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El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

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LITERATURA POLICIAL<br />

Y Martincito avergonzado por su conducta irracional, pidiendo<br />

disculpas, porque los hombres como él rectifican sus errores y<br />

salvan <strong>la</strong> dignidad bajo cualquier circunstancia. Y los allegados:<br />

tranquilo Martincito que el sillón te lo arreg<strong>la</strong>mos y en dos días<br />

ya nadie recuerda el pape<strong>la</strong>zo, lástima del bate, una verdadera<br />

pieza de colección, hermano, que ya no tiene remedio.<br />

Eso fue, más que menos, lo que ocurrió. Los policías desalojaron<br />

a los curiosos y se llevaron a Martincito al hospital donde<br />

puede que le inyectaran un sedante. Me fui a dormir y al otro día<br />

me enteré de que los Industriales habían ganado el campeonato.<br />

No en balde tanto silencio en el barrio. Más que de costumbre.<br />

Vil<strong>la</strong> C<strong>la</strong>ra siempre se atasca en los finales. No son los tiempos<br />

del “Duke”, ni de Huelga y de Macías. Ni de B<strong>la</strong>ndino, Montejo<br />

y José Pérez. ¿Ya conté que fui jugador de pelota? Siempre lo<br />

olvido. Martincito y yo jugamos primera categoría juntos. Nunca<br />

fui gran bateador, pero también di mi jonrón de vez en cuando.<br />

Me gustaban los jardines. Martincito era cátcher. Siempre le atrajeron<br />

<strong>la</strong>s máscaras. Por eso se metió a soldador.<br />

En Centrohabana <strong>la</strong> celebración sería grandiosa, por lo del<br />

campeonato. Si les gustará <strong>la</strong> pelota a esos vagos. Se irían en<br />

manada hasta el estadio, a disfrutar de lo lindo. No me arrepiento<br />

de haberme ido, aquel lugar apesta. No importa si ganan o<br />

pierden los Industriales.<br />

Como a <strong>la</strong> semana supe que Martincito estaba preso. Nos<br />

come <strong>la</strong> rutina, nos mastica y nos traga. Cuando vengo a ver han<br />

pasado siete días y de nuevo es domingo. Me digo coño y dónde<br />

está Martincito para echar un dominó y me dicen Martincito está<br />

preso. ¿Preso Martincito? Preso Martincito, así mismo. ¿Y qué<br />

hizo? Mató a un tipo. ¿Mató a un tipo Martincito, a qué tipo? A<br />

un tipo, no se sabe, Martincito lo dejó irreconocible.<br />

Y usted dice, oficial, que tal vez consigan identificar el cadáver<br />

y que no fue en defensa propia porque se extralimitó Martincito,<br />

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