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El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

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CIENCIA FICCIÓN<br />

el que está acabándome <strong>la</strong> paciencia; son acá el señor político y el<br />

señor tecniquito.<br />

—¿Qué te hicieron?<br />

—Me sacan de quicio. Llevan <strong>la</strong> noche entera tirándose escupidas<br />

y no han empezado <strong>la</strong> piñacera todavía, le ronca <strong>la</strong> berenjena,<br />

con <strong>la</strong>s ganas que le tengo yo al gordo este, que me tiene<br />

seco a punta de sobornos.<br />

Julio hizo un intento por levantarse del pullman. —Samuel, yo<br />

no te puedo permitir...—dijo luchando por acercar el trasero al<br />

borde—...una cuestión de respeto...<br />

Sergio se llevó el índice a los <strong>la</strong>bios, mirando fijamente al<br />

diputado mientras se acercaba al pullman por el <strong>la</strong>do de Samuel.<br />

Al pasar palmeó suavemente el hombro del negro. —Esa es <strong>la</strong><br />

idea —dijo con voz suave—, que nos fajemos entre nos<strong>otros</strong> y no<br />

con él. Todo está pensado.<br />

—¿Pero por qué? —preguntó Fernando—. ¿Por qué tiene que<br />

ser el señor Cheng un hijo de puta? ¿A ver, es porque todos los<br />

chinos lo son?<br />

—No, ni remotamente —Sergio se dejó caer junto a Julio y le<br />

dio una palmada en <strong>la</strong> rodil<strong>la</strong> al enrojecido político—. Pero te<br />

puedo asegurar que nunca has visto nada más degenerado y cruel<br />

que un chino con dinero o poder. Les hace peor efecto que a nos<strong>otros</strong>,<br />

por mi madre.<br />

—¿Y por qué? ¿Porque tú lo dices?<br />

—Bueno, yo los vengo estudiando desde el otro gobierno y<br />

algo les sé. Yo te digo que son diferentes a nos<strong>otros</strong>, que piensan<br />

cosas muy diferentes de <strong>la</strong> vida, y esas diferencias se hacen más<br />

evidentes en los negocios.<br />

Samuel volteó <strong>la</strong> cabeza hacia Sergio. —¿Y a ti quién te hizo<br />

el experto en chinos?—. Aun tenía un tono iracundo.<br />

—Yo mismo. Yo leo en chino bastante bien y me he leído sus<br />

libros y sus periódicos, y sus páginas web, todo lo que escriben<br />

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