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Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet

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PRIMERA PARTE SECCIÓN SEGUNDA CAPÍTULO 1<br />

Tres escenarios —los sindicatos, las universidades y los asentamientos humanos— y una modalidad —los<br />

paros armados— fueron ejemplos de la acción <strong>del</strong> PCP-SL en Lima a partir de 1989.<br />

En el primero de ellos, la organización subversiva intentó tomar control de las huelgas sostenidas por<br />

sindicatos en conflicto con el objetivo de imprimirles un radicalismo que no estaba dirigido a obtener satisfacción<br />

a los reclamos planteados, sino a crear circunstancias «alimentadoras» de la «guerra popular». Con<br />

ese propósito, los senderistas no dudaron en asesinar a diversos funcionarios y gerentes de las empresas<br />

involucradas. El resultado fue la destrucción de las organizaciones obreras sin haber obtenido respuesta<br />

positiva a las demandas de sus afiliados.<br />

En las universidades, especialmente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, hubo un intenso<br />

trabajo de captación de activistas que debían servir como propagandistas y que, eventualmente, podrían incorporarse<br />

en los destacamentos militares. En la universidad de La Cantuta, por otro lado, la organización<br />

local dependió de la estructura zonal <strong>del</strong> PCP-SL y por esa razón estuvo dedicada a tareas militantes.<br />

La actividad senderista se expandió también a los barrios de los extremos de la ciudad capital denominados<br />

«conos». El principal de ellos, el cono este, fue escenario de un intenso trabajo proselitista, correlato de la<br />

sistemática penetración que realizaron en los años anteriores en los asentamientos humanos de la zona. El<br />

punto más crítico de esta actividad fue en 1990, cuando se formó el Comité de Lucha Popular de Raucana, una<br />

invasión promovida por el PCP-SL para instalar allí un comité popular abierto que debía anunciar al mundo<br />

la presencia <strong>del</strong> nuevo poder senderista en la ciudad y la inminencia de su triunfo. En Villa El Salvador, en el<br />

cono sur, también se intensificó la presencia senderista y, a inicios de los años noventa, era evidente que la<br />

organización maoísta había conquistado un significativo grado de influencia e incluso control en organizaciones<br />

tradicionales <strong>del</strong> distrito tales como la Comunidad Urbana Autogestionaria (Cuaves), la Federación Popular<br />

de Mujeres (Fepomuves) y la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apemipe). El objetivo <strong>del</strong><br />

PCP-SL en Villa El Salvador fue demostrar la ineficacia de las estrategias pacíficas de cambio socia, con lo cual<br />

se pretendía desprestigiar a los partidos de izquierda que el PCP-SL consideraba sus principales rivales y<br />

enemigos, así como conducir las luchas populares a una lógica de enfrentamiento radical con el Estado. En el<br />

cono norte, el PCP-SL aprovechó los asentamientos humanos formados por pobladores desplazados debido a<br />

la violencia política en el campo para insertarse entre ellos y utilizarlos como «masa» para sus fines políticos.<br />

En cuanto a los paros armados, es importante considerar que éstos no tenían el sentido reivindicativo que<br />

normalmente posee esta medida de fuerza ejercida por los trabajadores ni eran siquiera convocados por las<br />

organizaciones de trabajadores sino por el propio PCP-SL. Era una forma de acción que combinaba todas las<br />

demás (agitación, propaganda armada, sabotajes, aniquilamientos selectivos y combates guerrilleros). Por<br />

ello, el paro armado era considerado un avance en la lucha armada; es decir, consistía en un conjunto de acciones<br />

que buscaban principalmente «golpear, desgastar y socavar el viejo orden» para mostrar la debilidad e<br />

impotencia <strong>del</strong> Estado y, con ello, alcanzar el objetivo de volver ingobernable el país.<br />

<strong>Los</strong> paros armados eran planificados, organizados y ejecutados por los organismos que conformaban el<br />

Movimiento Revolucionario de Defensa <strong>del</strong> Pueblo, <strong>del</strong> cual Socorro Popular era el organismo básico. Días<br />

antes <strong>del</strong> paro, se preparaba el terreno mediante la intimidación de los choferes de transporte público. Las<br />

acciones de intimidación se realizaban con sabotajes e incendios a los omnibuses.<br />

En 1992, la violencia estaba en auge. Pero, para el equilibrio estratégico <strong>del</strong> PCP-SL, era crucial el asedio y<br />

la generalización <strong>del</strong> clima de terror en Lima, centro <strong>del</strong> poder económico y político y punto más visible <strong>del</strong><br />

territorio nacional. Tal asedio debía producirse desde el llamado «cordón de hierro» de los asentamientos<br />

humanos marginales. El terror debía generalizarse en el centro y en los barrios medios y comerciales.<br />

En los barrios de los conos de expansión de Lima, el PCP-SL no sólo incrementó sus acciones de propaganda<br />

y ataque de lugares públicos sino que desarrolló también una fuerte presión sobre las dirigencias barriales<br />

(amedrentamiento, asesinato) buscando lo que no logró antes con las organizaciones gremiales: copar<br />

las organizaciones barriales. <strong>Los</strong> estudios de los tres conos de Lima realizados por la CVR mencionan la presencia<br />

nueva <strong>del</strong> PCP-SL, o de sus organizaciones de fachada, en las asambleas de los barrios, buscando incidir<br />

en conciencias y dirigir acciones con su discurso de extrema radicalidad. En el cono norte, intentaron infiltrarse<br />

en los nuevos asentamientos presentándose como parejas o familias en los repartos de lotes. La mayor<br />

presencia senderista en las organizaciones barriales, combinando la prédica con acciones violentas y asesina-<br />

TOMO II PÁGINA 78

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