Principios y directrices recomendados sobre Derechos Humanos y

PARTE 2.3
general de la Convención sobre los Derechos del
Niño, pueden servir como orientación:
• En el caso de medidas y decisiones que afecten
a un niño en particular, deben tenerse en
cuenta los mejores intereses de ese niño;
• Los mejores intereses del niño son disfrutar de
los derechos y libertades que le reconoce el
derecho internacional y que se establecen en
la Convención sobre los Derechos del Niño.
Por ejemplo, sus mejores intereses radican
en mantener contacto con ambos padres en
la mayoría de las circunstancias (art. 9 3)), y
tener acceso a la educación (art. 28) y a la
atención de salud (art. 24);
• El menor capaz de opinar acerca de sus mejores
intereses debe ser capaz de expresar
su opinión libremente y ésta debe ser tenida
en cuenta (art. 12). No obstante, la actuación
siguiendo el interés superior del niño en
ocasiones puede exigir que sus deseos sean
desatendidos;
• Los padres son los que tienen la responsabilidad
primordial en cuanto a la adopción de
decisiones en nombre de sus hijos (arts. 5 y
18 1)); no obstante, si no consideran primordial
el interés superior del niño, por ejemplo
siendo ellos mismos cómplices en la trata de
ese niño, el Estado puede intervenir para proteger
los intereses del menor (véase el artículo
9 1), por ejemplo), y
• Como afirma el Comité de los Derechos del
Niño en su Observación general Nº 6, los
Estados no deben anteponer otras consideraciones,
como las relacionadas con el control
de la inmigración o el orden público, al interés
superior de un niño víctima de trata.
10.4. Protección y apoyo para los
niños objeto de trata
El Principio 10 exige que los niños víctimas de la
trata reciban asistencia y protección adecuadas,
teniendo plenamente en cuenta su vulnerabilidad,
sus derechos y sus necesidades especiales. De
conformidad con el supuesto antes esbozado,
todas las personas identificadas o razonablemente
consideradas menores de 18 años tienen derecho
a este mayor nivel de protección y apoyo 375 .
Una asistencia y una protección adecuadas incluirían
medidas de apoyo inmediatas como seguridad,
alimentos y alojamiento seguro además
de acceso a asistencia sanitaria, asesoramiento
psicológico y servicios sociales 376 . Los servicios
prestados deben ser apropiados para la edad
del niño y para cualquier necesidad especial,
así como para su sexo y su identidad étnica o
cultural. Toda la asistencia y el apoyo que se
preste a los niños debe ser dado por profesionales
competentes y adiestrados 377 .
375
El Principio 10 encuentra una fuente autorizada en
la Convención sobre los Derechos del Niño, que afirma
que «[l]os niños temporal o permanentemente privados
de su medio familiar, o cuyo superior interés exija que
no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la
protección y asistencia especiales del Estado» (art. 20 1)).
Véase también la Carta Africana sobre los Derechos y el
Bienestar del Niño, art. XXV.
376
La Convención sobre los Derechos del Niño exige
a los Estados Partes que adopten «todas las medidas
apropiadas para promover la recuperación física
y psicológica» de todo niño víctima de abandono,
explotación, abuso o tortura (art. 39). El Comité de los
Derechos del Niño ha hecho repetidos llamamientos a
los Estados para que faciliten a los niños víctimas de
trata atención sanitaria, asistencia psicológica, servicios
de rehabilitación y reintegración social: observaciones
finales: Kenya (CRC/C/KEN/CO/2, párr. 66 c));
Antigua y Barbuda (CRC/C/15/Add.247, párr. 65
e)); Myanmar (CRC/C/15/Add.237, párr. 70); Países
Bajos (CRC/C/15/Add.227, párr. 57 d)); Canadá
(CRC/C/15/Add.215, párr. 53); Armenia (CRC/C/15/
Add.225, párr. 67 b)).
377
La Directriz 8.10 exige a los Estados y otros agentes que
consideren «adoptar medidas para impartir capacitación
adecuada y apropiada, especialmente legal y psicológica,
a quienes trabajen con víctimas de la trata de niños». Las
Guías Legislativas de la Convención contra la Delincuencia
Organizada y sus Protocolos piden a los Estados Partes
que estudien la posibilidad de establecer prácticas
especiales de contratación y programas de capacitación
para garantizar que las personas responsables de la
atención y protección de los niños víctimas comprendan sus
174 Principios y Directrices recomendados sobre los derechos humanos y la trata de personas