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Psicologia recreativa - Konstantin Platonov-

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de verdades muy conocidas hace tiempo. Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a ellas desde la posición de los conocimientos modernos. En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y la hormiga, y otras muchas cosas?

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de
verdades muy conocidas hace tiempo.
Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a
la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a
ellas desde la posición de los conocimientos modernos.
En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura
sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la
conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el
pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y
la hormiga, y otras muchas cosas?

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<strong>Psicologia</strong> <strong>recreativa</strong> www.librosmaravillosos.com <strong>Konstantin</strong> <strong>Platonov</strong><br />

— ¿La tiene usted? Ni usted, ni yo, ni nadie la tiene. Sólo los poetas y las gentes<br />

que creen en Dios hablan de la conciencia.<br />

La última persona estaba profundamente equivocada. Es de suponer que su<br />

conciencia le ha remordido muchas veces. E incluso cuando decía eso, quizá, no<br />

tenía la conciencia muy tranquila.<br />

La conciencia moral es la valoración por el hombre de sus actos. Los<br />

remordimientos de conciencia de una persona son el sentimiento de responsabilidad<br />

moral ante la sociedad por sus actos, el sentimiento que se experimenta cuando se<br />

compara esos actos con las normas morales. La ética marxista, es decir, la doctrina<br />

de la moralidad, considera que dichas normas dependen del régimen económico de<br />

la sociedad. No son iguales en las diferentes épocas y en las diferentes clases<br />

sociales.<br />

La conciencia no atormentaba al terrateniente cuando cambiaba a una joven<br />

campesina por un perro de caza. La conciencia no impedía a D’Artagnan y sus tres<br />

mosqueteros, defendiendo su honor, matar a los soldados de la guardia en duelos.<br />

No torturaba al comerciante cuando sisaba el peso a sus compradores.<br />

El hombre vive en sociedad y conoce las normas morales de esta sociedad desde su<br />

infancia. Estas normas forman parte de su concepción del mundo y de sus<br />

convicciones.<br />

Mientras un niño no sabe "lo que está bien y lo que está mal", no tiene conciencia.<br />

Un adulto puede también no tener conciencia de que está infringiendo las normas<br />

sociales de conducta por lo menos en lo concerniente a algunos de sus actos. En<br />

otros casos, sus conocimientos de esas normas pueden ser no profundos, esas<br />

normas no se han convertido aún en sus convicciones. De tales gentes suele decirse<br />

que no están educadas moralmente.<br />

Se comprende, que una persona que conoce las normas morales de la sociedad en<br />

que vive puede estar en desacuerdo con ellas y rebelarse contra ellas. Los<br />

representantes de dicha sociedad la considerarán sin conciencia, pero la historia<br />

juzgará si tenía razón o no, como, por ejemplo, Chernyshevski, quien escribió ¿Qué<br />

hacer? 21<br />

21 En esa famosa novela el escritor expuso sus ideales socialistas (Nota de la Edit.)<br />

Colaboración de Sergio Barros 312 Preparado por Patricio Barros

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