06.06.2018 Views

El juego de Ender - Orson Scott Card

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

cinco millones <strong>de</strong> láseres. Nosotros tendremos el cinturón <strong>de</strong> asteroi<strong>de</strong>s, pero<br />

ellos tendrán la Tierra, y, sin la Tierra, allí te quedas sin pasas ni apios con<br />

bastante rapi<strong>de</strong>z.<br />

Lo que más perturbaba a Valentine era que Peter no parecía nada<br />

preocupado.<br />

—Peter, ¿por qué tengo la impresión <strong>de</strong> que estás viendo todo ese asunto<br />

como si se tratara <strong>de</strong> una oportunidad <strong>de</strong> oro para Peter Wiggin?<br />

—Para los dos, Val.<br />

—Peter, tienes doce años. Yo tengo diez. Hay un nombre para las personas <strong>de</strong><br />

nuestra edad. Nos llaman niños y nos tratan como a ratones.<br />

—Pero nosotros no pensamos como los <strong>de</strong>más niños, ¿verdad, Val? No<br />

hablamos como los <strong>de</strong>más niños. Y sobre todo, no escribimos como los <strong>de</strong>más<br />

niños.<br />

—Para ser una discusión que se inició con amenazas <strong>de</strong> muerte, me parece,<br />

Peter, que nos hemos <strong>de</strong>sviado <strong>de</strong>l tema.<br />

Sin embargo, Valentine <strong>de</strong>scubrió que estaba entusiasmada. Escribir era una<br />

<strong>de</strong> las cosas que Val hacía mejor que Peter. Los dos lo sabían. Incluso, Peter lo<br />

mencionó una vez, cuando dijo que él siempre veía lo que los otros odiaban más<br />

<strong>de</strong> sí mismos para intimidarlos, mientras que Val siempre veía lo que los otros<br />

apreciaban más <strong>de</strong> sí mismos, para adularlos. Era una forma cínica <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirlo,<br />

pero era verdad. Valentine podía inculcar su punto <strong>de</strong> vista a los <strong>de</strong>más; podía<br />

convencerles <strong>de</strong> que querían lo que ella quería que quisieran. Peter, por otro lado,<br />

sólo podía hacerles temer lo que él quería que temieran. La primera vez que<br />

Peter se lo señaló, se sintió ofendida. Quería creer que persuadía a la gente<br />

porque tenía razón, no porque era lista. Pero a pesar <strong>de</strong> las veces que se repitió a<br />

sí misma que nunca quiso explotar a la gente <strong>de</strong> la forma en que lo hacía Peter,<br />

disfrutaba sabiendo que podía, a su manera, controlar a los <strong>de</strong>más. Y no sólo<br />

controlar lo que hacían. Podía controlar, en cierta forma, lo que querían hacer.<br />

Estaba avergonzada <strong>de</strong> haber experimentado placer con este po<strong>de</strong>r y, sin<br />

embargo, se sorprendía a sí misma empleándolo algunas veces. Consiguiendo<br />

que los profesores y otros estudiantes hicieran lo que quería. Consiguiendo que su<br />

padre y su madre vieran las cosas a su manera. Algunas veces, era capaz <strong>de</strong><br />

persuadir incluso a Peter bastante bien, que podía conectar con él lo suficiente<br />

como para entrar en él por ese camino. Había más <strong>de</strong> Peter en ella <strong>de</strong> lo que<br />

podía admitir, aunque, <strong>de</strong> todas formas, algunas veces se atrevía a pensarlo. Esto<br />

es lo que pensaba mientras Peter hablaba: « Sueñas con el po<strong>de</strong>r, Peter, pero a<br />

mi manera soy más po<strong>de</strong>rosa que tú» .<br />

—He estudiado Historia —dijo Peter—, he estado aprendiendo cosas sobre<br />

las pautas <strong>de</strong>l comportamiento humano. Hay períodos en que el mundo se<br />

reestructura, y en esos períodos las palabras precisas pue<strong>de</strong>n cambiar el mundo.<br />

Piensa en lo que hizo Pericles en Atenas, y Demóstenes…

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!