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Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet

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LOS ACTORES ARMADOS<br />

neados con el acuerdo de paz salieron entrevistados en la televisión renegando de su posición de continuar la<br />

guerra, se desentendió <strong>del</strong> tema definitivamente.<br />

Resulta claro de lo expuesto que la «Lucha por el Acuerdo de Paz» había nacido muerta. No obstante, lejos<br />

de reconocer que había sido engañado, Guzmán insistió en embarcar a su organización en su línea, «abocándonos<br />

a librar la lucha de líneas [entre 1993 y 1999] para que la Nueva Estrategia la asumiera todo el Partido».<br />

Esto llevó a la escisión <strong>del</strong> PCP-SL entre quienes estaban por el «Acuerdo de Paz» y quienes decidieron<br />

continuar la guerra: la tendencia denominada «Proseguir». Óscar Ramírez Durand, el más importante líder de<br />

la tendencia disidente, es lapidario en sus apreciaciones:<br />

Sobre el «acuerdo de paz», usted sabe que nunca hubo tal; Montesinos engañó a Guzmán como a un bebé de pecho.<br />

Éste se vendió a la dictadura a cambio de que le permitieran vivir con su mujer en la cárcel […] La dictadura<br />

nunca quiso dialogar con quienes seguían en armas porque les convenía tener un pretexto para seguir saqueando<br />

las arcas <strong>del</strong> Estado y mantener la legislación antiterrorista para reprimir al pueblo. (Ramírez Durand 2003)<br />

En una videograbación realizada el 14 de abril de 1998 en las oficinas <strong>del</strong> SIN, Vladimiro Montesinos exhibe<br />

pasajes de sus conversaciones con Guzmán e Iparraguirre y explica detalladamente a dos interlocutores<br />

no identificados —presumiblemente agentes de la inteligencia norteamericana— la manera como los manipuló<br />

para conseguir dividir al PCP-SL. 98<br />

Como logros de las negociaciones desarrolladas durante esos meses, Guzmán e Iparraguirre señalan que<br />

se introdujeron algunos cambios en el régimen carcelario de los senderistas, «y cierto margen para que se<br />

reunieran los militantes en los demás penales». A ellos se les permitió reunirse para «trabajar juntos unas<br />

horas durante el día» una historia de su organización, para lo que se les otorgó acceso al archivo de documentos<br />

partidarios que les había confiscado la DINCOTE y a textos marxistas de su biblioteca. El «interlocutor», es<br />

decir Montesinos, les llevaba periódicos y revistas <strong>del</strong> día cuando iba a verlos y también les dejaba ver noticieros<br />

de la televisión. Este régimen, suspendido en 1994, fue retomado en 1995 y, a partir de 1997, dispusieron<br />

de un radio y las publicaciones Le Monde y Newsweek. Posiblemente Montesinos optó por mantener estos privilegios<br />

como una manera de evitar que Guzmán rompiera el statu quo, lo cual fue conseguido (PCP-SL 2003).<br />

Para Guzmán, el logro principal de la ronda de conversaciones que sostuvo con Montesinos fue «haber difundido<br />

una nueva gran estrategia para la futura IV etapa <strong>del</strong> Partido [...] y los documentos que la fundamentaban<br />

pudieron salir; de esa nueva gran estrategia se derivaron una nueva línea política, nueva política general,<br />

táctica y políticas específicas» (PCP-SL 2003). Él confiaba en que los militantes en libertad se plegarían a su<br />

propuesta de paz, pero, según afirma,<br />

[…] nunca enviaron ni hicieron pública respuesta alguna, salvo imputar superficial y subjetivamente que se trataba<br />

de una «patraña» y [...] prohibieron leer los documentos que salían de las prisiones, no discutieron ni las cartas<br />

difundidas [...] Posteriormente en un espúreo [sic] evento acordaron que todos los que sustentaban Acuerdo<br />

eran unos «capituladores», «que se habían puesto al margen» que no podían ser ni el camarada Gonzalo ni Miriam<br />

porque en la Base Naval los habrían «enloquecido», «descerebrado». (PCP-SL 2003)<br />

Para Guzmán, ésos fueron simples pretextos de los dirigentes en libertad para rechazar la propuesta enviada<br />

por la dirección partidaria desde la cárcel:<br />

[…] preguntamos si creían era patraña ¿por qué pues no desenmascararon políticamente tal engendro supuestamente<br />

montado por el SIN?, luego, si era capitulación ¿por qué no expulsaron a los capituladores y «soplones»<br />

como decían? Y si habían atentado contra la salud de los dirigentes ¿por qué no denunciaron y exigieron que organismos<br />

de salud y defensa nacionales o extranjeros lo confirmaran, verificaran o al menos averiguaran con la<br />

Cruz Roja Internacional? (PCP-SL 2003)<br />

En la interpretación de Guzmán, tal conducta de los dirigentes de la tendencia «Proseguir» muestra que<br />

éstos «conformaron una línea oportunista de derecha que perseguía cambiar la dirección, la línea, el Partido y<br />

el carácter de la guerra; la usurpación <strong>del</strong> nombre <strong>del</strong> P. Gonzalo y <strong>del</strong> PCP [que] engendró un Bloque Escisionista<br />

que llevó a la división <strong>del</strong> 93 y desenvolvió un plan de desconocimiento encubierto a dirección que<br />

venía esperando el momento y las condiciones para aplicarlo» (PCP-SL 2003). Así, conforme la tradición esta-<br />

noviembre de 1995. PCP-SL» (PCP-SL 2003).<br />

98 La grabación fue vista el día 6 de junio de 2001. Una transcripción de su contenido se encuentra en la página-web de AgenciaPerú,<br />

.<br />

TOMO II PÁGINA 89

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