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—Olvidaos <strong>de</strong>l porqué, nos preocuparemos <strong>de</strong> eso esta noche. ¿Estáis<br />
cansados?<br />
Fly Molo respondió:<br />
—Nos hemos <strong>de</strong>jado la piel en las prácticas <strong>de</strong> hoy. Por no mencionar la<br />
paliza que hemos dado a la escuadra Hurón esta mañana.<br />
—Nadie tiene dos batallas el mismo día —dijo Crazy Tom.<br />
En<strong>de</strong>r respondió en el mismo tono.<br />
—Ni nadie ha <strong>de</strong>rrotado jamás a la escuadra Dragón. ¿Va a ser esta vuestra<br />
gran oportunidad <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r? —La pregunta burlona <strong>de</strong> En<strong>de</strong>r fue la respuesta a<br />
sus quejas—. Primero ganar, <strong>de</strong>spués preguntar.<br />
Estaban todos <strong>de</strong> vuelta en el dormitorio, y la may oría vestidos.<br />
—¡Moveos! —gritó En<strong>de</strong>r, y corrieron en línea <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> él, algunos todavía<br />
vistiéndose cuando llegaron al corredor que daba a la sala <strong>de</strong> batalla.<br />
Muchos estaban ja<strong>de</strong>ando y a, una mala señal; estaban <strong>de</strong>masiado cansados<br />
para esta batalla. La puerta y a estaba abierta. No había ninguna estrella. Sólo<br />
vacío, espacio vacío en una sala con una iluminación <strong>de</strong>slumbrante. Ningún sitio<br />
don<strong>de</strong> escon<strong>de</strong>rse, ni siquiera en la oscuridad.<br />
—Tengo la corazonada <strong>de</strong> que ellos tampoco han salido todavía —dijo Crazy<br />
Tom.<br />
En<strong>de</strong>r se puso la mano en la boca para indicarles que guardaran silencio.<br />
Lógicamente, con la puerta abierta, el enemigo podía escuchar todo lo que<br />
dijeran. En<strong>de</strong>r señaló con el <strong>de</strong>do todo el perímetro <strong>de</strong> la puerta, para indicarles<br />
que la escuadra Salamandra estaba, sin ninguna duda, <strong>de</strong>splegada por la pared<br />
alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la puerta, don<strong>de</strong> no podían ser vistos pero sí podían irradiar<br />
fácilmente a cualquiera que saliera.<br />
En<strong>de</strong>r les hizo señas <strong>de</strong> que se retiraran <strong>de</strong> la puerta. Luego hizo a<strong>de</strong>lantarse a<br />
algunos <strong>de</strong> los chicos más altos, incluido Crazy Tom, y les hizo arrodillarse, pero<br />
no sentados en cuclillas sobre los talones, sino totalmente erguidos <strong>de</strong> manera que<br />
sus cuerpos formaran una L. Les congeló. La escuadra lo miraba en silencio.<br />
Seleccionó al chico más pequeño, Bean, le entregó la pistola <strong>de</strong> Tom e hizo que se<br />
arrodillara en las piernas congeladas <strong>de</strong> Tom. Entonces sacó las manos <strong>de</strong> Bean,<br />
cada una sosteniendo una pistola, por los sobacos <strong>de</strong> Tom.<br />
Ahora lo entendían, Tom sería un escudo, una astronave blindada, y Bean<br />
estaría escondido <strong>de</strong>ntro. Des<strong>de</strong> luego, no era invulnerable, pero tendría tiempo.<br />
En<strong>de</strong>r asignó dos chicos más para lanzar a Tom y a Bean por la puerta, pero<br />
les hizo señas <strong>de</strong> que esperaran. Avanzó entre la escuadra, asignando<br />
rápidamente grupos <strong>de</strong> cuatro: un escudo, un tirador y dos lanzadores. Cuando<br />
todos estuvieron congelados o armados o listos para lanzar, señaló a los<br />
lanzadores que levantaran sus cargas, las lanzaran por la puerta y que, a<br />
continuación, se lanzaran ellos.<br />
—¡Moveos! —gritó En<strong>de</strong>r.