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Pancracio Celdrán Gomáriz Inventario general de insultos<br />

Es calificativo que se aplica a quienes ponen excusas e inconvenientes inverosímiles e infundados.<br />

Mangante.<br />

Ladrón; sinvergüenza y desaprensivo que da sablazos. Persona despreciable, sin oficio ni beneficio,<br />

que se dedica a mendigar y a pedir, y que si no obtiene fruto con esas actividades no duda en robar. Es<br />

voz procedente del caló mangar = pedir, mendigar. Tiene abreviatura popular: "manguis".<br />

Mangonero, mangón.<br />

Chalán; individuo ocioso y entremetido; sujeto enredador que gusta de mangonear, tratando de<br />

mandar y disponer en personas y cosas que no son de su incumbencia, metiéndose en asuntos que ni le<br />

van ni le vienen. Es término de estirpe latina, utilizado bajo distintas formas a lo largo de la Edad Media,<br />

siempre con connotaciones negativas, y en situaciones y contextos donde prima el engaño, la burla o la<br />

vida holgazana y poco clara. Tuvo a finales del siglo XIX un uso literario entre los autores dedicados al<br />

realismo regionalista. Así, en Andalucía, Luna, en El Cristo de los gitanos, hace el siguiente brindis:<br />

Por todos los flamencos, mangones y gitanos,<br />

yo levanto mi caña de vino jerezano.<br />

Mangorrero.<br />

Tipejo inútil y despreciable; persona o cosa de nula importancia. Su primera acepción, documentada<br />

a finales del siglo XV en textos de Nebrija, es la de "cuchillo con mal mango, o mangorro". Por extensión<br />

se predicó de cualquier cosa, e incluso de personas. Es de uso peyorativo en todos los casos.<br />

Manso.<br />

Cornudo; hablando de maridos o novios, consentidores en que su pareja reciba galanteos y favores<br />

de otros hombres. Se dice del cabrón de condición apacible, pobre de espíritu, dominado por la mujer que<br />

hace y deshace tanto en su vida como en la propia de ella. Se alude a las reses que en las plazas de toros<br />

salen a devolver al animal dañado a los chiqueros, asociación que permite llamarlos también "cabestros".<br />

Iglesias de la Casa, en su Venus picaresca, (segunda mitad del siglo XVIII), emplea así el término:<br />

¿Admiraste del marido<br />

que, sin renta, y holgazán<br />

sale al Prado tan galán<br />

como un Adonis lucido?<br />

Pues mira, esto ha conseguido<br />

por ser mando de la villa,<br />

o, en buen romance, cabrón:<br />

"porque no se da morcilla<br />

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