Principios y directrices recomendados sobre Derechos Humanos y

5.6. Abordar la mayor vulnerabilidad
en situaciones de conflicto y
posteriores a un conflicto
La trata de personas es una de las características
de los conflictos armados y de las situaciones
posteriores a un conflicto 228 . Durante un conflicto,
una persona puede ser secuestrada o sometida
de alguna otra manera a la trata por grupos
militares o armados a fin de que proporcione
mano de obra o servicios militares o sexuales.
Incluso después del cese de las hostilidades,
las poblaciones civiles pueden estar sometidas
a presiones extremas de orden económico o
de otro tipo para trasladarse a otro lugar, por
lo que son particularmente vulnerables a las
amenazas, la coacción y el engaño. Las economías
de guerra y de posguerra a menudo
se reconstruyen sobre una base de actividades
delictivas, que pueden ampliarse rápidamente
para incluir la trata de personas. La debilidad o
el mal funcionamiento de los sistemas de justicia
penal permiten que los tratantes y sus cómplices
operen de manera impune. Las zonas de guerra
violentas y en las que no impera la ley a menudo
se convierten en origen, tránsito o destino
de víctimas de trata. La presencia de militares
internacionales o fuerzas de mantenimiento de la
paz puede suponer una amenaza más de trata y
la explotación asociada, siendo las mujeres y las
niñas quienes están particularmente expuestas.
Durante un conflicto armado y después de éste,
la trata de personas suele tener un componente
de género muy importante. Cuando las víctimas
de la trata son niños y hombres adultos,
228
Este aspecto de la trata de personas ha sido reconocido
recientemente por la Asamblea General, que ha pedido
a «los gobiernos, la comunidad internacional y todas las
demás organizaciones y entidades que se ocupan de
situaciones de conflicto o posteriores a un conflicto, desastres
o situaciones de emergencia de otro tipo a que aborden el
problema del aumento de la vulnerabilidad de las mujeres y
las niñas a la trata y la explotación, así como a la violencia
basada en el género, conexa» (resolución 63/156 de la
Asamblea General, párr. 4).
casi siempre es con el propósito de suministrar
combatientes para complementar a las fuerzas
en lucha. Las mujeres y los niños son objeto de
trata para toda una serie de propósitos entre los
que figuran el trabajo forzoso para los ejércitos
y grupos armados. La explotación sexual invariablemente
forma parte de su explotación. Esa
explotación pueden incluir la servidumbre sexual
o la esclavitud así como la prostitución militar y
el embarazo forzoso 229 .
Los factores que generan o aumentan la vulnerabilidad
a ese tipo de trata también tienen un
importante sesgo de género. El conflicto armado
destruye las comunidades como medio tradicional
de apoyo. Durante una guerra y en el periodo
posterior, las mujeres a menudo quedan atrás.
Para asegurar la supervivencia de la familia, quizá
se vean obligadas a trasladarse a otro lugar
del país o incluso al extranjero, invariablemente
en condiciones sumamente peligrosas. Ya se han
expuesto las vulnerabilidades especiales de los
desplazados internos y los refugiados (véase la
parte 2.1, sección 1.4.4). En el presente contexto
cabe señalar que las mujeres y los niños constituyen
la inmensa mayoría de los desplazados
internos y los refugiados después de un conflicto
armado. Trasladándose permanentemente, en
campamentos de refugiados o en otros albergues
temporales, son sumamente vulnerables a la violencia
y la explotación, inclusive por medio de la
trata de personas.
El derecho internacional y las políticas internacionales
requieren medidas para abordar las
vulnerabilidades particulares de las personas
atrapadas en un conflicto. En la medida en que
la situación, su causa o sus consecuencias tengan
una dimensión de género, es indispensable
velar por que las respuestas incluyan la debida
perspectiva de género.
229
A/61/122/Add.1, párr. 143.
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