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Psicologia recreativa - Konstantin Platonov-

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de verdades muy conocidas hace tiempo. Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a ellas desde la posición de los conocimientos modernos. En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y la hormiga, y otras muchas cosas?

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de
verdades muy conocidas hace tiempo.
Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a
la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a
ellas desde la posición de los conocimientos modernos.
En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura
sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la
conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el
pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y
la hormiga, y otras muchas cosas?

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<strong>Psicologia</strong> <strong>recreativa</strong> www.librosmaravillosos.com <strong>Konstantin</strong> <strong>Platonov</strong><br />

"Estoy anatomizando las cabezas de varios animales, para explicar en qué consiste<br />

la imaginación, la memoria, etcétera", decía Descartes en una carta a un amigo. El<br />

científico suponía que los nervios son tubos por los cuales circulan "espíritus<br />

vitales". Los tubos—según él—contienen hilos que sirven de conductores de las<br />

influencias exteriores hacia el cerebro (como por ejemplo, cuerdas amarradas a una<br />

campana con la ayuda de las cuales se la puede obligar a sonar).<br />

Descartes se imaginaba todo el proceso así: los hilos abren una válvula en el<br />

cerebro, el "espíritu vital" se dirige desde el cerebro a lo largo de los tubos-nervios<br />

hacia los músculos e, inflándolos, obliga a las extremidades a moverse.<br />

Este esquema, por ingenuo que parezca en nuestros días, contiene las partes<br />

centrípeta (aferente) y centrífuga (eferente) correctamente comprendidas del<br />

reflejo. Descartes consideraba la transición de una de esas partes a otra como una<br />

transformación de la conciencia en movimientos corporales que se producen en la<br />

glándula pineal, la cual, a su parecer, es el único órgano impar del cerebro.<br />

El esquema de Descartes posee otro mérito importante. Contiene la idea<br />

materialista de determinismo, la afirmación de que entre los fenómenos del mundo<br />

objetivo existe la relación causal: un fenómeno (causa) provoca inevitablemente<br />

otro fenómeno (efecto). "Está claro que precisamente la idea de determinismo<br />

constituía para Descartes la esencia del concepto de reflejo", escribió Iván Pavlov.<br />

Colaboración de Sergio Barros 46 Preparado por Patricio Barros

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