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El juego de Ender - Orson Scott Card

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—Todo lo que sé —dijo En<strong>de</strong>r—. Ahora sólo <strong>juego</strong> <strong>de</strong> oído.<br />

—Felicida<strong>de</strong>s —dijo Dink.<br />

—Es bueno saber que tengo un amigo aquí.<br />

Pero En<strong>de</strong>r no estaba seguro <strong>de</strong> que Dink fuera ya su amigo. Tampoco lo<br />

estaba Dink. Tras unas pocas frases vacías, Dink volvió a su mesa.<br />

En<strong>de</strong>r miró en torno suyo cuando acabó <strong>de</strong> comer. Seguían algunas pequeñas<br />

conversaciones. En<strong>de</strong>r reconoció a Bonzo, que ahora era uno <strong>de</strong> los comandantes<br />

más antiguos. Rose el Narizotas se había graduado. Petra estaba con un grupo en<br />

una esquina lejana, y no le miró ni una vez. Como la may oría, le miraban <strong>de</strong><br />

soslay o <strong>de</strong> vez en cuando, incluidos los que estaban hablando con Petra. En<strong>de</strong>r<br />

estaba casi seguro <strong>de</strong> que le rehuía la mirada <strong>de</strong>liberadamente. « Este es el<br />

problema <strong>de</strong> empezar ganando —pensó En<strong>de</strong>r—. Pier<strong>de</strong>s a los amigos. Dales<br />

unas semanas para que se acostumbren. Para cuando tenga la próxima batalla,<br />

las cosas se habrán calmado» .<br />

Carn Carby no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ir a felicitar a En<strong>de</strong>r antes <strong>de</strong> que concluy era la hora<br />

<strong>de</strong>l almuerzo. Era, <strong>de</strong> nuevo, un gesto cortés, y, a diferencia <strong>de</strong> Dink, Carby no<br />

parecía receloso.<br />

—Acabo <strong>de</strong> caer en <strong>de</strong>sgracia —dijo con franqueza—. No me creerán<br />

cuando les diga que hiciste cosas que nadie había visto hacer. Así que espero que<br />

vapulees al mocoso <strong>de</strong> la próxima escuadra con la que te enfrentes. Como un<br />

favor personal.<br />

—Será un favor personal —dijo En<strong>de</strong>r—. Y gracias por hablar conmigo.<br />

—Creo que te están tratando muy mal. Normalmente, cuando los<br />

comandantes ingresan en el comedor por primera vez, se les vitorea. Pero,<br />

normalmente, un comandante nuevo tiene unas cuantas <strong>de</strong>rrotas en su haber<br />

antes <strong>de</strong> aparecer por aquí. Sólo hace un mes que llegué. Si alguien se merece un<br />

aplauso, ese eres tú. Pero así es la vida. Y haz que muerdan el polvo.<br />

—Lo intentaré.<br />

Carn Carby se marchó, y En<strong>de</strong>r lo añadió mentalmente a su lista particular<br />

<strong>de</strong> personas calificadas como seres humanos.<br />

Esa noche, En<strong>de</strong>r durmió como no lo había hecho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía bastante<br />

tiempo. De hecho, durmió tan bien que no se <strong>de</strong>spertó hasta que se encendieron<br />

las luces. Se levantó <strong>de</strong> buen humor, fue a la ducha al trote y no advirtió el trozo<br />

<strong>de</strong> papel que había en el suelo hasta que volvió y comenzó a ponerse el uniforme.<br />

Sólo vio el papel porque lo movió el aire que levantó al sacudir el uniforme para<br />

ponérselo. Cogió el papel y lo leyó.<br />

PETRA ARKANIAN, ESCUADRA FÉNIX, 07.00<br />

Era su antigua escuadra, la que había <strong>de</strong>jado apenas hacía cuatro semanas, y

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