15.05.2013 Views

el judaísmo y la mujer

el judaísmo y la mujer

el judaísmo y la mujer

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

362/<br />

<strong>la</strong>dor y quien es <strong>el</strong> bur<strong>la</strong>do.<br />

www.wzo.org.il/es<br />

“Ahora bien, como a los tres meses aproximadamente,<br />

Iehudá recibió este aviso: “Tu nuera Tamar<br />

ha fornicado, y lo que es más, ha quedado encinta como<br />

consecuencia de <strong>el</strong>lo”.<br />

Y Iehudá vu<strong>el</strong>ve a su pap<strong>el</strong> tradicional y ordena: “Sacad<strong>la</strong> y que<br />

sea quemada”. Pero cuando ya <strong>la</strong> sacaban, envió <strong>el</strong><strong>la</strong> un recado a su suegro:<br />

“D<strong>el</strong> hombre a quien esto pertenece estoy encinta”, y añadía: “Examina,<br />

por favor, de quién es este s<strong>el</strong>lo, este cordón y este bastón”. Iehudá lo<br />

reconoció y dijo: “El<strong>la</strong> tiene más razón que yo, porque <strong>la</strong> verdad es que no<br />

<strong>la</strong> he dado por <strong>mujer</strong> a mi hijo Sh<strong>el</strong>a”. Y nunca más volvió a tener trato con<br />

<strong>el</strong><strong>la</strong>”.<br />

Tamar se salva, en <strong>el</strong> último instante, de morir carbonizada. Iehudá,<br />

quizás en ese segundo en <strong>el</strong> que reconoce su error, vio pasar frente a su memoria,<br />

como en una p<strong>el</strong>ícu<strong>la</strong> de gran v<strong>el</strong>ocidad otros episodios de su vida.<br />

Iehudá, no es nuestro tema, pero, se comporta como caballero. Hace lo que<br />

en nuestros días se pide, y tantas veces sin éxito, que <strong>el</strong> padre asuma su responsabilidad<br />

de tal. Sin saberlo, será <strong>el</strong> padre de reyes en Isra<strong>el</strong>, que deberán<br />

recordar en <strong>la</strong> dinastía de David, de donde provienen, para no alzar sus<br />

ojos sobre sus hermanos cuando <strong>el</strong> poder se les suba a <strong>la</strong> cabeza. Rabí David<br />

Kimji, aprende de esta historia <strong>la</strong> necesariedad de <strong>la</strong> humildad como<br />

factor de los reyes. Por otro <strong>la</strong>do, podemos pensar, que quizás en <strong>el</strong> reconocimiento<br />

de su paternidad haya un acto narcisista. Iehudá, posee y se reproduce<br />

con <strong>la</strong> b<strong>el</strong><strong>la</strong> esposa de sus hijos que él mismo había <strong>el</strong>egido y por<br />

no querer embarazar<strong>la</strong>, le habían dejado <strong>el</strong> cuerpo juvenil sin deformaciones.<br />

Pero, ¿cómo lo vería Tamar? Nunca lo sabremos, pero, no hay duda alguna<br />

que cuando Tamar regresa con su vientre hinchado después de salvar<br />

su vida en <strong>el</strong> último instante, pudo ver a Iehudá en su pequeñez autoritaria,<br />

sobre <strong>la</strong> que seguramente ya había oído cuando salvó a su hermano Iosef<br />

de <strong>la</strong> muerte pero no de <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud.<br />

Entonces Iehudá dijo a sus hermanos: ¿Qué<br />

provecho <strong>el</strong> que matemos a nuestro hermano y encubramos<br />

su muerte? Venid, y vendámosle a los Isma<strong>el</strong>itas,<br />

y no sea nuestra mano sobre él; que nuestro hermano<br />

es nuestra carne. Y sus hermanos acordaron con<br />

él. Y como pasaban los Midianitas mercaderes, sacaron<br />

<strong>el</strong>los a José de <strong>la</strong> cisterna, y le trajeron arriba, y le<br />

vendieron a los Isma<strong>el</strong>itas por veinte piezas de p<strong>la</strong>ta.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!