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Psicologia recreativa - Konstantin Platonov-

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de verdades muy conocidas hace tiempo. Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a ellas desde la posición de los conocimientos modernos. En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y la hormiga, y otras muchas cosas?

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de
verdades muy conocidas hace tiempo.
Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a
la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a
ellas desde la posición de los conocimientos modernos.
En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura
sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la
conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el
pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y
la hormiga, y otras muchas cosas?

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<strong>Psicologia</strong> <strong>recreativa</strong> www.librosmaravillosos.com <strong>Konstantin</strong> <strong>Platonov</strong><br />

este sentimiento es distinto hacia objetos diferentes. Ama de distinta manera el<br />

helado de frutas y la chuleta, la música y el volibol, una muñeca y un gato, a su<br />

hermano y a su abuela, a su hijo y a su nieto, su ciudad natal y su patria. He unido<br />

intencionadamente diferentes objetos de amor en grupos, para mostrar que su<br />

sentimiento también es distinto dentro de cada grupo.<br />

Por lo visto, usted espera ahora de mí que le relate el amor a un amigo, el amor de<br />

Romeo y Julieta, de Ana Karénina y Vronski. Mas veamos primero si hay algo de<br />

común en todos los casos en que el hombre dice: "¡Yo amo!".<br />

Este sentimiento común es el deseo de tener siempre a su lado el objeto de su<br />

amor, de temer perderlo. Otro elemento común es la comparabilidad de la<br />

intensidad de este sentimiento con respecto a diferentes objetos. Cada uno sabe,<br />

por lo general, lo que ama más y lo que ama menos, si bien algunas veces no<br />

puede orientarse de golpe en ello.<br />

Todos los objetos de amor pueden dividirse en dos grupos. Al primero pertenecen<br />

aquellos respecto a los cuales el sentimiento se agota con lo que acabamos de<br />

decir. El amante interviene sólo en calidad de consumidor del placer, se preocupa<br />

principalmente de sí mismo. Al segundo conciernen los objetos respecto a los cuales<br />

en el amante prevalece el deseo no tanto de obtener algo del objeto de amor, como<br />

de ofrendarle todo, incluso si el "tributo" se aporta en detrimento suyo, es decir,<br />

constituye un sacrificio.<br />

En algunos idiomas, la palabra "amar" se refiere al segundo grupo.<br />

Pero el amor de que estamos tratando difiere del llamado sentimiento hacia otros<br />

objetos, por tener raíces en lo mas ´profundo de la vida en la tierra, en el instinto<br />

de perpetuación de la especie. Este instinto es inherente al hombre y a los animales<br />

como es común en ellos el sentimiento de hambre y de sed. Pero ya he dicho que el<br />

hambre que se satisface comiendo carne cocida con cuchillo y tenedor es distinta<br />

del hambre que obliga a tragar carne cruda.<br />

El amor varía de manera aún más diversa.<br />

"Nuestro amor sexual difiere esencialmente del simple deseo sexual, del eros de los<br />

antiguos —escribió Engels—. En primer término, supone la reciprocidad en el ser<br />

amado; desde este punto de vista, la mujer es en él igual que el hombre, al paso<br />

que en el eros antiguo se está lejos de consultarla siempre. En segundo término, el<br />

Colaboración de Sergio Barros 260 Preparado por Patricio Barros

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