Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet
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LOS ACTORES ARMADOS<br />
En febrero de 1990, la dirección <strong>del</strong> PCP-SL afirmaba contar con aproximadamente 5,500 miembros de las<br />
fuerzas principal y local (véase el apéndice 4 de este subcapítulo), sin contar el Huallaga. 82 De hecho, en el<br />
Huallaga el incremento de las acciones <strong>del</strong> PCP-SL no obedeció a la búsqueda <strong>del</strong> equilibrio estratégico, sino a<br />
otras motivaciones como se aprecia en los estudios realizados por la CVR. 83<br />
En resumen, Guzmán introdujo un cambio de grandes implicancias en la línea política en el preciso momento<br />
en que la actividad <strong>del</strong> PCP-SL ingresaba en una etapa crítica de la que no lograría recuperarse.<br />
Según la doctrina de Mao Zedong la «guerra popular» se desarrolla en tres fases: la defensa estratégica, el<br />
equilibrio estratégico y la ofensiva estratégica, de acuerdo con la forma cómo evoluciona la correlación entre las<br />
fuerzas de la revolución y las de la contrarrevolución. En cada una de esas fases existe una estrategia adecuada.<br />
Pasar de la «defensiva estratégica» al «equilibrio estratégico» supone que política y militarmente se ha alcanzado<br />
un grado de desarrollo tal que se abre la etapa en que el poder central se empieza a poner en disputa.<br />
Es relevante señalar que entre las tesis de Mao Zedong sobre la «guerra popular», que suman más de un<br />
centenar, sólo una se refiere al equilibrio estratégico, definido simplemente como el período de transición de<br />
la defensiva a la ofensiva.<br />
En cambio, para Guzmán, el equilibrio estratégico se convierte en un punto central de discusión y de convencimiento<br />
de todo el PCP-SL. ¿Qué existía tras esta afirmación? Según el mismo Guzmán señala, debería<br />
producirse en Ayacucho un tipo de acción militar distinto al desarrollado hasta entonces; es decir, debería<br />
buscarse el asalto y la toma de ciudades como Huanta y Ayacucho, a la vez que incrementar acciones en Lima.<br />
En su estrategia, el objetivo era cercar las ciudades desde el campo, pero tomando «el campo como base y la<br />
ciudad como complemento». Por lo tanto, para alcanzar el equilibrio estratégico, debería trasladarse el peso y<br />
la importancia <strong>del</strong> Comité Zonal Fundamental —Cangallo y Victor Fajardo— al Comité Zonal de Ayacucho<br />
—Huamanga, Huanta y La Mar—, mientras que en Lima se irían sentando las bases de los «comités de lucha<br />
popular», equivalentes de los comités populares existentes en el campo. Raucana y María Parado de Bellido,<br />
en la Carretera Central, serían los mo<strong>del</strong>os de desarrollo de las bases de apoyo revolucionario en la ciudad. 84<br />
A comienzos de 1989, ya los responsables regionales <strong>del</strong> PCP-SL informaban de serias dificultades originadas,<br />
entre otros factores, en que las Fuerzas Armadas restablecían sus relaciones con los organismos de<br />
autodefensa y extendían su influencia a favor de la resistencia <strong>del</strong> campesinado contra las imposiciones <strong>del</strong><br />
PCP-SL. A pesar de estos informes, Abimael Guzmán logró que el acuerdo <strong>del</strong> Congreso <strong>del</strong> PCP-SL respecto<br />
de su propuesta de «luchar para alcanzar el equilibrio estratégico» se tomara como eje para el diseño<br />
de un nuevo plan militar.<br />
En las lucubraciones políticas y militares de Abimael Guzmán a lo largo <strong>del</strong> conflicto armado, destaca<br />
la presentación <strong>del</strong> «equilibrio estratégico» como una posibilidad inminente. Con ello, Guzmán rompía las<br />
normas elementales de comprensión <strong>del</strong> enfrentamiento con las fuerzas de seguridad <strong>del</strong> Estado, con las<br />
cuales él sabía muy bien que no había ningún equilibrio. No obstante, años después, Guzmán afirmaba que<br />
el «equilibrio estratégico» no comprendía centralmente el enfrentamiento con las fuerzas <strong>del</strong> orden, sino<br />
que era la búsqueda <strong>del</strong> resquebrajamiento de la gobernabilidad total <strong>del</strong> país. Y en 1993, al plantear el inicio<br />
de conversaciones para un «acuerdo de paz», y al producirse la división interna <strong>del</strong> PCP-SL, afirmaría<br />
que definitivamente no estaban en condiciones de tomar el poder: «preparábamos cómo inducir el ingreso<br />
<strong>del</strong> imperialismo yanqui ¿acaso pensábamos que el poder lo tomaríamos en 3 o 4 años? No, ni Lima se convirtió<br />
en centro de combate» (PCP-SL 1993a).<br />
Esta evolución de las afirmaciones de Guzmán respecto <strong>del</strong> «equilibrio estratégico» no hace sino demostrar<br />
el cinismo y la intención manipulatoria con que actuó durante el I Congreso y después de él.<br />
[...] desde el punto de vista <strong>del</strong> Poder hemos logrado un gran salto; ¿cuál es nuestra perspectiva?, la República<br />
Popular <strong>del</strong> Perú [...]<br />
82 En la práctica, el comité zonal <strong>del</strong> Huallaga llegó a estar fuera <strong>del</strong> control <strong>del</strong> Comité Central y <strong>del</strong> Frente Regional. En el momento en<br />
que se hace el conteo referido, ya no se recibía ningún informe de este comité zonal.<br />
83 Véanse el tomo IV, «<strong>Los</strong> escenarios de la violencia», subcapítulo 4, «La región <strong>del</strong> nororiente», y el tomo V, «Historias representativas<br />
de la violencia», subcapítulo 9, «El PCP-SL durante el auge de la coca en el Alto Huallaga».<br />
84 Véase en el tomo V, «Historias representativas de la violencia», el subcapítulo 14, «Raucana, un intento de “comité popular abierto”».<br />
TOMO II PÁGINA 69