Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—No tenía hambre.<br />
—Ahora y a sabes por qué no soy comandante.<br />
En<strong>de</strong>r se lo había preguntado.<br />
—En realidad, me ascendieron dos veces, y me negué.<br />
—¿Te negaste?<br />
—Se llevaron mi casillero, mi litera y mi consola, me asignaron una cabina<br />
<strong>de</strong> comandante y me dieron una escuadra. Pero me quedé en la cabina hasta que<br />
se dieron por vencidos y me volvieron a poner en la escuadra <strong>de</strong> otro.<br />
—¿Por qué?<br />
—Porque no les voy a permitir que me lo hagan. No me puedo creer que te<br />
hay as <strong>de</strong>jado cegar por toda esta porquería, En<strong>de</strong>r. De todas formas, eres<br />
<strong>de</strong>masiado joven. <strong>El</strong> enemigo no son las otras escuadras. <strong>El</strong> enemigo son los<br />
profesores. Nos obligan a pelearnos unos con otros, a odiarnos unos a otros. <strong>El</strong><br />
<strong>juego</strong> lo es todo. Vencer, vencer, vencer. No lleva a nada. Nos estamos matando,<br />
nos estamos volviendo locos intentando vencernos unos a otros, y, mientras tanto,<br />
esos <strong>de</strong>sgraciados nos observan, nos estudian, <strong>de</strong>scubren nuestros puntos débiles,<br />
<strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n si somos suficientemente buenos o no. Buenos, ¿para qué? Tenía seis años<br />
cuando me trajeron aquí. ¿Qué podía saber a esa edad? <strong>El</strong>los <strong>de</strong>cidieron que yo<br />
era bueno para el programa, pero nadie me preguntó si el programa era bueno<br />
para mí.<br />
—¿Por qué no te vas a casa entonces?<br />
Dink sonrió tortuosamente.<br />
—Porque no puedo <strong>de</strong>jar el <strong>juego</strong>. —Dio un manotazo a su traje refulgente,<br />
tirado en la litera—. Porque amo esto.<br />
—¿Por qué no ser comandante entonces?<br />
Dink negó con la cabeza.<br />
—Nunca. Mira lo que le está haciendo a Rose. Ese chico está loco. Rose <strong>de</strong><br />
Nose duerme con nosotros en vez <strong>de</strong> dormir en su cabina. ¿Por qué? Porque le<br />
asusta estar solo, En<strong>de</strong>r. Le asusta la oscuridad.<br />
—¿A Rose?<br />
—Pero le hicieron comandante y tiene que actuar como tal. No sabe lo que<br />
hace. Gana, pero eso es lo que más le asusta, porque no sabe por qué gana,<br />
excepto que y o tengo algo que ver con ello. Alguien podría averiguar en<br />
cualquier momento que Rose no es el mágico general israelí que siempre vence.<br />
No sabe por qué se gana o se pier<strong>de</strong>. Nadie lo sabe.<br />
—Eso no quiere <strong>de</strong>cir que esté loco.<br />
—Ya veo, sólo has estado aquí un año y te crees que esta gente es normal.<br />
Pues no lo es. No lo somos. He mirado en la biblioteca, he consultado libros en mi<br />
consola. Libros antiguos, porque no nos <strong>de</strong>jan ver nada reciente, pero me he<br />
hecho una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> lo que es un niño, y nosotros no somos niños. Los niños pier<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong> vez en cuando, y a nadie le preocupa. Los niños no están en escuadras, no son