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5. JUEGOS<br />
—Pue<strong>de</strong> contar con mi admiración. Un brazo roto. Ese sí que ha sido un golpe<br />
maestro.<br />
—Ha sido un acci<strong>de</strong>nte.<br />
—¿De verdad? Y pensar que yo ya le he recomendado en el informe oficial.<br />
—Es <strong>de</strong>masiado fuerte. Eso convierte al otro pequeño imbécil en un héroe.<br />
Podría dificultar la formación <strong>de</strong> muchos chicos. Creo que <strong>de</strong>bería haber pedido<br />
ayuda.<br />
—¿Pedir ayuda? Creía que eso era precisamente lo que más valoraba en él,<br />
que resolvía sus problemas sin ayuda <strong>de</strong> nadie. Cuando esté allá fuera ro<strong>de</strong>ado por<br />
una flota enemiga, no habrá nadie que acuda en su ayuda si la pi<strong>de</strong>.<br />
—¿Quién iba a pensar que el otro idiota saldría disparado <strong>de</strong> su asiento? ¿Y<br />
que aterrizaría en tan mala posición contra el tabique?<br />
—Un ejemplo más <strong>de</strong> la estupi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los militares. Si tuviera usted un poco <strong>de</strong><br />
cabeza, se <strong>de</strong>dicaría a una actividad con futuro, como ven<strong>de</strong>r seguros <strong>de</strong> vida.<br />
—Usted también, mente lúcida.<br />
—Tenemos que aceptar el hecho <strong>de</strong> que somos gente <strong>de</strong> segunda categoría.<br />
Con el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> la humanidad en nuestras manos. Da una <strong>de</strong>liciosa sensación <strong>de</strong><br />
po<strong>de</strong>r, ¿verdad? Especialmente teniendo en cuenta que esta vez no habrá ningún<br />
tipo <strong>de</strong> críticas en caso <strong>de</strong> que perdamos.<br />
—No lo había visto nunca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa perspectiva. Pero hagamos lo posible por<br />
no per<strong>de</strong>r.<br />
—Veamos cómo lo arregla En<strong>de</strong>r. Si ya le hemos perdido, si no lo arregla,<br />
¿quién es el siguiente? ¿Quién viene ahora?<br />
—Haré una lista.<br />
—Mientras tanto, vaya buscando la forma <strong>de</strong> recuperar a En<strong>de</strong>r.<br />
—Ya se lo he dicho. No po<strong>de</strong>mos romper su aislamiento. Si lo hacemos, jamás<br />
se convencerá <strong>de</strong> que nunca acudirá nadie en su ayuda, nunca. Si piensa, aunque<br />
sólo sea una vez, que hay una salida fácil, está perdido.<br />
—Tiene razón. Sería terrible que creyera que tiene algún amigo.<br />
—Pue<strong>de</strong> tener amigos. Lo que no pue<strong>de</strong> tener es padres.<br />
Los <strong>de</strong>más chicos y a habían elegido sus literas cuando llegó En<strong>de</strong>r. Se <strong>de</strong>tuvo<br />
en la puerta <strong>de</strong>l dormitorio buscando la única cama que quedaba libre. <strong>El</strong> techo<br />
era bajo; podía tocarlo con las manos. Un dormitorio <strong>de</strong> tamaño infantil, con las<br />
literas inferiores apoyadas directamente en el suelo. Los <strong>de</strong>más chicos le<br />
miraban, <strong>de</strong> reojo. Efectivamente, la litera inferior situada justo al lado <strong>de</strong> la<br />
puerta era la única que estaba vacía. Por un momento, se le pasó por la cabeza la<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que permitirles ponerle en el peor sitio era abrir la posibilidad a futuras