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Psicologia recreativa - Konstantin Platonov-

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de verdades muy conocidas hace tiempo. Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a ellas desde la posición de los conocimientos modernos. En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y la hormiga, y otras muchas cosas?

Este libro no es un manual de psicología ni siquiera una exposición popular de
verdades muy conocidas hace tiempo.
Su autor, notable psicólogo, ha reunido en él numerosas cuestiones que interesan a
la juventud, y en relatos cortos, entretenidos y accesibles, ha dado respuestas a
ellas desde la posición de los conocimientos modernos.
En efecto, ¿a quién no le interesa hoy cómo debe ser el hombre de la futura
sociedad comunista; cómo desarrollar la voluntad, la memoria, ser atento; qué es la
conciencia, el deber y el amor desde el ángulo de la ciencia psicológica; puede el
pensamiento transmitirse a distancia; qué es el sueño; tienen conciencia el perro y
la hormiga, y otras muchas cosas?

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<strong>Psicologia</strong> <strong>recreativa</strong> www.librosmaravillosos.com <strong>Konstantin</strong> <strong>Platonov</strong><br />

madriguera. Entonces, el faimenóptero entra solo en la madriguera para hacer una.<br />

corta inspección de las interioridades de la celda antes de arrastrar la provisión. Yo<br />

aprovecho este breve instante para atrapar la presa, cortarle los tentáculos y<br />

situarla un poco más lejos, a un paso de distancia de la madriguera. Aparece la<br />

sphex y va directamente hacia la caza, que divisa desde el umbral de su puerta.<br />

Busca por todos lados la cabeza de la víctima, algo en que agarrarse, pero no<br />

encuentra nada. Hace una tentativa desesperada: abriendo al máximo sus<br />

mandíbulas, la sphex intenta asir al efipígero por la cabeza; pero la mandíbula<br />

resbala por la redonda y lisa cabeza. Repite muchas veces el intento, pero<br />

infructuosamente. Entretanto, no faltan lugares por donde se podría agarrar al<br />

efipígero, y tirar de él con la misma facilidad que por las antenas y los tentáculos.<br />

Hay seis patas y un ovopositor...<br />

A las dos horas vuelvo al mismo lugar. La sphex ya no está allí, la madriguera se<br />

halla abierta y el efipígero yace en el mismo sitio".<br />

Segundo experimento. "La sphex se dedica a tapar la entrada de la madriguera,<br />

donde están depositados ya un huevo y la presa. Llego cuando el trabajo se halla en<br />

su apogeo. Aparto a la sphex, limpio con cuidado con la punta de una navaja la<br />

corta galería y luego, sin destruir el edificio, con una pinza saco al efipígero de la<br />

celda, colocado allí por un procedimiento corriente, con un huevo en el pecho.<br />

Colaboración de Sergio Barros 72 Preparado por Patricio Barros

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