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CRITIAS UN MUNDO MITICO --TESOS DOC--

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¿Urbanismo cosmológico o cosmos anímico? 263<br />

engañosa, de la verdadera proporción que alienta todo el sistema 425 . Una correspondencia<br />

que tiene más que ver con la metafísica y la ontología que con la matemática, ¿es posible<br />

numerologizar la interioridad dialéctica del verdadero devenir del conocimiento?<br />

El modelo de diálogo atlante es aquel que interroga la apariencia con la apariencia. Ante<br />

la pregunta que formula todo prototipo universal ellos contestan con una respuesta<br />

figurativa. Sus ojos únicamente ven la apariencia, la cifra, la grafía, la caligrafía textual,<br />

sin intentar la desocultación como proceso necesario a realizar ante toda imagen. Su<br />

respuesta es otra imagen realizada desde el afuera, intentando ofrecerla como una<br />

explicación, una rediseñación de la imagen primera, traducida al lenguaje figurativo<br />

humano. Los atlantes ven el espectáculo del movimiento de los astros en el cielo y los<br />

fenómenos naturales, su regularidad, y su respuesta consiste en apropiarse de esas<br />

imágenes, convertirlas en rituales, en facticidad, para poder apropiarse del orden que<br />

expresan matemáticamente, del poder que despliegan. Su objetivo no es la aprehensión,<br />

sino la apropiación. No ven más allá de lo que se ve, lo que se ve es lo que es, no es un<br />

símbolo o una puerta que hay que abrir para penetrar en el sentido, sino que lo visto es el<br />

sentido mismo. Los atlantes se leen como una realidad objetual donde lo formal se<br />

constituye como la única ontología. Se dan a sí mismos tres formalismos, tres modos de<br />

perder de vista la verdad: el número pitagórico, la religiosidad ritual, la arquitectura<br />

cosmologizada. Con la cifra, el rito o la piedra se puede construir cualquier demagogia<br />

desposeída de ultimidad. Su matemática, meramente aritmética, perfecciona los objetos<br />

mismos y a los sujetos los define como objetos. Su religiosidad vinculada al espectáculo<br />

colectivo genera masas clientelares de un poder absoluto. Su urbanismo provoca una<br />

pregunta dirigida exclusivamente a los sentidos. Acumular la atribución de cualidades<br />

materiales a unos y a otros impide aprehenderlos desde su esencialidad. Cada vez que se<br />

mejora la imagen, que se construye sobre ella, que se piensa sobre ella, se genera un<br />

alejamiento añadido con respecto a la originalidad fundante. No se trata de crear un<br />

425<br />

Como dice Mattéi (1996, pág. 258), todo el juego de metales y murallas evoca los bordados<br />

multicolores de los simulacros sofistas y la indeterminación del ápeiron presocrático. Contrasta con la<br />

visión de Mosconi (2009a, págs. 136-139), que después de citar de pasada a Ecbatana y Babilonia, niega la<br />

existencia de un modelo concreto que inspirara la estructura urbana, pues esta circularidad/ortogonalidad<br />

se da tanto en Oriente como en Grecia. Prefiere referirlo todo a una significación político-social. Desclos<br />

(1996, pág. 324) compara el sentido de lo circular en Rep. 424a con el atlante. Allí se dice que la ciudad<br />

avanza circularmente: la educación influye en la naturaleza de los hombres y la naturaleza en la educación;<br />

mientras que los atlantes pervierten esta direccionalidad convirtiéndola en un puro acondicionamiento,<br />

embellecimiento, del espacio urbano, meramente acumulativo. Pradeau (2001, pág. 87) afirma que el<br />

principio del urbanismo atlante es el de la repetición y de la multiplicación de las mismas funciones de las<br />

mismas construcciones.

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