una flora polimicrobiana estrechamente<br />

similar o idéntica a la observada en la periodontitis crónica y, por<br />

ello, no es apropiada para el tratamiento antibiótico por las mismas razones.<br />

Como nota, la clasificación actual de las enfermedades periodontales (1999)<br />

no contempla esta categoría (periodontitis rápidamente progresiva).<br />

Frecuencia del uso de antibióticos<br />

en el tratamiento periodontal<br />

Se realizó una encuesta remitida por correo a 800 dentistas de Inglaterra y<br />

Gales en la que se preguntaba sobre el uso de antibióticos en el tratamiento<br />

periodontal (Choudhury et al., 2001). En ella se comparaba a 400 miembros<br />

de la British Society of Periodontology (BSP), la mayoría con trabajo en<br />

consulta odontológica, con 400 médicos odontológicos generales (GDP) del<br />

National Health System de Reino Unido (NHS). El índice de respuesta fue<br />

del 73%. El 7,4% de los miembros de la BSP y el 18,4% de los GDP administraban<br />

antibióticos sistémicos para el tratamiento de la periodontitis crónica<br />

(PC). Un mayor porcentaje de los miembros de la BSP daban antibióticos<br />

sistémicos en el caso de periodontitis agresivas (PA) (52%) y periodontitis<br />

refractaria (PR) (46%) que los GDP. El 8,4% de los miembros de la BSP<br />

administraron antibióticos locales y el 5,4% de los GDP, en la PC no tratada.<br />

En el caso de afección recurrente de la bolsa y de PR los porcentajes fueron<br />

significativamente mayores en los miembros de la BSP. Como razones para<br />

el uso de antibióticos, el 80% de los encuestados afirmaron que era superior<br />

al raspado y alisado radicular (RAR). Las obstáculos para su uso incluyeron<br />

el coste, el no creer en su necesidad y la ausencia de datos de investigación<br />

que los apoyen. Los porcentajes de respondientes que consideraban la<br />

microbiología diagnóstica ya teóricamente o a un coste de 60 libras esterlinas<br />

fueron 83% y 70,4% en los miembros de la BSP y del 76% y 51,2% en<br />

los GDP.<br />

Aunque aquí se muestra que, si bien el tratamiento antibiótico en la periodontitis<br />

no es generalizado, una minoría sustancial de dentistas utilizan esta<br />

forma de tratamiento y la mayoría cree que es más efectiva que el RAR solo,<br />

opinión que no se ve respaldada por la gran mayoría de datos científicos.<br />

También es sorprendente que ninguno de los encuestados mencionara los<br />

riesgos de la aparición de resistencias bacterianas y de hipersensibilidad<br />

como impedimentos para su uso. La frecuencia del uso de antibióticos en el<br />

tratamiento de la PA y PR también es sorprendentemente elevada, ya que<br />

sólo se justifica si el diagnóstico se realiza en una fase temprana.<br />

Vacunas<br />

Las vacunas son una posibilidad menor en las enfermedades periodontales<br />

que en la caries por el origen comensal de la placa supragingival y subgingival.<br />

Sin embargo, a pesar de ello, se hallan en investigación vacunas frente a<br />

algunos de los posibles patógenos de la enfermedad periodontal.<br />

La mayor parte de este trabajo se relaciona con P. gingivalis. En este sentido,<br />

se han investigado dos proteínas de la membrana externa de P. gingivalis<br />

(PG32 y PG33) porque se ha demostrado que tienen un papel importante<br />

en el crecimiento bacteriano en estudios de desactivación génica (Ross et al.,<br />

2004). Se han producido dos productos peptídicos de estas proteínas en una<br />

forma apropiada para la producción de vacunas. A continuación se demostró<br />

que las vacunas preparadas a partir de estos productos proporcionaban unos<br />

niveles elevados de protección frente a P. gingivalis en el modelo de enfermedad<br />

periodontal en ratones. Esto demuestra que hay posibilidad de probarlas<br />

en la enfermedad periodontal humana.

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