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El martillo y la hoz y otros cuentos - Isliada

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CIENCIA FICCIÓN<br />

golpes, y después movió los brazos y <strong>la</strong>s piernas. —Cómodo, está<br />

cómodo.<br />

Cintras, por su parte, apuntó con el arma a través de <strong>la</strong> ventanil<strong>la</strong>,<br />

persiguiendo en su desp<strong>la</strong>zamiento aparente a los faroles<br />

más lejanos de <strong>la</strong> Avenida del Puerto. —Vamos a partirle <strong>la</strong> vida<br />

a unos cuantos. ¡Páwata, páwata, páwata!<br />

Marquito asintió, mirando de reojo al atareado Cara a <strong>la</strong> vez<br />

que acariciaba su pisto<strong>la</strong>.<br />

<strong>El</strong> anfitrión le sirvió café al hombre de cabello crespo en una<br />

taza de porce<strong>la</strong>na azul. —¿Así o más, Sergio?<br />

Sergio negó con <strong>la</strong> cabeza. —Poquito. De café ya tengo en<br />

vena lo suficiente para una semana; este poquito te lo tomo para<br />

no hacerte un feo.<br />

—Tú siempre tan amable —sonrió el anfitrión mientras echaba<br />

en su taza una generosa cantidad—. Yo sí que no puedo resistirme<br />

a <strong>la</strong> segunda mejor exportación colombiana.<br />

—¿Esta gente no querrá?<br />

—No, hubieran venido aquí a <strong>la</strong> cocina.<br />

Sergio se apoyó contra <strong>la</strong> meseta del fregadero. —¿No hay<br />

camareras aquí?<br />

—No a esta hora. A esta hora no hay nada; gracias a Dios mi<br />

tarjeta me da acceso para todo, hasta para sacar <strong>la</strong> cafetera del<br />

estante, y el café de marca lo guardo en mi oficina.<br />

—Qué chino más atravesado este Cheng —dijo Sergio—, mira<br />

que poner <strong>la</strong> reunión para esta hora, y aquí en vez de en <strong>la</strong> Lonja<br />

del Comercio.<br />

—Fui yo quien decidió <strong>la</strong> hora y el lugar. No me pongas esa<br />

cara; tengo mis razones. La que te puedo contar es que no conviene<br />

aún que se sepa de estas negociaciones, y <strong>la</strong> noche, ya sabes, es<br />

<strong>la</strong> madre del secreto...<br />

—... y <strong>la</strong> hermana del silencio. Yo también he oído <strong>la</strong> canción<br />

—Sergio tomó un sorbo de café.<br />

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