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CRITIAS UN MUNDO MITICO --TESOS DOC--

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Imperialismo atlante, dominación ateniense, pasividad egipcia 308<br />

Estado se fundamenta en las mismas bases éticas que la felicidad del individuo. El ideal<br />

de un Estado justo es la realización de una comunidad internacional que participe de una<br />

convivencia igualitaria, no despótica, sino de amistad mutua. Para los atenienses la<br />

victoria militar sobre los atlantes es un recurso defensivo ante la amenaza de la dóxa, de<br />

modo que una vez se ha restablecido el equilibrio regresa a su estado original, cual<br />

Demiurgo timeico, que una vez hecho su trabajo creativo retorna a su estado habitual<br />

(Timeo 42e) 509 . Frente al imperialismo militarista atlante, Atenas opone un ejército<br />

meramente defensivo y reequilibrador. Derrotar a la Atlántida no solo supone defender<br />

las fronteras de la región de Atenea-Hefesto, sino restablecer el orden de la ecúmene. No<br />

se trata de un verdadero contingente militar, sino de una enunciación simbólica de que el<br />

orden requiere el reconocimiento de lo que es la verdadera valentía 510 .<br />

509<br />

En el marco de su concepción fisiológico-territorial Pradeau establece la existencia de dos<br />

conclusiones de orden político que se desprenden de la lectura del diálogo. En la República Platón había<br />

señalado la diferencia entre guerras imperiales y defensivas. Las primeras, expresión de la corrupción<br />

política de un Estado, y las segundas, una respuesta inevitable ante aquellas. Esto sugiere también que<br />

Platón contempla las relaciones entre ciudades de un modo conflictivo (la posibilidad de un poder<br />

compartido o federado entre ciudades es extraña a su pensamiento). Por ello el ejército ateniense desaparece<br />

al día siguiente de su victoria sobre Atlántida, porque al desbordar sus límites territoriales, su experiencia<br />

de la guerra y sobre todo la alianza con otras ciudades griegas, modificaron su naturaleza, transformándola<br />

en una potencia imperialista. Hay aquí que distinguir la suerte de Atlántida, que desaparece por completo,<br />

de la de Atenas, que pierde sólo su ejército; lo que viene a mostrar que la ciudad ateniense supo conservar<br />

una organización justa. Territorialmente, la imagen se presenta como la relación existente entre la suerte de<br />

la ciudad ateniense y el abandono de la acrópolis como el lugar propio de la mesura de los guardianes para<br />

ir a desempeñar una función contraria a aquella para la que fue concebida (1997, pág. 296-297). Varias<br />

objeciones se pueden realizar a esta interpretación. El terremoto no es un castigo divino, como ya he<br />

señalado repetidamente. No es posible separar el ejército ateniense del grupo de guardianes, pues como se<br />

afirma en Critias 110b y 112 d-e las mujeres y los hombres se ocupan de la guerra, lo que implica que si<br />

muere la clase guerrera también desaparece la posibilidad de reproducción. Ejército y clase política son una<br />

misma cosa en el mundo de los guardianes. No se puede hablar de imperialismo ateniense, pues su<br />

pretensión es aplicar un castigo para que los atlantes vuelvan a la moderación y a la prudencia (Critias<br />

121c), lo que implica el regreso a la situación originaria, al equilibrio en el que ambas potencias y el resto<br />

de pueblos conservan su autonomía y su libertad, elemento imprescindible para que funcione el mecanismo<br />

de la persuasión y el castigo que son los modos de relacionarse entre los dioses y los hombres y entre estos<br />

últimos. Por la misma razón, Atenas nunca castigará a Egipto, pues a pesar de que su opción política se<br />

separa de la ideal y que pertenecen ambos a la misma región tutelada por Atenea, habían optado por<br />

mantener su régimen fuera de cualquier objetivo imperial. Su «error» no conlleva el dominio sobre los<br />

demás pueblos. Las relaciones entre los diferentes países o póleis se desarrollan a partir del respeto a la<br />

libertad de cada una de ellas para establecer el régimen político que consideren más acorde con el mensaje<br />

divino original, aunque sea equivocado. Cada cultura posee una realidad individual que debe ser respetada.<br />

Egipto prefiere no enfrentarse a los atlantes y abandonará también a Atenas en la lucha. Ven la victoria<br />

imposible porque su análisis es puramente cuantitativo al tener en cuenta exclusivamente los medios<br />

humanos, materiales y económicos aplicados para ejercer un impacto disuasivo. Al medir la potencia militar<br />

en términos numéricos entienden que es imposible enfrentarse al ejército atlante y su inmenso poderío. No<br />

se dan cuenta de que la verdadera capacidad militar es anímica, la que puede convertir a cada soldado en<br />

un héroe, aquel que es filósofo y al mismo tiempo posee el valor, porque ha desarrollado al máximo sus<br />

capacidades físicas e intelectuales (Rep. 373e y ss.).<br />

510<br />

Platón inicia el tratamiento del tema en el Laques, mediante la discusión entre Nicias (que defiende<br />

una concepción técnica y científica del valor, la necesidad de una instrucción completa sobre la lucha<br />

individual y en formación, y el estudio de la estrategia y la técnica militar) y el personaje que da nombre al<br />

diálogo (que se muestra partidario de una formación del tipo espartano en línea con la del hoplita

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