06.12.2012 Views

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

LITERATURA POLICIAL<br />

horno. Me asusté mucho y corrí a sacarlo. Me di cuenta que estaba<br />

muerto y entonces, los l<strong>la</strong>mé… Pero, bueno, compañero, ¿qué<br />

va a hacer con <strong>la</strong> cabeza dentro del horno, si no tenía gas hacía<br />

unos meses? C<strong>la</strong>ro que no puede ser un suicidio, mire, hay señales<br />

de asfixia, ¿ve?, marcas de dedos que trataron de esconder con<br />

esos chupones de enamorado. ¿Yo? No, compañero, soy escritora<br />

policíaca, por eso me doy cuenta de los detalles. Y, fíjese, estaba<br />

escuchando <strong>la</strong> grabadora. Pero <strong>la</strong>s tec<strong>la</strong>s que estaban encendidas<br />

eran <strong>la</strong>s de grabar, no <strong>la</strong>s de reproducir. No, no oí lo que se grabó,<br />

me dio miedo, no sé por qué. Pero usted es <strong>la</strong> autoridad, puede<br />

escuchar<strong>la</strong>.<br />

La noche era cerrada por completo y apenas se veían entre<br />

ellos. No te diste cuenta de <strong>la</strong> cercanía de <strong>la</strong> policía. <strong>El</strong> “¡Arriba<br />

<strong>la</strong>s manos!” te paralizó. Viste como los <strong>otros</strong> se echaban a correr<br />

pero el cerco policial los detuvo. Como a través de una neblina,<br />

oíste una voz preguntar: ¿Quién es Ciriaco? Crees que diste un<br />

paso ade<strong>la</strong>nte. O levantaste <strong>la</strong> mano. No recuerdas. Las esposas<br />

cayeron sobre tus muñecas y apenas pudiste balbucear ¿Qué<br />

pasa? Y otra vez, a través de <strong>la</strong> neblina, o del tiempo, oíste tu<br />

propia voz, accionada desde una grabadora: “Adiós, amorcito, a<br />

los hombres no se les arma esos shows. Aquí, en Los Sitios, eso<br />

cuesta <strong>la</strong> vida. Te dejo <strong>la</strong> música porque me enseñaste que ‘es<br />

sacrilegio apagar una buena melodía’. <strong>El</strong> crimen perfecto, Julito,<br />

te suicidaste”.<br />

115

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!