13.05.2013 Views

Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet

Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet

Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

2.1.2. Las confrontaciones y la corrupción<br />

LOS ACTORES ARMADOS<br />

Iniciada su gestión, el principal problema que tuvo el ministro <strong>del</strong> Interior De la Jara no fue el <strong>del</strong> PCP-SL,<br />

sino el de imponer su autoridad sobre los comandos policiales, en especial sobre el general Balaguer, director<br />

general de la Guardia Civil (GC). 110 Desde un primer momento, el General mostró animadversión contra el<br />

Ministro y el Viceministro de su sector. Balaguer tampoco hizo nada por armonizar las relaciones de su institución<br />

con las de los otros institutos policiales. Por el contrario, en todo momento trató de dejar en claro que la<br />

GC estaba sobre la PIP y la Guardia Republicana (GR).<br />

En las ceremonias <strong>del</strong> aniversario institucional, el 30 de agosto, Balaguer pronunció un discurso que fue,<br />

según el viceministro <strong>del</strong> Interior López Martínez, 111 «insolente en el fondo y en la forma». Poco después, sin<br />

autorización, dio declaraciones públicas en las que sostenía que existía «un plan premeditado de la ultraizquierda<br />

para conmocionar al país y alterar la paz social con paros, huelgas y actos subversivos». 112 No se refería<br />

al PCP-SL, sino a la izquierda legal. Pronto, la izquierda parlamentaria expresaría una protesta enérgica al<br />

gobierno por las declaraciones <strong>del</strong> general Balaguer. Por todo esto, el ministro De la Jara retiró su confianza al<br />

director de la GC alegando que estaba impedido de hacer declaraciones políticas. Este hecho generó un hondo<br />

malestar entre la GC y estuvo a punto de producirse una rebelión policial.<br />

<strong>Los</strong> miembros de la GC se agruparon en el patio <strong>del</strong> tercer piso <strong>del</strong> Ministerio <strong>del</strong> Interior, donde se encontraba<br />

el despacho <strong>del</strong> director de la GC. <strong>Los</strong> guardias civiles de todas las comisarías <strong>del</strong> país dejaron de<br />

trabajar. Este conato de sublevación fue aprovechado por la PIP y la GR. <strong>Los</strong> directores de estas instituciones<br />

reafirmaron inmediatamente sus lealtades con el Ministro <strong>del</strong> Interior y movilizaron personal para custodiarlo.<br />

La situación de tensión prosiguió por varios días. En las calles, los policías intercambiaron insultos, golpes<br />

y se mostraron mutuamente las armas. A raíz <strong>del</strong> conflicto, en las comisarías, los GC expulsaron a los investigadores<br />

(PIP) de todas las dependencias de manera definitiva. En la Prefectura de Lima, compartida por las<br />

jefaturas de región de ambas policías, hubo un intercambio de granadas lacrimógenas y disparos al aire. Las<br />

tensiones entre los institutos policiales se agravarían en los próximos años; esto sería evidente luego en la<br />

misma labor contrasubversiva. 113<br />

Por otro lado, estos gestos permitieron al director general de la PIP, general Eduardo Ipinze, generar confianza<br />

en el gobierno. Sin ninguna posibilidad de contrapeso interno y luego de haber dejado fuera de carrera<br />

a oficiales rivales no vinculados a la red de corrupción, Ipinze lograría colocar a un círculo de oficiales allegados<br />

en puestos clave. Varios de ellos serían implicados en las investigaciones que al respecto se realizarían<br />

años después a la organización de Reynaldo Rodríguez López, «El Padrino». 114 Una situación incubada por lo<br />

menos desde fines de la década <strong>del</strong> setenta propició que en la PIP se llegase<br />

[...] a niveles tales de corrupción que no sólo distorsionaron su función, sino que la desnaturalizaron por completo.<br />

En ese proceso, lo primero que sufrió fue la eficacia policial; lo cual, en la etapa más vulnerable de Sendero,<br />

cuando su inexperiencia les hacía aún cometer gruesos errores, y cuando una acción policial tenaz y diligente<br />

hubiera contribuido por lo menos a sofrenar su crecimiento, significó un daño mucho mayor para el país que el<br />

que la simple negligencia hubiera podido acarrear. Al desmantelar las pocas y menguadas defensas de la sociedad,<br />

la corrupción policial funcionó en los hechos en forma complementaria a la de Sendero, y facilitó tremendamente<br />

un crecimiento que de otra forma hubiera sido mucho más azaroso. (Gorriti 1990: 181)<br />

Una dirección estratégica para esta mafia fue la Dirección de Inteligencia de la PIP (DIRIN). El agravamiento<br />

de la situación de violencia en el país<br />

[…] creaba condiciones ideales para camuflar las operaciones de la banda dentro de toda la gama de acciones encubiertas<br />

e investigaciones secretas que se supone forman parte de la inteligencia contrainsurgente. Contando<br />

con el apoyo <strong>del</strong> comando institucional, la jefatura de inteligencia era un puesto estratégico para controlar a los<br />

jefes policiales [...] que estuvieran tentados [...] de lanzar una investigación por cuenta propia. (Gorriti 1990: 306)<br />

110 El general GC Balaguer había tenido rango de ministro en la última parte <strong>del</strong> gobierno militar, como jefe de la autoridad encargada de<br />

la recuperación de la zona devastada por el terremoto y aluvión de 1970.<br />

111 Entrevista personal, citada por Gorriti (1990).<br />

112 El Comercio, 6 de septiembre de 1980.<br />

113 Véase más abajo «Conflictos entre institutos policiales».<br />

114 Véase más abajo «Reorganización de las Fuerzas Policiales».<br />

TOMO II PÁGINA 101

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!