06.12.2012 Views

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NARRATIVA<br />

Comunistón, le dijo Fello. Por lo del <strong>martillo</strong> y <strong>la</strong> <strong>hoz</strong> colgados<br />

en <strong>la</strong> pared de <strong>la</strong> sa<strong>la</strong>, cruzados como en <strong>la</strong> bandera,<br />

en simetría perfecta sobre el fondo azul opaco. Y a él no<br />

le importó que le dijeran comunista. Que se rieran, si querían,<br />

pero no iba a renunciar al p<strong>la</strong>cer de contemp<strong>la</strong>rlos, no le importaba<br />

que le dijeran ruso, o comemierda, que para Fello era lo<br />

mismo, y para los <strong>otros</strong> también, los amigos de siempre.<br />

Fello preguntó de dónde había sacado esos hierros, y él dijo<br />

que compró el <strong>martillo</strong> en <strong>la</strong> calle, pero no habló de aquel<strong>la</strong><br />

mañana de domingo, cansado después de una noche sin sueño,<br />

con Sandra desnuda en <strong>la</strong> cabeza. Había dicho el vendedor que<br />

era un <strong>martillo</strong> con historia, de los que ya no vienen, dos libras<br />

de acero bien moldeado con su cabo de madera liso, dijo el vendedor<br />

que tan antiguo como el acero mismo, que mirara <strong>la</strong> buena<br />

condición y le cogiera el peso, buen <strong>martillo</strong> que era ese, y el<br />

precio no era malo. Y lo compró por eso, porque gustaba de <strong>la</strong>s<br />

cosas antiguas, y no por otra cosa. Y de <strong>la</strong> <strong>hoz</strong> habló también<br />

porque a Fello le parecía cosa rara. Un <strong>martillo</strong> estaba bien, aunque<br />

antiguo, pero era familiar a Fello y a los <strong>otros</strong>. La <strong>hoz</strong>, en<br />

cambio, no era cosa conocida, salvo quizá por <strong>la</strong> bandera comunista,<br />

y él explicó que <strong>la</strong> compró también. En una tienda, dijo, un<br />

viejo que vendía cosas raras, antiguas decía, cencerros de cobre y<br />

utilería extraña, como ese mismo caso de <strong>la</strong> <strong>hoz</strong>, objeto poco útil,<br />

raro podía decirse, que a <strong>la</strong> vista ofreciera un brillo curvo, temible<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!