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El juego de Ender - Orson Scott Card

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en el espacio para mantener juntos dos objetos. Algunas veces las líneas muertas<br />

tenían varios kilómetros <strong>de</strong> longitud. Esta era sólo un poco más larga que una<br />

pared <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> batalla, y sin embargo se enrollaba toda ella, casi <strong>de</strong> forma<br />

invisible, en torno a la cintura <strong>de</strong> Bean. Se <strong>de</strong>spojó <strong>de</strong> ella como si se tratara <strong>de</strong><br />

una prenda <strong>de</strong> vestir y alargó un extremo a uno <strong>de</strong> sus soldados.<br />

—Engánchalo a un asi<strong>de</strong>ro y dale varias vueltas.<br />

Bean llevó el otro extremo al otro lado <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> batalla.<br />

Como cable para trampas no era <strong>de</strong>masiado práctico, pensó Bean. Era<br />

suficientemente invisible, pero un hilo <strong>de</strong> bramante no tenía <strong>de</strong>masiadas<br />

probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>tener a un enemigo que podía pasar sin problemas por<br />

encima o por <strong>de</strong>bajo. Entonces se le ocurrió la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> utilizarlo para cambiar <strong>de</strong><br />

dirección en el aire. Se lo ató alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la cintura, con el otro extremo todavía<br />

atado a un asi<strong>de</strong>ro, se <strong>de</strong>slizó algunos metros y se lanzó sin vacilar. <strong>El</strong> bramante le<br />

frenó en seco, cambió su dirección repentinamente y le balanceó, haciéndole<br />

<strong>de</strong>scribir un arco que le estrelló brutalmente contra la pared.<br />

Chillaba sin parar. En<strong>de</strong>r tardó unos segundos en darse cuenta <strong>de</strong> que no<br />

gritaba <strong>de</strong> dolor.<br />

—¡Visteis lo rápido que iba! ¡Visteis cómo cambié <strong>de</strong> dirección!<br />

Pronto, toda la escuadra Dragón interrumpió el trabajo para observar a Bean<br />

hacer ejercicios con el hilo <strong>de</strong> bramante. Los cambios <strong>de</strong> dirección eran<br />

portentosos, especialmente cuando no se sabía dón<strong>de</strong> buscar el hilo <strong>de</strong> bramante.<br />

Cuando utilizó el hilo para dar vueltas en torno a una estrella, alcanzó velocida<strong>de</strong>s<br />

que nadie había visto antes.<br />

Eran las 21.40 cuando En<strong>de</strong>r dio por concluida la práctica nocturna. Fatigada<br />

pero satisfecha por haber visto algo nuevo, su escuadra iba por los corredores <strong>de</strong><br />

vuelta al cuartel. En<strong>de</strong>r iba entre ellos, sin hablar, pero escuchaba sus<br />

conversaciones. Estaban cansados, sí; una batalla diaria durante más <strong>de</strong> cuatro<br />

semanas, con frecuencia en situaciones que ponían a prueba sus posibilida<strong>de</strong>s.<br />

Pero estaban orgullosos, felices, unidos; nunca habían perdido, y habían<br />

aprendido a confiar unos en otros. Confiar en que sus compañeros <strong>de</strong> armas<br />

lucharían mucho y bien; confiar en que sus jefes les utilizarían en vez <strong>de</strong><br />

malgastar sus esfuerzos; y por encima <strong>de</strong> todo, confiar en que En<strong>de</strong>r les<br />

prepararía para todas y cada una <strong>de</strong> las situaciones que pudieran sobrevenir.<br />

Mientras caminaban por los corredores, En<strong>de</strong>r vio a varios chicos mayores,<br />

aparentemente enfrascados en conversaciones en los corredores laterales y en<br />

las escaleras <strong>de</strong> salida; algunos estaban en su corredor, caminando lentamente en<br />

dirección contraria. Era <strong>de</strong>masiada coinci<strong>de</strong>ncia, sin embargo, que la may oría<br />

llevara uniformes <strong>de</strong> la escuadra Salamandra, y que los que no lo llevaban,<br />

fueran chicos may ores pertenecientes a las escuadras <strong>de</strong> los comandantes que<br />

más odiaban a En<strong>de</strong>r Wiggin. Algunos le miraban, y apartaban la vista<br />

rápidamente; otros estaban <strong>de</strong>masiado tensos, <strong>de</strong>masiado nerviosos mientras

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