Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet
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LOS ACTORES ARMADOS<br />
Tercer paso: Destrucción de la Organización Político-Administrativa Local.<br />
Es una operación policial dirigida, para eliminar a los miembros de la Organización Político-Administrativa.<br />
La que se llevará a cabo, en base de [sic] las dos condiciones siguientes:<br />
(a) Que se haya recibido informaciones suficientes para garantizar el éxito de la eliminación.<br />
(b) Que la eliminación planeada, pueda llevarse a cabo totalmente.<br />
En esta operación se tendrá en cuenta que el Jefe y los miembros más destacados de la Organización Político-<br />
Administrativa local se hallan demasiado comprometidos en la subversión para que pueda esperarse de ellos<br />
un cambio.<br />
Esta última frase pone énfasis en que estas personas son irrecuperables, para explicar a qué se refieren<br />
las dos condiciones anteriores: la eliminación tiene que ser total y, por ello, la identificación previa tiene<br />
que ser acertada. Aun si por «eliminación» de la OPA se entiende «desactivación», está claro que esta acción<br />
contrasubversiva tiene que conseguir este objetivo procediendo de la manera más efectiva y segura, a<br />
fin de garantizar que la eliminación «se lleve a cabo totalmente». 529 El objetivo es claro, lo dice la definición<br />
de la operación: «eliminar a los miembros de la Organización Político-Administrativa». Queda así marcada<br />
la diferencia con el primer paso de la intervención en la zona roja, que, como vimos, es la «destrucción o<br />
expulsión» de los elementos armados subversivos. Como ése era un paso preparatorio, no era imprescindible<br />
conseguir la «destrucción total». Eso quiere decir que si escapaban algunos subversivos, no era necesario<br />
ni conveniente perseguirlos fuera de la zona, sino al contrario, concentrar las acciones en la zona intervenida.<br />
Pero eso no vale en el caso de la OPA, ninguno de sus miembros puede escapar, tienen que ser<br />
muertos o capturados todos. La explicación de esta necesidad estratégica está en que cualquier elemento<br />
subsistente de la OPA puede proveer información al PCP-SL sobre las fuerzas <strong>del</strong> orden y sus colaboradores,<br />
lo cual posibilitaría nuevas incursiones subversivas y que se recomponga la OPA.<br />
Un detalle llamativo de este pasaje central <strong>del</strong> Manual de Ejército 41-7 en que se define la «Destrucción de<br />
la Organización Político-Administrativa Local» como último paso de la intervención en una zona roja, es que<br />
en la definición de la operación se dice: «es una operación policial dirigida». Es policial, se entiende, porque<br />
no es una operación de combate. Por definición, los miembros de la OPA no son elementos armados. Como<br />
informantes forman parte, sí, de la organización político-militar subversiva que se hace notar en el pueblo en<br />
el momento que ellos eligen y comete acciones cruentas contra la minoría que resiste al PCP-SL. Esta ambivalencia<br />
de la OPA se contagia a la operación contrasubversiva destinada a eliminarla, pues es una operación<br />
«policial dirigida». ¿Dirigida por quién? No por las autoridades policiales y judiciales, sino por la autoridad<br />
militar responsable de la operación. En todo caso debe primar el objetivo de la eliminación total, la mención o<br />
el uso de la policía en este contexto es lo accidental y adjetivo. Lo mismo vale para el Poder Judicial cuando se<br />
trata de definir el conjunto de operaciones contra la Organización Político-Administrativa. Allí se reitera: «La<br />
destrucción <strong>del</strong> sistema medular subversivo se logra mediante la eliminación de sus dirigentes. Esta acción es<br />
necesaria para detener el desarrollo de la subversión». 530 Una de las acciones para planear y ejecutar la destrucción<br />
de la OPA es conseguir «disposiciones judiciales que visen una represión rápida, oportuna, ejemplar<br />
y que ampare la acción integral de las Fuerzas <strong>del</strong> orden». 531 Esta estrategia prevé, entonces, la adecuación de<br />
la administración de justicia a las prioridades de la contrasubversión. La exigencia al Poder Judicial es clara:<br />
ningún miembro de una OPA capturado debe escapar.<br />
Una vez alcanzado el punto de no retorno que es la destrucción total de la OPA, pueden iniciarse los procesos<br />
de consolidación y pacificación, mientras el combate se desplaza a otras zonas rojas. Son elementos importantes<br />
de esta posguerra local el establecimiento de comités de autodefensa (CADs), la elección de gobiernos<br />
municipales y la reanudación o implementación de los servicios públicos esenciales. Aunque este manual<br />
no borra por completo el carácter democrático y constitucional <strong>del</strong> tipo de poder que defiende, lo menciona<br />
siempre al margen, como un material de la lucha psicosocial (adoctrinamiento <strong>del</strong> personal militar y de la<br />
población para asegurar su lealtad) o como una condición dada que hay que saber manejar (trámites y normas<br />
de procedimiento que hay que hacer bien para evitar posteriores problemas judiciales). Este manual exige tal<br />
compenetración con la guerra que ella deja de aparecer como una situación transitoria o accidental <strong>del</strong> país,<br />
529 La diferencia con la concepción <strong>del</strong> documento equivalente en actual uso por las Fuerzas Armadas es clara: «La destrucción de la<br />
Organización Político-Administrativa (OPA), sistema nervioso de la subversión, se lleva a cabo capturando o neutralizando a sus<br />
dirigentes.» Ministerio de Defensa-Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Estrategia integral para la contrasubversión. 2000<br />
530 Ministerio de Defensa. Manual <strong>del</strong> Ejército Guerra no Convencional Contrasubversiva ME 41-7. Lima: CCAAE 1989, p. 104.<br />
531 Ibídem, p. 105.<br />
TOMO II PÁGINA 197