06.12.2012 Views

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CIENCIA FICCIÓN<br />

—Entiendes, entonces.<br />

—Conmigo no tienes problema, Pedro.<br />

Los dos se concentraron en el café.<br />

Sergio puso cara de éxtasis. —Pedro, este café está bueno.<br />

<strong>El</strong> otro sonrió. —¿Bueno nada más?<br />

—Tú sabes cómo soy yo —dijo Sergio—, cuando exagero es<br />

que estoy siendo amable, y cuando digo <strong>la</strong>s cosas normal, sin<br />

inf<strong>la</strong>r, estoy diciendo lo que siento. Y lo que siento es que este café<br />

es el mejor que me he tomado en años.<br />

Pedro se frotó <strong>la</strong>s uñas de <strong>la</strong> mano derecha contra su chaqueta<br />

y luego se <strong>la</strong>s sopló. —Tú sabes que yo me muevo en Colombia<br />

—dijo.<br />

—Yo sé como tú te mueves en Colombia, y que conste que no<br />

le digo nada a tu mujer, ni a <strong>la</strong> mía, que es lo mismo.<br />

—Aparte de eso, aparte de eso; tú sabes que yo tengo mis<br />

negocios allá. No te voy a decir nada, pero este café me lo rega<strong>la</strong><br />

una personalidad colombiana que le pisa los callos al presidente<br />

y no le pide perdón.<br />

Sergio sonrió. —Tú eres el hombre del negocio.<br />

—Y tú el de <strong>la</strong> ciencia —dijo Pedro—, siempre ha sido así. Por<br />

eso yo te respeto; por eso y porque sé que tú me respetas desde<br />

los tiempos de <strong>la</strong> universidad, cuando todo el mundo decía que yo<br />

era un inútil. Todo el mundo menos tú.<br />

—Si eso me ha valido tomarme este café contigo —Sergio<br />

puso <strong>la</strong> mano izquierda sobre el hombro de Pedro—, fue el mejor<br />

juicio de carácter que he hecho en mi vida.<br />

Pedro levantó <strong>la</strong> mano en un ademán moderador. —La cuestión<br />

ahora no es de juicio de carácter —dijo—, pero igual necesito<br />

tu confianza; confianza en mí y en mi juicio.<br />

Sergio suspiró. —Y confío, confío. Es sólo cuestión de punto<br />

de vista. Hay cosas que tú simplemente nunca vas a ver.<br />

Pedro puso <strong>la</strong> taza sobre <strong>la</strong> meseta y se cruzó de brazos.<br />

241

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!