06.12.2012 Views

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NARRATIVA<br />

lecho o cama común. ¿Qué habrás hecho, Sam? Dios escribe derecho<br />

pero con renglones torcidos. Es muy jodido el re<strong>la</strong>to que Dios<br />

ha escrito para ti, Sam. ¿Qué habrás hecho? Siento un puntapié<br />

en mi pantorril<strong>la</strong>. Jack está de pie. Las ba<strong>la</strong>s impactan contra el<br />

todoterreno y <strong>la</strong> fachada de <strong>la</strong> casa donde nos hemos ocultado.<br />

Con un gesto Jack me pregunta cómo luce. Este sesentón no solo<br />

quiere saber si el saco está cortado a su medida. Me confesó estar<br />

a punto de patear el cubo. Cáncer terminal en los pulmones. Le<br />

queda poco tiempo de vida y tiene un amigo que ha hecho una<br />

lista de dieciocho deseos a cumplir. Se l<strong>la</strong>ma Carter Chamber.<br />

Jack quiere que a su amigo se le cump<strong>la</strong>n cada uno de los deseos.<br />

Lo ayudará, lo acompañará, y al parecer lo hará con estilo. Con<br />

mucho estilo.<br />

—Luces estupendo —digo—, ¿pero por qué me has hecho esas<br />

preguntas sobre <strong>la</strong> felicidad?<br />

Se alisa el pelo. Sonríe. Y se atreve con unos pasos de baile.<br />

No lo hace nada mal para su edad, para el cáncer que le está<br />

devorando los pulmones. Levanta el índice y con un gesto me pide<br />

mirar otra vez hacia el todoterreno. Tomo el fusil. Dios escribe<br />

derecho pero con renglones torcidos. Y como soy zurdo y me han<br />

jodido el ojo derecho no necesito esforzarme para hacer un buen<br />

disparo. Es una vieja rutina. Aguantar <strong>la</strong> respiración, colimar,<br />

apretar el gatillo un par de veces. Y reviento <strong>la</strong> cabeza y el pecho<br />

de dos árabes que iban por Sam. ¿Acaso este era el p<strong>la</strong>n de Dios<br />

diseñado para este chico? Aguantar <strong>la</strong> respiración, colimar, apretar<br />

el gatillo. Y con un par de disparos termino <strong>la</strong> agonía de Sam.<br />

—Los antiguos egipcios creían que al morir, cuando <strong>la</strong>s almas<br />

llegaban al cielo, los dioses le preguntaban dos cosas —dice, Jack<br />

está parado bajo el umbral de <strong>la</strong> entrada—. Las respuestas determinaban<br />

si el difunto entraba o no al cielo.<br />

Sonrío. ¿Dónde estamos Jack y yo? Aspiro profundo. Dice <strong>El</strong><br />

Mexicano que el temor a Dios debe ser traducido como temer<br />

77

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!