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escuchadme, porque esto es importante. Nadie va a pasar por esa puerta sin una<br />
gran probabilidad <strong>de</strong> que le acierten. En los viejos tiempos, se disponía <strong>de</strong> diez, <strong>de</strong><br />
veinte segundos, antes <strong>de</strong> que hubiera que empezar a moverse. Ahora, si no os<br />
habéis <strong>de</strong>splegado para cuando sale el enemigo, estáis congelados. Ahora bien,<br />
¿qué pasa cuando te congelan?<br />
—No te pue<strong>de</strong>s mover —dijo uno <strong>de</strong> los chicos.<br />
—Eso es lo que significa la palabra congelado —dijo En<strong>de</strong>r—. ¿Pero qué le<br />
pasa a uno?<br />
Fue Bean, en absoluto intimidado, quien respondió inteligentemente:<br />
—Sigues avanzando en la dirección en que ibas. A la velocidad con que ibas<br />
cuando te iluminaron.<br />
—Es cierto. ¡Vosotros cinco, los <strong>de</strong>l final, moveos!<br />
Sobresaltados, los chicos se miraron. En<strong>de</strong>r los irradió a todos.<br />
—¡Los cinco siguientes, moveos!<br />
Se movieron. En<strong>de</strong>r los irradió también, pero continuaron moviéndose,<br />
dirigiéndose hacia las pare<strong>de</strong>s. Los cinco primeros, sin embargo, estaban a la<br />
<strong>de</strong>riva en las cercanías <strong>de</strong>l grupo principal.<br />
—Mirad a esos pseudosoldados —dijo En<strong>de</strong>r—. Su comandante les or<strong>de</strong>nó<br />
moverse y ahora, miradles. No sólo están congelados, están congelados<br />
precisamente aquí, don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>n ser un estorbo. Mientras los otros, al moverse<br />
cuando así se les or<strong>de</strong>nó, están congelados allá abajo, taponando las líneas <strong>de</strong>l<br />
enemigo, bloqueando la visión <strong>de</strong>l enemigo. Me imagino que al menos cinco <strong>de</strong><br />
vosotros habréis entendido lo que quiero <strong>de</strong>cir. Y sin duda Bean es uno <strong>de</strong> ellos.<br />
¿No es así, Bean?<br />
No respondió al principio. En<strong>de</strong>r le miró hasta que dijo:<br />
—Así es, señor.<br />
—Entonces ¿qué es lo esencial?<br />
—Cuando se te or<strong>de</strong>na moverte, muévete rápido, para que, si te congela,<br />
rebotes <strong>de</strong> un lado a otro en vez <strong>de</strong> quedarte quieto obstaculizando las operaciones<br />
<strong>de</strong> tu escuadra.<br />
—Excelente. Al menos tengo un soldado capaz <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r las cosas.<br />
En<strong>de</strong>r podía ver crecer el resentimiento en la forma en que los otros soldados<br />
balanceaban los cuerpos y se intercambiaban miradas, en la forma en que<br />
evitaban mirar a Bean. « ¿Por qué hago esto? ¿Qué tiene que ver esto con ser un<br />
buen comandante, convertir a un chico en el blanco <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>más?<br />
¿Simplemente porque me lo hicieron a mí tengo que hacérselo a él?» . En<strong>de</strong>r<br />
quiso rectificar su mofa <strong>de</strong>l chico, quiso <strong>de</strong>cir a los <strong>de</strong>más que el pequeño<br />
necesitaba su ay uda y su amistad más que nadie. Pero no lo podía hacer. No el<br />
primer día. <strong>El</strong> primer día, incluso sus errores tenían que parecer parte <strong>de</strong> un plan<br />
brillante.<br />
En<strong>de</strong>r se enganchó más cerca <strong>de</strong> la pared y tiró <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los chicos