28.04.2013 Views

hbC1Z

hbC1Z

hbC1Z

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Pancracio Celdrán Gomáriz Inventario general de insultos<br />

y la cabeza caliente. Dícese también del sujeto informal y ridículo, especie de chisgarabís pequeñajo que<br />

a pesar de su posición y condición social baja se atreve a mostrarse incomprensiblemente pagado de sí<br />

mismo. En ese sentido se utiliza en el teatro de finales del siglo XVIII, y en el XIX:<br />

¿No es una maldita idea<br />

que aborreciendo a ese títere<br />

quieras casarte con él?<br />

Pudo derivar del griego titiros: mono pequeño, aunque Corominas da como probable un origen<br />

onomatopéyico al término, surgido por imitación del sonido que el titerero hace llegar mediante una<br />

lengüeta hasta la boca del muñeco. El sentido actual es figurado, y debió surgir en el mismo siglo XVII en<br />

que se introdujo el término en la lengua escrita. La novela picaresca la Picara Justina, (1605), y<br />

coetáneamente el Quijote, documentan su uso en su acepción original. Hoy se emplea como insulto<br />

próximo al campo semántico de "Payaso, marioneta, veleta, muñeco, fantoche, etc.".<br />

Tocho.<br />

Se dice del sujeto inculto y tosco, necio y tonto. Covarrubias creía que el término es variante<br />

corrupta de "tosco", sinónimo de grosero y de mamón. Corominas, que lo documenta en torno al año<br />

1500, dice desconocer su etimología. En cuanto a su valor semántico, no parece que experimentara<br />

cambios. En el Cancionero editado en Valencia durante los primeros años del siglo XVI, el de Hernando<br />

del Castillo, o Cancionero General, uno de sus poetas emplea así el término:<br />

La paja guardan los tochos<br />

y dejan perder los panes.<br />

Ese rasgo de simpleza acompañaría a estos sujetos a lo largo de la vida de esta palabra, hoy en<br />

desuso. Ambrosio de Morales, (mediados del siglo XVI), dice que "a los hombres (...) mal considerados<br />

en muchas cosas, llamamos agora tochos". Coetáneamente, Sebastián de Horozco emplea el término en el<br />

siguiente pasaje de su Representación de la historia evangélica de San Juan:<br />

¿Que he comido?<br />

¡Dístesme un güeso roido!<br />

¿Pensáis que soy algún tocho?<br />

¡No véis que negro partido!<br />

Y aún en todo oy no he bevido<br />

sino sólo un escamocho.<br />

Baltasar Gracián, ya en el XVII, (Morales de Plutarco) emplea así el término hablando de los<br />

varones sensatos y prudentes: "Semejante a éstos es aquél que se guarda y se recata del hombre tocho,<br />

abobado y necio...".<br />

261

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!