Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet
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LOS ACTORES ARMADOS<br />
2.2. LA MILITARIZACIÓN DEL CONFLICTO (29 DE DICIEMBRE DE 1982-18/19 JUNIO DE 1986)<br />
2.2.1. El ingreso de las Fuerzas Armadas a la zona de emergencia<br />
Históricamente, sin entender la especificidad de la profesión policial, los militares peruanos han considerado<br />
a los policías como un cuerpo subordinado, en un plano inferior. <strong>Los</strong> desaciertos en la conducción de la lucha<br />
contra la subversión en los meses previos, la falta de respeto a sus reglamentos internos al protagonizar escándalos<br />
en las calles de Huamanga y la baja moral de sus miembros en la zona, generaron que las Fuerzas<br />
Armadas miraran aun con mayor desprecio la labor policial. Por ello, cuando el presidente Fernando Belaunde<br />
Terry decretó su ingreso a la zona de emergencia en diciembre de 1982, existía entre los militares un cierto<br />
halo de autosuficiencia y exceso de confianza, pues estaban seguros de que acabarían con el problema en poco<br />
tiempo. 174 El primer jefe militar de Ayacucho veía, en su diagnóstico inicial, a unas Fuerzas Policiales<br />
[…] disminuidas en su capacidad operacional, [que] sufrían la pérdida progresiva <strong>del</strong> control territorial y <strong>del</strong><br />
principio de autoridad y acusaban un desgaste moral en límites que las colocaba al borde de la desmoralización.<br />
En resumen, [...] se daba un continuo incremento <strong>del</strong> accionar subversivo y una falta de capacidad operacional de<br />
las fuerzas policiales en la lucha contrasubversiva. (Noel 1989: 37)<br />
No se anotaba nada, sin embargo, respecto al desarrollo de Inteligencia.<br />
El 23 de diciembre de 1982, ingresó en Ayacucho el primer refuerzo, consistente en 450 miembros <strong>del</strong><br />
Ejército, y se desplegaron los tres batallones que estaban acuartelados. Recién el día 29 de diciembre se hizo<br />
oficial el ingreso de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la subversión. También ingresó la Infantería de<br />
Marina. El Ejército se estableció por toda la región y la Marina tuvo que reemplazar a los sinchis en Huanta y<br />
La Mar, zonas difíciles donde el PCP-SL estaba desde 1980. 175 Con el establecimiento <strong>del</strong> Comando Político<br />
Militar (CPM), las acciones de la policía se subordinaron de manera definitiva al poder de los militares, tal<br />
como la ley lo contemplaba. 176 De otro lado, en cierta forma, pudieron eliminarse algunas deficiencias derivadas<br />
de las limitaciones <strong>del</strong> equipamiento de las Fuerzas Policiales (Noel 1989: 37).<br />
Una de las primeras acciones llevadas a cabo por Noel fueron reuniones de trabajo con los mandos de las<br />
Fuerzas Policiales de cada área para que extremaran el celo en la función preventiva y realizaran tareas específicas<br />
para mejorar el desempeño policial (Noel 1989: 35). Asimismo, se obligó a los institutos policiales a que<br />
compartieran sus informaciones de inteligencia y se organizaran patrullas mixtas de militares y policías,<br />
siempre al mando de un oficial <strong>del</strong> Ejército. 177 Se llevaban a cabo acciones de patrullaje en centros urbanos y<br />
en las rutas de acceso a las principales ciudades <strong>del</strong> departamento. Las patrullas ingresaban a las comunidades,<br />
reunían a la población, procedían al izamiento <strong>del</strong> pabellón nacional y la azuzaban contra el PCP-SL. 178<br />
De esta manera, se trataba de recuperar el campo.<br />
A pesar de los operativos mixtos, durante los primeros meses <strong>del</strong> ingreso de las Fuerzas Armadas, la policía<br />
fue la responsable <strong>del</strong> desarrollo de la mayor parte de acciones armadas, pues seguía siendo la mayor<br />
fuerza operacional en la zona. Las operaciones de búsqueda y arresto de militantes <strong>del</strong> PCP-SL constituían su<br />
labor principal, en tanto que el Ejército tenía que realizar las tareas de defensa pasiva y apoyar la planificación<br />
operacional y en aspectos logísticos (Noel 1989: 53; Caretas, 731, 17 de enero de 1983).<br />
En vista de que uno de los principales objetivos <strong>del</strong> CPM era recuperar el terreno perdido ante el PCP-SL,<br />
consideró necesario reactivar algunos de los puestos policiales abandonados. Por ello, grupos de aproximadamente<br />
diez sinchis fueron enviados a algunos de estos puestos para restablecer la presencia <strong>del</strong> Estado. Éstos<br />
daban cuenta de lo que hacían directamente a su comando. Éste, a su vez, con excepción de la jefatura<br />
174 Para mayores detalles, véase el capítulo sobre Fuerzas Armadas.<br />
175 Para mayores detalles, véase el apartado sobre Fuerzas Armadas.<br />
176 Capítulo VIII «Del Régimen de Excepción», Artículo 231, Constitución Política <strong>del</strong> Perú de 1979. Esto se ratificó como atribución de los<br />
Comandos Políticos Militares en las zonas de emergencia —«Asumir el Comando de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Policiales que se<br />
encuentran en su jurisdicción y/o las que les sean asignadas» (ley 24150, 07 de junio de 1985)—.<br />
177 Las labores de colaboración siempre fueron más estrechas entre las FFPP y el Ejército. <strong>Los</strong> policías casi nunca se mezclaban con los<br />
infantes de Marina (CVR. Entrevista. 9 de septiembre de 2002. General GC (r)).<br />
178 El 26 de enero de 1983 se produjo la masacre de ocho periodistas en Uchuraccay; días antes de la masacre, un grupo de sinchis había<br />
entrado a la comunidad y había arengado a los comuneros en contra <strong>del</strong> PCP-SL.<br />
TOMO II PÁGINA 113