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La ubicación de los personajes en <strong>la</strong> esfera de lo humano, es lo que<br />
hace que podamos acercarnos a <strong>el</strong>los, aprendiendo tanto de sus aciertos<br />
como de sus deslices. El verdadero aprendizaje está también en reconocer<br />
aqu<strong>el</strong>los aspectos de <strong>la</strong> personalidad que son menos apreciables. Sólo así<br />
pueden corregirse.<br />
En ese sentido <strong>la</strong>s figuras femeninas, no difieren en su tratamiento<br />
d<strong>el</strong> resto de los personajes. Sin embargo, debemos hacer notar, que en general<br />
aparecen, ya en <strong>el</strong> texto en sí, menos figuras femeninas que masculinas.<br />
Y demás está decir que durante los siglos, han merecido menos atención<br />
que sus contrapartes masculinas, entre otras razones porque <strong>la</strong> escu<strong>el</strong>a<br />
exegética fue básicamente compuesta por hombres... En ese sentido es<br />
interesante notar, que en los últimos años dio comienzo <strong>la</strong> creación lenta<br />
pero constante de textos interpretativos femeninos, en círculos de <strong>mujer</strong>es<br />
eruditas principalmente en Isra<strong>el</strong> y los EE.UU.<br />
Cuando hab<strong>la</strong>mos de figuras femeninas en <strong>la</strong> Biblia, no hab<strong>la</strong>mos<br />
sólo de <strong>la</strong>s matriarcas, sino también de figuras a veces menos destacadas o<br />
menos recordadas, como Dina, <strong>la</strong> hija de Iaakov; Debora, <strong>la</strong> jueza y profeta;<br />
Abigail, hija de David; Mijal, hija de Saúl y esposa de David; Jana, madre<br />
de Samu<strong>el</strong>; Miriam, hermana de Moshe y Aarón, Rut, <strong>la</strong> moabita, abu<strong>el</strong>a<br />
d<strong>el</strong> rey David; etc. También están aqu<strong>el</strong><strong>la</strong>s que recordamos, aunque no<br />
siempre por su nombre, como <strong>la</strong> <strong>mujer</strong> y <strong>la</strong>s hijas de Lot, <strong>la</strong> <strong>mujer</strong> de Manoaj,<br />
madre de Sansón. Notemos también a aqu<strong>el</strong><strong>la</strong>s <strong>mujer</strong>es que ni siquiera<br />
son recordadas, ni mencionadas. Tomemos por ejemplo a Abraham<br />
de cuyo padre Teraj, sólo encontramos en <strong>el</strong> texto bíblico una escueta referencia,<br />
pero, sin embargo, ha ocupado un lugar importante en <strong>la</strong>s leyendas,<br />
y los r<strong>el</strong>atos popu<strong>la</strong>res, perpetuados por generaciones de padres y<br />
maestros. Quien ha crecido a <strong>la</strong> luz de los r<strong>el</strong>atos tradicionales judíos no<br />
puede dejar de recordar al pequeño y valiente Avram rompiendo en su ira<br />
los ídolos de su padre, objeto de su adoración politeísta. La revolución monoteísta,<br />
una de <strong>la</strong>s más cruciales de <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> humanidad comienza<br />
en esa reb<strong>el</strong>día d<strong>el</strong> joven Avram. Cabe preguntarse: ¿Y a todo esto, dónde<br />
esta <strong>la</strong> madre de Avram? ¿Aprueba o reprueba <strong>la</strong> ira de su hijo? ¿Lo ampara<br />
o lo condena?. Cuando Dios ordena a Avram abandonar su casa lo hace<br />
diciendo “Vete de tu tierra y de tu parent<strong>el</strong>a y de <strong>la</strong> casa de tu padre,<br />
hacia <strong>la</strong> tierra que te mostraré” (Génesis 12:1). La mención de <strong>la</strong> casa como<br />
<strong>la</strong> casa paterna es sólo por referencia al dominio d<strong>el</strong> patriarcado en <strong>la</strong><br />
época, o puede pensarse como <strong>la</strong> casa metafórica de <strong>la</strong>s enseñanzas paternas.<br />
La madre de Avram, inexistente en <strong>el</strong> texto, ni siquiera es nombrada,<br />
es anónima, como si saber quien fue <strong>la</strong> que dio vida al padre de <strong>la</strong> nación<br />
no fuera un dato importante o que no tuvo ninguna influencia. O tal<br />
vez, podríamos aventurar <strong>el</strong> pensamiento que no hubo reb<strong>el</strong>día contra<br />
<strong>el</strong><strong>la</strong>. Que Abraham pudo ser quien fue por su madre, <strong>el</strong>igiendo sus valores<br />
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