06.06.2018 Views

El juego de Ender - Orson Scott Card

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

estudiando y pensando y, sobre todo, hablando con Valentine. Y sin embargo, en<br />

la escuela actuaba como si las pueriles lecciones <strong>de</strong>l día le sedujeran.<br />

—Oh, es formidable, no tenía ni i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que las ranas fueran así por <strong>de</strong>ntro —<br />

<strong>de</strong>cía.<br />

Y <strong>de</strong>spués estudiaba en casa la unión <strong>de</strong> las células para formar los<br />

organismos a través <strong>de</strong> la colación filótica <strong>de</strong>l ADN. Peter era un maestro en el<br />

arte <strong>de</strong> la adulación, y todos sus profesores le creían.<br />

No obstante, estaba bien. Peter no volvió a pelearse, no volvió a intimidar a<br />

nadie. Se llevaba bien con todo el mundo. Era un nuevo Peter.<br />

Todo el mundo lo creía. Su padre y su madre así lo <strong>de</strong>cían, y eso hacía que a<br />

Valentine le entraran con frecuencia ganas <strong>de</strong> gritarles: « ¡No es un Peter nuevo!<br />

¡Es el mismo Peter, sólo que más listo!» .<br />

« ¿Muy listo? Más listo que tú, padre. Más listo que tú, madre. Más listo que<br />

ninguna persona que hayáis conocido» .<br />

« Pero no más listo que yo» .<br />

—He estado pensando —dijo Peter— si matarte o no.<br />

Valentine se apoyó contra el tronco <strong>de</strong>l pino. Su pequeño fuego eran ahora<br />

unas pocas ascuas que se consumían.<br />

—También y o te quiero a ti, Peter.<br />

—Sería tan fácil. Siempre haces esos fueguecitos estúpidos. Es sólo cuestión<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rribarte y quemarte. Eres una pirómana.<br />

—He estado pensando en castrarte mientras dormías.<br />

—No, no es cierto. Sólo piensas esas cosas cuando estoy contigo. Saco a<br />

relucir lo mejor <strong>de</strong> ti. No, Valentine he <strong>de</strong>cidido no matarte. He <strong>de</strong>cidido que me<br />

vas a ay udar.<br />

—¿De veras?<br />

Unos años antes, Valentine se habría aterrorizado ante las amenazas <strong>de</strong> Peter.<br />

Ahora, sin embargo, no tenía tanto miedo. No es que dudara <strong>de</strong> que fuera capaz<br />

<strong>de</strong> matarla. No podía imaginar nada tan terrible que Peter fuera incapaz <strong>de</strong><br />

hacer. Sin embargo, sabía también que Peter no era un <strong>de</strong>mente, por lo menos no<br />

en el sentido <strong>de</strong> que no tuviera control sobre sí mismo. Tenía más control sobre sí<br />

mismo que ninguna otra persona que ella conociera. Excepto, tal vez, ella misma.<br />

Peter podía aplazar cualquier <strong>de</strong>seo tanto como fuera necesario; podía ocultar<br />

cualquier emoción. Y por consiguiente, Valentine sabía que Peter nunca le haría<br />

daño en un ataque <strong>de</strong> ira. Sólo lo haría si las ventajas compensaban los riesgos. Y<br />

no era este el caso. En cierta forma, prefería a Peter antes que a otra gente<br />

precisamente por eso. Siempre, siempre, actuaba guiado por un egoísmo<br />

inteligente. Y por lo tanto, para mantenerse a salvo, lo único que tenía que hacer<br />

era estar segura <strong>de</strong> que a Peter le interesaba más <strong>de</strong>jarla viva que tenerla<br />

muerta.<br />

—Valentine, las cosas están llegando a un punto crítico. He estado siguiendo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!