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sus soldados. Naturalmente, ninguno le habló. Sabían que hablaría cuando<br />
estuviera preparado, y no antes.<br />
Cuando todos estuvieron allí, En<strong>de</strong>r se engarfió cerca <strong>de</strong> ellos y les miró uno<br />
por uno.<br />
—Una primera batalla excelente —dijo, lo que fue suficiente excusa para un<br />
viva y un intento <strong>de</strong> entonar un canto <strong>de</strong> Dragón, Dragón, que cortó rápidamente<br />
—. La escuadra Dragón lo hizo bien contra los Conejos. Pero el enemigo no va a<br />
ser siempre así <strong>de</strong> malo. Si nos hubiéramos enfrentado a una escuadra buena,<br />
batallón C, tu aproximación fue tan lenta que te habrían cogido por los flancos<br />
antes <strong>de</strong> que llegaras a una buena posición. Te <strong>de</strong>berías haber dividido formando<br />
un ángulo en dos direcciones, y así no podrían cogerte por los flancos. A y B,<br />
vuestra puntería fue lamentable. Los marcadores muestran que vuestra media es<br />
<strong>de</strong> sólo una diana por cada dos soldados. Esto significa que la may oría <strong>de</strong> las<br />
dianas se consiguieron atacando a soldados ro<strong>de</strong>ados. Esto no pue<strong>de</strong> seguir así; un<br />
enemigo competente rompería en pedazos la fuerza <strong>de</strong> asalto, a menos que esté<br />
cubierta mucho mejor por los soldados alejados. Quiero que todos los batallones<br />
practiquen su puntería <strong>de</strong> lejos con blancos móviles y estáticos. Medios batallones<br />
harán <strong>de</strong> blanco por turnos. ¡Moveos!<br />
—¿Vamos a tener estrellas? —preguntó Hot Soup—. Para apoy arnos al<br />
apuntar.<br />
—No quiero que os acostumbréis a tener don<strong>de</strong> apoyar los brazos. Si os<br />
tiemblan los brazos, congelaos los codos. ¡Moveos!<br />
Los jefes <strong>de</strong> batallón organizaron rápidamente a su gente, y En<strong>de</strong>r iba <strong>de</strong> un<br />
grupo a otro para dar consejos y ay udar a los soldados que tenían más<br />
problemas. Para entonces, los soldados y a sabían que En<strong>de</strong>r podía ser brutal en la<br />
forma <strong>de</strong> hablar a los grupos, pero cuando trabajaba con un individuo siempre<br />
era paciente, explicaba las cosas las veces que fuera necesario, daba consejos<br />
sosegadamente, escuchaba preguntas, problemas y explicaciones. Pero nunca se<br />
reía cuando intentaban bromear con él, y pronto <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> intentarlo. Era<br />
comandante en todo momento. Nunca necesitó recordárselo; simplemente, lo<br />
era.<br />
Trabajaron todo el día con el sabor <strong>de</strong> la victoria en la boca, y dieron nuevos<br />
vítores cuando se suspendió el trabajo media hora antes <strong>de</strong>l almuerzo. En<strong>de</strong>r<br />
retuvo a los jefes <strong>de</strong> batallón hasta la hora normal <strong>de</strong>l almuerzo, para hablar <strong>de</strong><br />
las tácticas que habían utilizado y evaluar el trabajo <strong>de</strong> sus soldados<br />
individualmente. Luego se fue a su habitación y se puso metódicamente el<br />
uniforme regular. Entraría en el comedor <strong>de</strong> comandantes con un retraso <strong>de</strong> unos<br />
diez minutos. La <strong>de</strong>mora exacta que quería. Como esta era su primera victoria,<br />
nunca había visto el interior <strong>de</strong>l comedor <strong>de</strong> comandantes y no tenía ninguna i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> lo que se suponía que <strong>de</strong>bía hacer un comandante nuevo, pero sí sabía que hoy<br />
quería entrar el último, cuando los resultados <strong>de</strong> las batallas <strong>de</strong> la mañana y a