06.12.2012 Views

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

NARRATIVA<br />

Muchas gargantas gritan: “Al<strong>la</strong>hu akbar”. Un dolor agudo<br />

detona entre <strong>la</strong>s paredes de mi cabeza. Siento unos golpecitos en<br />

mi casco, luego un apretón en mi hombro. Jack está sentado a mi<br />

derecha dentro del todoterreno, el saco cuelga sobre uno de sus<br />

hombros.<br />

—¿Tu vida les llevó felicidad a <strong>otros</strong>…? —dice; con un gesto<br />

me pide que esté atento, que preste mucha atención a <strong>la</strong>s azoteas.<br />

—¿Por qué me lo preguntas?<br />

En realidad este sesentón no es Jack Nicholson, sino Edward<br />

Cole, uno de los protagonistas de The Bucket List, pero entiende<br />

que es consigo. Lo he l<strong>la</strong>mado de ese modo desde que me pidió ir<br />

a su encuentro. Jack se arreg<strong>la</strong> el cabello y vuelve a sonreír.<br />

¿Mi vida les llevó felicidad a <strong>otros</strong>? Entonces cierro los ojos y<br />

pienso en Sam. “Sam” —digo—. Y me sorprende un estallido. Un<br />

fogonazo. Quizá fue una mina sembrada en <strong>la</strong> calle. Quizá fue un<br />

disparo de un RPG-7 desde cualquier azotea. Jack me lo advirtió.<br />

Debíamos estar atentos. Ni los Abrams escapan al disparo de esos<br />

<strong>la</strong>nzacohetes.<br />

<strong>El</strong> todoterreno pierde el rumbo y se impacta contra una fachada.<br />

<strong>El</strong> chofer es un amasijo de carnes, huesos, te<strong>la</strong> y sangre mezc<strong>la</strong>do<br />

con trozos de acero. También el copiloto. <strong>El</strong> estallido viene<br />

acompañado de un fogonazo. Me ta<strong>la</strong>dran <strong>la</strong> memoria. Siento<br />

unas palmadas y un apretón. Me vuelvo. Jack está junto a mí:<br />

—¿Tu vida les llevó felicidad a <strong>otros</strong>…?<br />

Apenas puedo verlo. Logro quitar un poco del líquido que me<br />

nub<strong>la</strong> <strong>la</strong> vista. Sangre. La sangre es <strong>la</strong> sede de <strong>la</strong> vida —eso dice<br />

<strong>El</strong> Mexicano—, <strong>la</strong> sangre no debe ser derramada; perder sangre<br />

es perder algo de vida. Pero <strong>la</strong> fe no es c<strong>la</strong>ra con <strong>la</strong> vida eterna.<br />

¿O sí? Es sangre y quizá fue un chorro que manó de <strong>la</strong> cabeza del<br />

chofer o del cuerpo del copiloto. Y siento un agudo dolor. Es mi<br />

ojo. Ahora lo sé. Una esquir<strong>la</strong> se c<strong>la</strong>vó en mi ojo derecho. Con un<br />

leve gesto Jack me dice que debo salir del todoterreno, seña<strong>la</strong><br />

75

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!