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Psicologia recreativa - Konstantin Platonov-

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de verdades muy conocidas hace tiempo. Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a ellas desde la posición de los conocimientos modernos. En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y la hormiga, y otras muchas cosas?

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de
verdades muy conocidas hace tiempo.
Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a
la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a
ellas desde la posición de los conocimientos modernos.
En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura
sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la
conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el
pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y
la hormiga, y otras muchas cosas?

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<strong>Psicologia</strong> <strong>recreativa</strong> www.librosmaravillosos.com <strong>Konstantin</strong> <strong>Platonov</strong><br />

peor de lo que podía, olvidaba lo culpa al gato; como suele decirse, cargaba a otro<br />

con el mochuelo.<br />

El origen de las supersticiones lo comprendió bien el filósofo materialista inglés<br />

Francis Bacon, quien en 1620 escribió que si nos gusta creer en algo, procuramos<br />

persuadir también a otros de lo mismo, aunque con frecuencia el grado de<br />

importancia y la cantidad de ejemplos que demuestran lo contrario es mucho<br />

mayor; o no les prestamos atención, o los menospreciamos conscientemente,<br />

cerramos los ojos ante ellos, manteniendo con tenacidad un prejuicio funesto,<br />

defendiendo a todo trance una opinión elegida arbitrariamente por nosotros. De<br />

aquí proviene —como Bacon afirmó con acierto— el que en muchas supersticiones,<br />

en la astrología, en la interpretación de los sueños, en los presagios, etc., los<br />

hombres que hayan placer en semejante absurdo recuerdan constantemente lo que<br />

confirma sus creencias, y omiten o desdeñan los casos que las refutan, los casos<br />

que pueden ser mucho más numerosos.<br />

Mucho tiempo antes de Bacon, Cicerón (106- 43 a. n. e.) escribió sobre un hombre<br />

que, cuando le mostraron en un templo las imágenes de personas salvadas de<br />

naufragios porque supuestamente hicieron votos a los dioses, y le preguntaron si él<br />

reconocía ahora el poder de los dioses, respondió:<br />

— ¿Y dónde están las imágenes de los que perecieron después de hacer votos?<br />

19. Una memoria fenomenal<br />

El genial físico y matemático Leonhard Euler poseía una memoria excepcional para<br />

los números. Recordaba, por ejemplo, las seis primeras potencias de todos los<br />

números hasta 100.<br />

En 1812 atrajo la atención de los científicos el niño de ocho años Zira Kolbern, el<br />

cual podía elevar mentalmente números hasta la 10 a y 16 a potencias y extraer las<br />

raíces. Cuando le preguntaron cuántos minutos hay en cuarenta y ocho años,<br />

respondió en seguida: 25.228.800. Es más, acto seguido dijo también con toda<br />

exactitud el número de segundos.<br />

"Yo traje a casa en mi cabeza, en mi memoria, el fondo entero del cuadro Pedro I y<br />

Alexei con la chimenea, cornisas, cuatro telas de la escuela holandesa, las sillas, el<br />

piso y la iluminación. Estuve una sola vez en esa habitación, premeditadamente<br />

Colaboración de Sergio Barros 219 Preparado por Patricio Barros

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