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las respuestas religiosas ante las plagas del ... - e-Spacio - UNED

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4. EL DISCURSO SOBRE LAS CAUSAS DE LAS PLAGAS<br />

Una vez analizados algunos de los aspectos fundamentales de <strong>las</strong> <strong>plagas</strong> <strong>del</strong><br />

campo, a modo de basamento <strong>del</strong> edificio que deseamos construir, y <strong>ante</strong>s de iniciar la<br />

parte fundamental <strong>del</strong> mismo, hemos creído necesario volver la vista hacia <strong>las</strong> opiniones<br />

que en la época se tenían acerca de qué o quién podría originar <strong>las</strong> mismas.<br />

Varios tipos de c<strong>las</strong>ificación podrían hacerse al respecto 102 , pero nosotros hemos<br />

optado, quizá, por la más sencilla, aunque también, y eso fue la base de la elección, por<br />

la más clara. Dentro de su esquema, creemos dar respuesta a todos los posibles motivos<br />

aducidos por los contemporáneos de la aparición de los azotes que estamos estudiando.<br />

4.1. CAUSALIDAD NATURAL<br />

Como es lógico esperar de la época y de los autores que tratamos, <strong>las</strong> motivaciones<br />

estrictamente naturales –fundamentadas sólo en la Naturaleza, sin mediar intervención<br />

sobrenatural alguna- acerca <strong>del</strong> fenómeno de <strong>las</strong> <strong>plagas</strong> <strong>del</strong> campo son escasas. Por<br />

una parte, el siglo XVII sigue siendo deudor en gran parte de los conocimientos que,<br />

sobre la materia, aportaron los naturalistas clásicos, en especial Aristóteles y Plinio, en<br />

sus obras Historia de los Animales e Historia Natural respectivamente 103 . En ellos, al<br />

hablar de la langosta sin ir más lejos, aunque apuntan observaciones que luego se<br />

ajustaron a lo conocimientos científicos actuales, se da igualmente una causalidad divina<br />

que, en el momento que estudiamos, permanece incólume.<br />

Por otra parte, la gran mayoría de los tratadistas que estudiamos son eclesiásticos, y<br />

los que no lo son, aunque hicieron un esfuerzo en poner orden a la dispersa información<br />

que se tenía desde hacía siglos sobre la materia, combinaban <strong>las</strong> explicaciones<br />

naturales con <strong>las</strong> sobrenaturales; nada extraño si se piensa, por ejemplo, que el<br />

conocimiento <strong>del</strong> ciclo biológico de la langosta no fue captado <strong>del</strong> todo hasta principios<br />

102 Aunque no se trata de la misma temática, por sus concomitancias con de nuestro tema, ver Martín<br />

Gelabertó, , en Manuscrits, nº 9, enero 1991, pp. 325-344 (pp. 326-327).<br />

103 Cit. en Vázquez Lesmes y Santiago Álvarez, Las <strong>plagas</strong>..., pp. 84-85.<br />

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