06.12.2012 Views

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CIENCIA FICCIÓN<br />

cuya portezue<strong>la</strong> trasera acababa de abrirse. <strong>El</strong> Coco y Cintras<br />

entraron apresuradamente y se acomodaron en uno de los asientos<br />

corridos a lo <strong>la</strong>rgo del costado del vehículo; Marquito se<br />

quedó indeciso, un pie en <strong>la</strong> moqueta y otro en <strong>la</strong> calle. Aún tenía<br />

<strong>la</strong> pisto<strong>la</strong> en <strong>la</strong> mano. La alzó apurado y volvió a disparar hacia<br />

<strong>la</strong> acera de enfrente. —Mierda, otra vez fallé —gruñó; y con aire<br />

de disgusto guardó el arma, pasó adentro y se sentó.<br />

Dentro de <strong>la</strong> furgoneta, al final de los asientos, había un hombre<br />

alto, rubio, con ropa casual de marca. —¿Y ese tiroteo? —<br />

preguntó—. ¿Quién coño es el vaquero este, Coco?<br />

—Ese es Marquito —respondió <strong>El</strong> Coco—, uña y carne conmigo,<br />

hombre a todas, y el otro es Cintras, mi suegro, un tipo<br />

probado.<br />

—¿Y <strong>la</strong> ba<strong>la</strong>cera que ustedes estaban formando, con quién<br />

era?<br />

—Marquito estaba probando el hierro, que es nuevo.<br />

—Acabaste conmigo, Coco —dijo el hombre de <strong>la</strong> furgoneta—.<br />

Me l<strong>la</strong>mas tarde, te apareces con dos tipos nada más, y uno<br />

de ellos se pone a tirar tiros a los <strong>la</strong>tones de basura.<br />

<strong>El</strong> Coco y Cintras intercambiaron una mirada de entendimiento;<br />

Marquito fijó <strong>la</strong> vista en sus zapatos.<br />

—Cara, mi hermano —dijo <strong>El</strong> Coco—, tú no estás obligado a<br />

nada conmigo, ni yo contigo; si tú quieres, nos bajamos y ya.<br />

—No te hagas, Coco, tú sabes bien que ahora no tengo más<br />

remedio —dijo el hombre y dio un golpe en <strong>la</strong> carcasa del auto—<br />

. ¡Arranca!<br />

La furgoneta se puso en movimiento.<br />

—Para terminar <strong>la</strong>s presentaciones —dijo <strong>El</strong> Coco—, este es<br />

mi socio <strong>El</strong> Cara.<br />

—¿Tú, te l<strong>la</strong>mas Marquito, no? —preguntó <strong>El</strong> Cara sin más<br />

preámbulo—. ¿Tu hierro no está alineado? Te lo cambio.<br />

Marquito hizo un gesto de afirmación.<br />

237

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!