15.05.2013 Views

el judaísmo y la mujer

el judaísmo y la mujer

el judaísmo y la mujer

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

meras que se visten con ropas mínimas para invitar al cliente. Sin embargo,<br />

<strong>el</strong> Talmud en Nedarim 20 b, nos r<strong>el</strong>ata sobre <strong>el</strong> esposo de Ima Shalom,<br />

(quien por cuya atrayente personalidad vale <strong>la</strong> pena sea estudiada) que durante<br />

sus r<strong>el</strong>aciones “cubría un palmo y descubría un palmo”, como invocación<br />

para que sus hijos salgan hermosos y como especial forma de modestia<br />

y pudor. Iehudá ve un rostro recatado, <strong>el</strong> que interpreta como <strong>el</strong> de<br />

una cualquiera. Ve lo que desea. No se molesta en ver lo que hay frente a<br />

él. En otra calle y en otro barrio quizás hubiera vista a una kedoshá, aquí<br />

sólo una kedeshá. Ve <strong>el</strong> recato que busca, seguro de <strong>la</strong> confidencialidad y<br />

<strong>el</strong> secreto de su r<strong>el</strong>ación que suponía no iría a traerle complicación alguna.<br />

Retomemos nuevamente <strong>el</strong> hilo, ya en <strong>el</strong> momento de <strong>la</strong> paga:<br />

“Iehudá, por su parte, envió <strong>el</strong> cabrito por mediación<br />

de su compañero <strong>el</strong> adu<strong>la</strong>mita, para rescatar<br />

<strong>la</strong> prenda de manos de <strong>la</strong> <strong>mujer</strong>, pero éste no <strong>la</strong> encontró”.<br />

Iehudá tenía amigos que harían <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor vergonzosa por él. El adu<strong>la</strong>mita<br />

parecía entender de <strong>mujer</strong>es.<br />

El adu<strong>la</strong>mita “preguntó a los d<strong>el</strong> lugar: “¿Dónde<br />

está <strong>la</strong> ramera aqu<strong>el</strong><strong>la</strong> que había en Enaim, a <strong>la</strong> vera<br />

d<strong>el</strong> camino?” – “Ahí no habido ninguna ramera” -<br />

dijeron, Entonces él se volvió donde Iehudá y dijo:<br />

“No <strong>la</strong> he encontrado: y los mismos lugareños me han<br />

dicho que allí no ha habido ninguna ramera”. Pues,<br />

que se quede con <strong>el</strong>lo – dijo Iehudá- : que nadie se<br />

burle de nosotros”.<br />

Tamar sabía que <strong>la</strong> noción de ciertas cosas puede ser más real para<br />

los sentidos que <strong>la</strong>s cosas mismas. Como <strong>mujer</strong> sabía lo que Iehudá no había<br />

aprendido. Ciertos pensamientos sobre determinadas acciones provocan<br />

a veces mas efecto que <strong>la</strong> acción misma. Los objetos de poder y de<br />

identidad de Iehudá que Tamar le había tomado, eran <strong>el</strong> epítome de los recuerdos<br />

de su vida en común. D<strong>el</strong> sufrimiento que le había causado con sus<br />

acciones. Su vida había sido destruida por Iehudá y por su propia incapacidad<br />

de tomar decisiones, por lo menos hasta ese instante. Por primera vez<br />

había decidido, sin sus padres, sin su suegro (aunque en una acción realizada<br />

con él), sin sus maridos.<br />

Como en <strong>la</strong>s grandes tragedias, todavía no sabemos quien es <strong>el</strong> bur-<br />

[ .il ]/3 Tamar: ¿Osadía o desvarío? (segunda parte ) /361

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!