02.08.2018 Views

Psicologia recreativa - Konstantin Platonov-

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de verdades muy conocidas hace tiempo. Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a ellas desde la posición de los conocimientos modernos. En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y la hormiga, y otras muchas cosas?

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de
verdades muy conocidas hace tiempo.
Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a
la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a
ellas desde la posición de los conocimientos modernos.
En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura
sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la
conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el
pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y
la hormiga, y otras muchas cosas?

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Psicologia</strong> <strong>recreativa</strong> www.librosmaravillosos.com <strong>Konstantin</strong> <strong>Platonov</strong><br />

"Ningún animal en estado salvaje se siente perjudicado por su incapacidad de<br />

hablar o de comprender el lenguaje humano. Pero la situación cambia por completo<br />

cuando el animal ha sido domesticado por el hombre. El contacto con el hombre ha<br />

desarrollado en el perro y en el caballo un oído tan sensible al lenguaje articulado,<br />

que estos animales pueden, dentro del marco de sus representaciones, llegar a<br />

comprender cualquier idioma. Además, pueden llegar a adquirir sentimientos<br />

desconocidos antes por ellos, como son el apego al hombre, el sentimiento de<br />

gratitud, etc. Quien conozca bien a estos animales, difícilmente podrá escapar a la<br />

convicción de que, en muchos casos, esta incapacidad de hablar es experimentada<br />

ahora por ellos como un defecto... Enseñad a un loro a decir palabrotas, de modo<br />

que llegue a tener una; idea de su significación (una de las distracciones favoritas<br />

de los marineros que regresan de las zonas cálidas), y veréis muy pronto que en<br />

cuanto lo irritáis hace uso de esas palabrotas con la misma corrección que cualquier<br />

verdulera de Berlín".<br />

Así describió Engels las influencias multifacéticas del hombre sobre la psiquis de los<br />

animales. Ahora, he aquí el caso sucedido en diciembre de 1936, en la frontera<br />

soviético-manchú.<br />

La barca en que los guarda fronteras Karatsupa y Shílov navegaban con el perro<br />

pastor Indús por el río Suifen fue arrastrada por la resaca y zozobró. Los dos<br />

hombres y el perro cayeron al agua. Indús cruzó rápidamente a nado el río y<br />

sentóse en la orilla a esperar a su amo.<br />

Un capote empapado, el fusil, las pesadas cartucheras, las granadas y las botas son<br />

una carga demasiado pesada para un nadador. Los guarda fronteras empezaron a<br />

sumergirse. Entonces, Karatsupa pidió auxilio a Indús. El perro llegó a nado hasta<br />

donde su amo y, quitándole el casco de su cabeza, dirigióse a la orilla. Karatsupa se<br />

ahogaba; llamó otra vez a su amigo y se sumergió. El perro tiró el casco y buceó.<br />

Agarró el hombro del náufrago con sus dientes, lo sacó a la superficie y empezó a<br />

nadar hacia la orilla. Cuando Karatsupa estaba ya a salvo, el perro acudió en auxilio<br />

de Shílov.<br />

— Yo no he llorado nunca —decía después Karatsupa—, y pienso que Shílov<br />

tampoco es de los asustadizos, pero si usted hubiese visto cómo Indús saltaba entre<br />

Colaboración de Sergio Barros 88 Preparado por Patricio Barros

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!