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CRITIAS UN MUNDO MITICO --TESOS DOC--

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El Critias desde la biografía platónica 27<br />

mirada hacia el oeste, Sicilia, y hacia el este, Oriente, no le dará respuestas a sus<br />

interrogantes, sino modelos de fracaso, modelos atlante-egipcios. Esta etapa además<br />

aporta la primera reflexión platónica sobre la figura del gobernante en el escenario de una<br />

ciclicidad mítica (el diálogo el Político escrito entre el 367 y el 362), que junto con la<br />

obra de Jenofonte Recuerdos de Sócrates llevará a Platón a concebir el esqueleto formal<br />

de su relato épico.<br />

Antes de llegar a la escritura del mito cosmológico insertado en el Político (268d-274e)<br />

Platón andaba pretendiendo saber si el rey, forma unipersonal de gobierno, es un politikós,<br />

forma simple paradigmática de la epistḗmē de la política. Buscando qué es el rey mediante<br />

imágenes como la del pastor no había llegado a ningún sitio, así que ahora necesitaba otro<br />

método. Cualquier experto en organizar y regir puede ser un pastor, por lo que no había<br />

llegado a la especificidad de lo político en el rey, porque este es un conductor que<br />

maniobra a través de su personalidad cuya consistencia y estabilidad es la que debía<br />

transmitir a su gobernación de los hombres. Para ejemplificar la naturaleza del rey como<br />

conductor de hombres nos sitúa ante la autocausalidad o la heterocausalidad en el<br />

movimiento del universo en dos momentos (269c y ss.): cuando el mundo es guiado por<br />

la divinidad y cuando lo hace por sí mismo 27 . Cuando el movimiento sigue su marcha<br />

divina la edad consecuente es un tiempo paradisíaco, mientras que cuando el universo se<br />

retrograda se produce la degradación, el mundo es abandonado a su propio impulso, a la<br />

humanización. «Lo que este mito indica es la necesidad de “sustitutos”. Por una parte, la<br />

necesidad de unas técnicas demiúrgicas que sustituyan los dones espontáneos de la época<br />

de Cronos; por otra, la necesidad de un orden social que sustituya el apacentamiento<br />

divino» 28 . Esa pérdida implica unos «sustitutos» que han de ser reconstruidos desde la<br />

misma mitologización de la que nacen, puramente discursivos e idealmente posibles y<br />

que solo pueden surgir desde la anámnēsis. Puesto que en la actualidad no existe el pastorrey<br />

de los tiempos de Cronos la tarea del sustituto es imposible, pues ahora estamos en el<br />

espacio de la historia, donde no se puede detener el proceso degenerativo impuesto por la<br />

humanización. «Antes de poder ejercer su elevada téchnē, el sustituto debería superar esta<br />

contradicción que hace brotar una abismal inadecuación entre su téchnē y el objeto al que<br />

27<br />

Este último es el momento en el que los dioses abandonan el gobierno de cada una de las regiones<br />

del mundo que tenían asignadas, y en el que se producen «cuantiosas destrucciones de los diversos seres<br />

vivos, y del género humano en particular poco es, por cierto, lo que sobrevive» (270c y 273a, tal cual Timeo<br />

22c, Critias 109d).<br />

28<br />

Mas Torres (1995), pág. 118.

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