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Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet

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PRIMERA PARTE SECCIÓN SEGUNDA CAPÍTULO 1<br />

ción cambió radicalmente cuando la organización adquirió una envergadura mayor, lo cual incrementó el<br />

riesgo de ser infiltrados e hizo más difícil garantizar la seguridad.<br />

A estos problemas inevitables se sumaron otros derivados de la decisión de enviar al terreno militar a<br />

los aparatos partidarios y de apoyo, que fueron encargados de intervenir en acciones bélicas. Es significativo<br />

que las detenciones de algunos dirigentes y la incautación de documentos con información valiosa para<br />

los órganos de seguridad <strong>del</strong> Estado se multiplicaran desde mediados de 1990. La captura de la grabación<br />

de video sobre la clausura <strong>del</strong> I Congreso <strong>del</strong> PCP-SL no sólo permitió identificar a los miembros <strong>del</strong> Comité<br />

Central que hasta entonces eran desconocidos, sino que también aportó imágenes actualizadas de los<br />

dirigentes cuya identidad era conocida, incluyendo a Abimael Guzmán. Por último, la ya mencionada escena<br />

<strong>del</strong> baile <strong>del</strong> máximo jefe fue muy útil, también, para las campañas psicosociales desarrolladas por el<br />

Gobierno como parte de la estrategia contrasubversiva.<br />

La concentración de las acciones militares en las ciudades, y particularmente en Lima, obligaba a congregar<br />

recursos y hombres, lo que ponía en riesgo a aquellos militantes que eran conocidos. Exigía, además,<br />

afrontar problemas crecientemente complejos para dotar de una logística adecuada a todo este contingente. La<br />

intensa actividad de los aparatos militares incrementaba la probabilidad de «caídas», al sobreexponer a los<br />

subversivos que realizaban sabotajes, ataques a locales públicos y privados, o aniquilamientos selectivos. Esto<br />

ocurría al mismo tiempo que el PCP-SL subestimaba el trabajo de inteligencia de las fuerzas de seguridad.<br />

La captura de Abimael Guzmán no fue solamente resultado de errores <strong>del</strong> PCP-SL. Coincidió con un cambio<br />

significativo en la estrategia contrasubversiva desarrollada por la DINCOTE y, particularmente, con el exitoso<br />

trabajo de inteligencia operativa <strong>del</strong> GEIN, que en lugar de concentrarse en mostrar pequeños logros mediante la<br />

exhibición de detenidos ante las cámaras de televisión, optó por hacer un seguimiento paciente de los senderistas<br />

identificados con la intención de llegar al corazón de la dirección. En este trabajo <strong>del</strong> GEIN tuvieron un papel<br />

destacado los comandantes Marco Miyashiro y Benedicto Jiménez. El general Antonio Ketín Vidal facilitó el<br />

trabajo <strong>del</strong> equipo alentándolo y dándole los medios para desarrollar sus actividades con los resultados conocidos.<br />

<strong>Los</strong> hechos <strong>del</strong> 12 de septiembre de 1992 fueron la culminación de esta reorientación de la lucha contrasubversiva.<br />

La captura de Abimael Guzmán fue, pues, ante todo, fruto de un trabajo eminentemente policial que<br />

rompía con la lógica de la acción militar indiscriminada que había imperado en los años anteriores.<br />

No obstante, según Abimael Guzmán, su captura no fue tanto un resultado <strong>del</strong> trabajo policial de inteligencia<br />

cuanto de una <strong>del</strong>ación <strong>del</strong> director de la academia César Vallejo — es decir, Luis Arana Franco,<br />

Manuel —, de cuyos recursos económicos, como se ha señalado ya, dependía el sostenimiento de la dirección<br />

partidaria. 91<br />

1.7.3. El «pensamiento Gonzalo» sin el «presidente Gonzalo»<br />

Se ha explicado ya de qué modo el papel providencial atribuido al «presidente Gonzalo» y a su pensamiento,<br />

considerado única garantía de triunfo, fue consagrado institucionalmente en el I Congreso <strong>del</strong> PCP-SL.<br />

Fue tal la condición de insustituible adquirida por Guzmán que una vez reconstituido el Comité Central en<br />

1993 con los miembros que se encontraban libres, nadie se atrevió a ocupar los cargos que tenía Guzmán en<br />

la dirección nacional.<br />

La caída de Abimael Guzmán dejó al PCP-SL privado <strong>del</strong> gran dirimente en las polémicas políticoideológicas.<br />

«Es a través de una persistente, firme y sagaz lucha de dos líneas, defendiendo la línea proletaria<br />

y derrotando líneas contrarias, como se ha forjado el “pensamiento Gonzalo”», afirma un texto partidario<br />

anteriormente citado. La convicción de estar armado de un pensamiento invencible garantizaba al PCP-SL la<br />

absoluta unidad de mando y constituía un poderoso seguro contra eventuales escisiones: las únicas opciones<br />

para los disidentes eran la autocrítica extrema o la desaparición. La opinión de Óscar Ramírez Durand, Feliciano,<br />

al respecto es muy dura: «Guzmán […] impuso dentro de Sendero una dictadura totalitaria y el llamado<br />

“pensamiento único de Gonzalo”, que no admitía ninguna crítica, so pena de sufrir, quien lo hiciera, sancio-<br />

91 Esta dependencia económica es invocada por Guzmán para negar la vinculación <strong>del</strong> PCP-SL con el narcotráfico. El argumento tiene<br />

cierta lógica, pues no se entiende por qué se habría puesto en riesgo a la máxima instancia de dirección vinculándola con un aparato<br />

abierto si se hubiera contado con fondos provenientes <strong>del</strong> comercio ilícito de droga.<br />

TOMO II PÁGINA 84

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