nalgures - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia
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El “parti pris” <strong>de</strong> Sir John Moore, apuntes para el estudio <strong>de</strong> la Guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
quien se encargó <strong>de</strong> cerrar la puerta <strong>de</strong> la Fortaleza <strong>de</strong> la Torre <strong>de</strong> Abajo, línea fortificada<br />
que, como es sabido, guarnecía por tierra la Pesca<strong>de</strong>ría coruñesa, llevándose consigo las<br />
pesadas llaves, hoy <strong>de</strong>positadas en el Castillo <strong>de</strong> Caernarvon (Gales) 96 .<br />
Fue el final <strong>de</strong> una batalla a la que hoy en día, ardores patrióticos al margen, se le atribuyen<br />
las tablas como balance. Pues si bien el contingente británico se vio obligado a reembarcarse<br />
hacia su patria, lo cierto es que el plan y el empeño <strong>de</strong> Moore permitió preservar la mayor<br />
parte <strong>de</strong>l ejército para posteriores, y <strong>de</strong>cisivas, acciones, esta vez al mando <strong>de</strong>l combativo<br />
duque <strong>de</strong> Wellington. A<strong>de</strong>más, el efecto <strong>de</strong> atracción hacia el norte Peninsular <strong>de</strong>l grueso <strong>de</strong>l<br />
ejército <strong>de</strong> Napoleón en España, concedió un fundamental respiro a las dispersas y confusas<br />
tropas españolas, que luego se revelaría como esencial para la victoria final y, más aún, para<br />
el feliz establecimiento <strong>de</strong> las sesiones <strong>de</strong> las Cortes liberales en la Isla <strong>de</strong> León (Cádiz),<br />
germen <strong>de</strong> la primera Constitución <strong>de</strong> 1812. Sagazmente, el mismo Soult reconoce en sus<br />
memorias este éxito parcial británico: “Las pérdidas inglesas no eran irreparables. Es cierto<br />
que habían sido obligados a reembarcarse, pero cabía esperar verlos reaparecer pronto,<br />
y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora en a<strong>de</strong>lante los españoles podrían contar con ellos. Esta presencia inglesa y<br />
el heroísmo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> Zaragoza, endurecieron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este momento la naciente<br />
resistencia <strong>de</strong> España, que al final triunfaría”. Se ha llegado, en fin, a comparar el embarque<br />
inglés <strong>de</strong> A Coruña con, salvando la distancia histórica, la gesta <strong>de</strong> las playas <strong>de</strong><br />
Dunquerque, don<strong>de</strong> la exitosa evacuación <strong>de</strong>l ejército inglés ante las mismas narices <strong>de</strong> los<br />
alemanes, sentó las bases <strong>de</strong> la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial.<br />
En cuanto a los franceses, resulta obvio que no se podían consi<strong>de</strong>rar per<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
expulsar <strong>de</strong> la Península a un po<strong>de</strong>roso ejército enemigo al que hicieron correr <strong>de</strong> tal manera<br />
que había perdido 6.000 hombres en la campaña, la mayoría durante el penoso trayecto<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Astorga a A Coruña. Tan sólo se echa en falta algo más <strong>de</strong> ardor combativo en Soult,<br />
que le llevase a intentar una victoria completa. Su justificación fue, como ya hemos visto a la<br />
luz <strong>de</strong> sus memorias, que consi<strong>de</strong>raba muy fuerte la posición <strong>de</strong> Moore, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> no haber<br />
obtenido el necesario apoyo <strong>de</strong> Ney, que le seguía a más distancia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida, aunque<br />
Thiers achaca esta falta <strong>de</strong> colaboración al escaso interés mostrado por el mismo Soult por<br />
contar con el concurso <strong>de</strong> Ney: “El mariscal Ney, que por disposición <strong>de</strong>l cuartel general<br />
estaba a las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l mariscal Soult, se ofreció a incorporarse con éste; pero no obtuvo<br />
mas respuesta que la invitación tardía <strong>de</strong> prestarle una <strong>de</strong> sus divisiones cuando ya no había<br />
posibilidad <strong>de</strong> enviarla a tiempo <strong>de</strong> ser útil” 97 . Esta situación, a la que Thiers atribuye el<br />
fracaso parcial <strong>de</strong> los franceses ante Moore, vino tal vez causado por la evi<strong>de</strong>nte animadversión<br />
existente entre los dos mariscales, que les impedía trabajar coordinadamente. Al parecer,<br />
el iracundo Ney había digerido mal la preferencia <strong>de</strong> Napoleón por el duque <strong>de</strong> Dalmacia<br />
a la hora <strong>de</strong> asignar el mando principal <strong>de</strong> la fuerza francesa que <strong>de</strong>bería marchar en persecución<br />
<strong>de</strong> Moore. Tanto es así, que poco <strong>de</strong>spués, en mayo <strong>de</strong> 1809, cuando ambos mariscales<br />
96 Vid. Mark Zbigniew GUSCIN: “Las llaves <strong>de</strong> La Coruña y el castillo <strong>de</strong> Caernarvon” en Corunna, nº 2, A Coruña, 1997.<br />
págs. 68-69.<br />
97 Historia <strong>de</strong>l Consulado y el Imperio. Op. cit., pág. 291.<br />
NALGURES • TOMO II • AÑO 2005 323