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El juego de Ender - Orson Scott Card

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—Las cosas no siempre son lo que parecen.<br />

—Todo eso es <strong>de</strong>masiado complicado para mí, Graff. Prefiero los <strong>juego</strong>s.<br />

Reglas limpias. Árbitros. Principio y final. Vencedores y vencidos, y luego todos<br />

a casa con sus esposas.<br />

—¿Me darás entradas para algún partido?<br />

—No vas a quedarte aquí y retirarte, ¿verdad?<br />

—No.<br />

—Vas a entrar en la Hegemonía, ¿verdad?<br />

—Soy el nuevo ministro <strong>de</strong> Colonización.<br />

—Así que van a hacerlo.<br />

—En cuanto nos lleguen los informes sobre las colonias <strong>de</strong> los insectores.<br />

Están ahí, y a preparadas, con edificaciones e industrias y a levantadas, y todos los<br />

insectores muertos. Muy cómodo. Aboliremos las leyes <strong>de</strong> limitación <strong>de</strong> la<br />

población.<br />

—Que todos odian.<br />

—Y todos esos terceros y cuartos y quintos se embarcarán en astronaves con<br />

rumbo a mundos conocidos y <strong>de</strong>sconocidos.<br />

—¿Crees que la gente irá?<br />

—La gente siempre va. Siempre. Siempre creen que pue<strong>de</strong>n encontrar una<br />

vida mejor que la que tenían en el viejo mundo.<br />

—Qué más da, quizá tengan razón.<br />

Al principio, En<strong>de</strong>r creía que le llevarían <strong>de</strong> vuelta a la Tierra en cuanto<br />

estuviera todo más calmado. Pero todo estaba en calma ahora, había estado en<br />

calma durante más <strong>de</strong> un año, y ahora estaba claro que no lo llevarían a la<br />

Tierra, que era mucho más útil siendo un nombre y una historia que siendo una<br />

persona <strong>de</strong> carne y hueso, e incómoda.<br />

Y estaba a<strong>de</strong>más el asunto <strong>de</strong> la corte marcial sobre los crímenes <strong>de</strong>l coronel<br />

Graff. <strong>El</strong> almirante Chamrajnagar intentó impedir que En<strong>de</strong>r los viera, pero no lo<br />

consiguió; a En<strong>de</strong>r se le había concedido también el rango <strong>de</strong> almirante, y esa<br />

fue una <strong>de</strong> las pocas veces que hizo valer los privilegios <strong>de</strong> su rango. Así que<br />

contempló los ví<strong>de</strong>os <strong>de</strong> las peleas con Stilson y Bonzo, miró las fotografías <strong>de</strong> los<br />

cadáveres, escuchó a los psicólogos y a los abogados discutir si se había cometido<br />

un crimen o si había sido en <strong>de</strong>fensa propia. En<strong>de</strong>r tenía su propia opinión sobre<br />

el asunto, pero nadie se la pidió. En realidad, a quien se atacaba en el juicio era a<br />

En<strong>de</strong>r. <strong>El</strong> fiscal era <strong>de</strong>masiado listo para acusarle directamente, pero no le<br />

faltaron intentos <strong>de</strong> presentarle como un enfermo, un loco pervertido y criminal.<br />

—No te preocupes —dijo Mazer Rackham—. Los políticos te tienen miedo,<br />

pero todavía no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>struir tu reputación. Estará in<strong>de</strong>mne hasta que entren<br />

en escena los historiadores, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> unos treinta años.

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