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El juego de Ender - Orson Scott Card

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hacia arriba a la gravedad cero. <strong>El</strong> batallón C estaba listo para dar un manotazo<br />

en el alféizar <strong>de</strong>l umbral <strong>de</strong> la puerta y tirarse hacia abajo.<br />

Arriba, abajo, izquierda, <strong>de</strong>recha; En<strong>de</strong>r estaba <strong>de</strong>lante, entre las columnas<br />

para no cerrarles el paso, y les reorientaba.<br />

—¿En qué dirección está la puerta <strong>de</strong>l enemigo?<br />

—Abajo —dijeron todos riendo. Y en ese momento arriba pasó a ser norte y<br />

abajo pasó a ser sur, e izquierda y <strong>de</strong>recha pasaron a ser este y oeste.<br />

La pared gris que había <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>sapareció, y la sala <strong>de</strong> batalla<br />

quedó a la vista. No era un <strong>juego</strong> en la oscuridad, pero tampoco a plena luz; las<br />

luces estaban a media potencia, como en el crepúsculo. A lo lejos, en la luz<br />

mortecina, podía verse la puerta <strong>de</strong>l enemigo, vertiendo ya sus trajes refulgentes.<br />

En<strong>de</strong>r conoció un momento <strong>de</strong> placer. Todos habían aprendido <strong>de</strong> Bonzo las<br />

consecuencias <strong>de</strong>l mal uso <strong>de</strong> En<strong>de</strong>r Wiggin. Todos se arrojaban por la puerta<br />

inmediatamente, y por lo tanto no había tiempo más que para pronunciar la<br />

formación que utilizarían. Los comandantes no tenían tiempo <strong>de</strong> pensar. Bueno,<br />

En<strong>de</strong>r se tomaría el tiempo necesario y confiaría en la habilidad <strong>de</strong> sus soldados<br />

en el combate, con las piernas congeladas para seguir intactos si salían tar<strong>de</strong> por<br />

la puerta.<br />

En<strong>de</strong>r se hizo una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> batalla. La familiar reja<br />

abierta <strong>de</strong> la may oría <strong>de</strong> los primeros <strong>juego</strong>s, como las barras <strong>de</strong> monos <strong>de</strong>l<br />

parque, con siete u ocho estrellas esparcidas por la reja. Había las necesarias y<br />

en posiciones suficientemente avanzadas como para que mereciera la pena ir a<br />

por ellas.<br />

—Desplegaos hacia las estrellas más próximas —dijo En<strong>de</strong>r—. C intenta<br />

<strong>de</strong>slizarte por la pared. Si funciona, A y E le seguirán. Si no, ya <strong>de</strong>cidiré <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

aquí. Estaré con D. ¡Moveos!<br />

Todos los soldados sabían lo que estaba pasando, pero las <strong>de</strong>cisiones tácticas<br />

<strong>de</strong>pendían exclusivamente <strong>de</strong> los jefes <strong>de</strong> batallón. Incluso con las instrucciones<br />

<strong>de</strong> En<strong>de</strong>r, pasaron por la puerta con sólo diez segundos <strong>de</strong> retraso. La escuadra<br />

Conejo ya estaba haciendo sofisticados movimientos <strong>de</strong> baile allá abajo, en su<br />

extremo <strong>de</strong> la sala. En todas las <strong>de</strong>más escuadras con las que En<strong>de</strong>r había<br />

combatido, ahora mismo habría estado ocupado asegurándose <strong>de</strong> que él y su<br />

batallón estaban en el lugar que les correspondía en la formación. Ahora en<br />

cambio, él y todos sus hombres pensaban sólo en la forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizarse más allá<br />

<strong>de</strong> la formación, <strong>de</strong> controlar las estrellas y las esquinas <strong>de</strong> la sala, y luego<br />

romper la formación <strong>de</strong>l enemigo en pedazos insignificantes, que no sabrían lo<br />

que estaban haciendo. En menos <strong>de</strong> cuatro semanas juntos, su forma <strong>de</strong> luchar<br />

parecía la única forma inteligente, la única forma posible. En<strong>de</strong>r casi se<br />

sorprendió <strong>de</strong> que la escuadra Conejo no supiera ya que estaban<br />

irremisiblemente anticuados.<br />

<strong>El</strong> batallón C se <strong>de</strong>slizó por la pared, bor<strong>de</strong>ándola con las rodillas dobladas

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